«Este chino pinta como Pollock»

María Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

El artista supuestamente fichado por el gallego Carlos Bergantiños para imitar las obras de grandes maestros es reconocido ahora en el mundo del arte neoyorquino como «genio»

28 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

¿Quién es Pei Shen Qian? ¿Quién es ese chino al que presuntamente fichó en la calle el marchante gallego Carlos Bergantiños para copiar a los grandes maestros del expresionismo abstracto? Publicaciones especializadas del mundo del arte como The Art Newspaper, fundado en 1983 en Londres, lo han calificado en su edición digital como «el genio chino que también puede pintar como Pollock y Rothko». Y aprovecha para mostrar algunas de sus obras: desde una reinterpretación de La Gioconda, de Leonardo Da Vinci, hasta un retrato de un guerrero de terracota de la tumba del primer emperador de la China unificada.

Curiosamente sus trabajos parecen más ligados al movimiento fauvista que floreció en París entre 1904 y 1908, que al expresionismo abstracto -arte que tuvo su apogeo en los años cuarenta en Estados Unidos- que supuestamente debía imitar. Incluso tiene algunos cuadros que guardan un gran parecido con los del valenciano Manuel Valdés, nacido en 1942. Su última muestra conocida fue organizada por Xiang Jiang Gallery, en Shanghái, junto a otros artistas chinos.

Ahora las autoridades norteamericanas creen que Qian está en China. Lo acusan de varios delitos, entre ellos de haber realizado unas declaraciones falsas al FBI cuando dijo no conocer a Rosales (la expareja de Bergantiños que se declaró culpable el año pasado de los delitos que pesan sobre ella); complot para cometer fraude electrónico, y fraude electrónico. Podrían caerle en total una pena tope de 45 años de cárcel.

Al parecer, dice el escrito de la acusación, este emigrante de China era el encargado de imitar las obras de los artistas más cotizados del momento. La función de Bergantiños era darles luego presuntamente el aspecto de antiguas utilizando métodos como dejarlas a la intemperie o darles con bolsas de té.

Trabajó en la construcción

Dos décadas antes de conocer a Bergantiños en los años noventa, cuando ofrecía sus obras a los transeúntes en una esquina del West Village, en Manhattan, este artista estuvo ligado en Shanghái a la escena del arte experimental, tal y como publicó en su día The New York Times. Fue en la década de los setenta, cuando acabó la Revolución Cultural, antes de trasladarse a Estados Unidos, donde estudió en el Arte Students League, en Nueva York. Durante los años ochenta realizó varias muestras, pero no logró dejar huella.

No ganaba mucho, trabajó incluso en la construcción y, quizá por eso, comenzó a colaborar presuntamente con Bergantiños, quien supuestamente le pidió que pintara obras que imitaran el estilo de Pollock o De Kooning, entre otros.

Al principio cobraba solo unos cientos de dólares por cada obra, tal y como recoge la acusación del fiscal de Nueva York, pero un día al descubrir en una galería que uno de sus cuadros tenía una tarifa mucho más elevada que la suya pidió más dinero. Parece que no tuvieron problema en dárselo porque, supuestamente, la relación entre Bergantiños, la expareja de este Glafira Rosales y él duró unos quince años. Primero le pagaban en efectivo, como explica el escrito de acusación, pero luego hasta llegaron a hacerle una transferencia desde una cuenta de Lugo, adonde iban a parar supuestamente parte de lo que ingresaban con los cuadros.

Los trabajos los realizaba presuntamente en su modesta casa de la calle 95, en Woodhaven, en Queens. El barrio de los suburbios de Nueva York no era ajeno a Bergantiños porque este había trabajado ahí antes de lanzarse al mundo del arte y mudarse al sofisticado Long Island. Además parece que era el propio Bergantiños el que acudía hasta allí para recoger los encargos. Habitantes de Woodhaven declararon a The New York Times que era habitual ver cómo un hombre acudía con frecuencia hasta la modesta casa de Qian en un coche caro trayendo y llevando lienzos. Además, se sorprendían de que trabajara con las ventanas bajadas para que no se viera el interior de la casa.