Capote dice que este año se intensifica el control sobre las páginas web
18 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.«Cada vez es más difícil defraudar. Tenemos los medios, mucha información y unas herramientas de control muy potentes». Imelda Capote Martín (La Palma, 1972) lleva siete meses al frente de la Delegación Especial de la Agencia Tributaria en Galicia, y advierte de que la lucha contra el fraude fiscal es permanente en el organismo que dirige. «Nuestra responsabilidad es hacer que el sistema tributario se cumpla y que todos contribuyamos de forma justa y equitativa», asegura esta gallega adoptiva (llegó en el 2005 a Vigo) que necesita visitar su isla canaria al menos una vez al año: «Allí se para el reloj».
-Estamos en plena campaña de la renta.
Estamos en la mitad de la campaña, que finaliza el 30 de junio. Y a día de hoy puedo que decir que se han presentado 288.000 rentas, tanto borradores como declaraciones, en las que los contribuyentes solicitan 147 millones de euros de devolución. Y en este momento ya hemos devuelto 102 millones correspondientes a 167.000 declaraciones. Se ha pagado ya el 95 % de lo solicitado. Al final de la campaña esperamos devolver 604 millones de euros e ingresar 359. El saldo es siempre negativo porque el contribuyente ya está ingresando con las retenciones de todo el año. Ahora se regularizan.
-¿Es igual de justo el sistema para quien está sujeto a una nómina que para el resto?
-A los trabajadores por cuenta ajena nos retienen los pagadores y la Agencia tiene mucha más información sobre nosotros. Pero tratamos de tener información de todos. Tenemos datos de operaciones de compras y ventas, de arrendamientos, de libros registro de IVA... Es verdad que es más fácil el control sobre quien cobra una nómina porque hay un solo pagador y hay una retención, pero la Agencia Tributaria controla cada vez más todo tipo de actividades económicas.
-¿Cómo lo hacen?
-Los equipos de inspección realizaron 5.968 actuaciones en el 2013 en Galicia. Eso incluye inspecciones, requerimientos, visitas a empresas... Y control de altas en el registro de operadores intracomunitarios, ver si una empresa existe, si su actividad es real. Es una comprobación intensiva que supone pedir cuentas bancarias, contabilidad. Y se lucha contra fraudes más difíciles de detectar, como por ejemplo tramas de defraudación.
-¿Hay tramas de fraude fiscal en Galicia?
-Claro. Y por eso la labor de los servicios de inspección es tan importante. Son tramas que emiten y reciben facturas ficticias. Siempre estamos investigando eso, permanentemente. Luchar contra un determinado tipo de fraude no es tan fácil como el que no declara una renta o un rendimiento del trabajo. Los órganos de inspección controlan los pagos en efectivo, así como las relaciones entre socios de una sociedad para evitar la evasión de impuestos o el uso de billetes de alta denominación.
-Y las empresas, supongo.
-En este 2014 se están utilizando de forma intensiva unidades de auditoría informática con especialistas que se introducen en los ordenadores de las empresas, en sus discos duros, para sacar toda la información y ver si la está tratando de eludir, si hay ventas en dinero negro. A ellas se va después de una evaluación previa y un análisis.
-¿Dónde está el fraude?
-Creo que el fraude está en todo. Por eso es importante la conciencia fiscal, que asumamos que todos tenemos que pagar impuestos, los trabajadores por cuenta ajena, los profesionales, los autónomos, las grandes empresas.
-¿Todo empieza con no pedir factura?
-Lo de con factura o sin factura me lo han preguntado alguna vez, y me ido de ese sitio. ¿Cómo que sin factura? Pedir una factura es un acto de conciencia fiscal y una garantía para el ciudadano. Si no tienes factura cómo reclamas después. La factura es el comienzo de todo.
-Es la guerra total al fraude.
-Cada año damos una vuelta de tuerca en la investigación de nuevas formas de fraude. Este año queremos intensificar la investigación de la economía digital, de todas las transacciones que se hacen a través de Internet. Investigamos a las páginas web para que paguen por la publicidad que cobran, y a las páginas de compra y venta en Internet para que declaren. La complejidad de ese control se debe a la deslocalización, ya que las sedes de las empresas suelen estar radicadas en otros países. Y explotaremos también la información sobre declaraciones de bienes en el extranjero y la investigación sobre las formas abusivas que realizan determinado tipo de sociedades.
-¿Qué ha pasado con ellos?
-Hay contribuyentes que perciben pensiones del exterior y que no las han declarado. Muchos presentaban la declaración y no incluían esas rentas, y otros ni siquiera las presentaban. La Agencia obtuvo el año pasado esa información y empieza a reclamar el importe de las pensiones no declaradas. No quiero decir que sean defraudadores, pero sí que tienen que contribuir, como otros muchos en su situación y que llevan años declarando las pensiones. Hemos hablado con ellos y la relación es cordial, pero tenemos que reclamar.
-Y están siendo sancionados.
-Tienen que pagar. Eso está claro. Y respecto a las sanciones se abre el trámite de audiencia y ellos hacen las alegaciones. Y nosotros las valoramos, y en algunos casos hemos estimado que se dan supuestos de exoneración de responsabilidad y cerramos el expediente sin sanción. Le hemos dado muchas vueltas y yo he velado para aplicar criterios homogéneos en este caso.
-Es un tema que le preocupa.
-Claro, no es agradable. Pero es nuestro trabajo. Entiendo la situación, pero esas rentas estaban sin declarar y es importante que sepan que tienen que declarar en años sucesivos, y ya les estamos advirtiendo.
-¿Es humana la Agencia Tributaria?
-Claro que es humana. Pero tiene que aplicar las normas y el sistema tributario. Tratamos de ayudar al contribuyente, pero tenemos que cobrar y dar unos plazos razonables. Y hay muchas fases. El embargo es la última vía.
-¿De verdad tiene las mismas oportunidades un club deportivo o una empresa que un ciudadano?
-Los criterios son los mismos. Sería injusto de otra forma. Pero evidentemente no es lo mismo una deuda de tres mil euros que una de 600.000, en la que te tienes que sentar con el director financiero y el administrador para sacar la empresa adelante. Pero no es lo que ellos quieran. Hay unas directrices sobre plazos y condiciones. La Agencia tiene que cobrar.