«No le puse Chenoa a mi hija por "Operación Triunfo"»

Ana gerpe / antía urgorri REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

En Galicia hay once Chenoas y 915 Kevin. Dos de ellos viven bajo el mismo techo en Ribeira

31 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Hace algunos años, un pueblo burgalés, Huerta del Rey, emprendió una campaña para entrar en el Libro Guinness de los récords. La hazaña con la que pretendía obtener tamaño reconocimiento era la cifra de nombres raros que acumulaba su registro civil. Con poco más de mil habitantes, la localidad, en la que llegó a convocarse un Encuentro Internacional de Nombres Raros, presumía de tener más de 300 apelativos poco frecuentes. Quizás nadie pueda disputar a Huerta del Rey el liderazgo en ese capítulo, pero lo cierto es que, si se trata de nombres raros, no hay rincón en España que se salve. Galicia, por supuesto, tampoco. A las Américas, Hortensias, Hermosindas y Oristilas se suman hoy las Shakira y las Chenoa, y los Aquilinos, Canuto y Rudesindo van perdiendo peso en favor de los Antonio David, los Maikel o los Kevin. De todos ellos hay testimonios en las provincias gallegas.

En efecto, pese a que los nombres que más se repiten en la comunidad, como desvelaban los datos que hace algunos días daba a conocer el Instituto Nacional de Estadística (INE), son Manuel y María del Carmen, y pese a que entre los recién nacidos triunfan los Hugo y los Noa, todavía hay muchos progenitores que optan por la originalidad a la hora de inscribir a sus hijos en el registro. Para ellos la onomástica ofrece un amplio repertorio.

Ruth Romero Oujo dio la campanada entre sus familiares cuando decidió que su hija, nacida el 12 de diciembre del 2004, iba a llamarse Chenoa. Podría pensarse que la decisión estaba motivada por la aparición de una joven del mismo nombre en Operación Triunfo, nada más lejos de la realidad. Esta mujer, que actualmente reside en Ribeira y que cuando se quedó embarazada vivía en el País Vasco, afirma tajante: «No le puse Chenoa a mi hija por Operación Triunfo. Buscaba un nombre diferente y me gustaban los de origen indio».

La joven Chenoa Paz Romero interrumpe a su madre y explica: «Mi padre quería que me llamase Itxaso porque significa mar y, como él es marinero, le gustaba ese nombre». Sin embargo, Ruth Romero tenía claro que ella tenía otra cosa en la cabeza: «Itxaso es muy común en el País Vasco».

Un día, Ruth Romero entró en un establecimiento de venta de productos étnicos y allí encontró diversos pergaminos con nombres indios. Justamente, era lo que estaba buscando. Explica que comenzó a mirar y que allí se topó con el de Chenoa: «Me gustó en cuanto lo vi y dije, este». Ella estaba embarazada de poco tiempo y la Chenoa de la televisión no tardó en comenzar a despuntar: «Cuando supe que había una cantante en un programa con ese nombre me llamó la atención. Claro que en el caso de ella no es el auténtico, ya que se llama Laura». Cuando la familia supo que tendrían una Chenoa de verdad se quedaron sorprendidos: «A mi marido le gustó el nombre. A todos les pareció bien». Ruth Romero recuerda los comentarios del personal sanitario del hospital en el que dio a luz: «Algunos me dijeron "qué valor has tenido"».

Por su parte, Chenoa Paz asegura que es muy típico que le hagan algún comentario sobre la cantante cuando oyen su nombre. En el colegio, la cuestión ya está superada aunque, eso sí: «Todos los profesores saben como me llamo».

El nombre de la joven de Ribeira lo comparten otras diez mujeres en Galicia, una cifra muy inferior a la que han alcanzado otros apelativos televisivos como Kevin, nada menos que 915. Muchos padres buscan inspiración en el pasado, en los libros, en la pequeña pantalla, en la música o en el deporte para bautizar a sus niños. El resultado son nombres como Johan Sebastian, del que se cuentan ocho en la provincia de A Coruña, Heidi, con seis en Pontevedra, Diego Armando o Elvis, con presencia en todas las provincias gallegas. O los Ledicia, Celtia y Suevia con los que muchos progenitores gallegos tratan de rendir homenaje a las raíces.