El lado más oscuro del caso Asunta

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Asunta Basterra destacaba por su inteligencia, con muy buenas notas en el instituto, a la vez que estudiaba música y ballet. Su prometedor futuro fue segado por sus propios padres
Asunta Basterra destacaba por su inteligencia, con muy buenas notas en el instituto, a la vez que estudiaba música y ballet. Su prometedor futuro fue segado por sus propios padres

Las fotos escabrosas de la niña que tenían los padres son el último capítulo de un caso que está conmocionando a Galicia en cada una de sus revelaciones

12 jun 2014 . Actualizado a las 06:05 h.

Que la realidad supera siempre la ficción es algo que queda patente con una mirada retrospectiva a todo lo que ha conmocionado del asesinato de la niña de Santiago Asunta Basterra Porto. En los nueve meses de investigación, que los padres se han pasado imputados por el crimen y en prisión preventiva, se ha sabido que la niña padecía continuas sedaciones, que estuvo aterrorizada porque creía que le había intentado matar un hombre con guantes de látex, que había ADN de su padre en sus bragas, que creía que sus padres le engañaban y le daban «polvos blancos» que le hacían dormir y, lo último, que le hicieron fotografías escabrosas. En unas aparece vestida con un traje de cabaré y en posturas impropias para una niña pequeña. En otras, dormida y con la ropa de cama enroscada al cuerpo, como amortajada. En todas tiene la mirada perdida y expresión hierática. Los investigadores creen que probablemente porque estaba sedada.

Fotos escabrosas

Imágenes «difíciles de explicar para unos padres». Han sido el último y quizás más inquietante episodio del caso Asunta. Las imágenes son «difíciles de explicar para unos padres», en palabras de un miembro del equipo investigador. Es cierto que el corpiño y las medias de rejilla eran un vestido para una actuación de ballet, pero las posturas de la niña, recostada en un sillón, en actitudes que pueden interpretarse como sexuales, son consideradas como «muy preocupantes» por la acusación popular, que ejerce la asociación Clara Campoamor. También sorprenden las otras imágenes, en las que la niña aparece acostada y como amortajada con las sábanas. Pero a lo que más importancia dan los investigadores es a la expresión de la pequeña. Parece ida, como sedada, y tiene un halo de miedo en sus ojos. No parece en absoluto una divertida sesión fotográfica con un disfraz.

Los wasaps

«Estoy nerviosa, hoy me han intentado matar». El 5 de julio del 2013, Asunta envió un wasap a su mejor amiga en el que le confiesa su terror ante lo vivido la noche anterior. Un extraño incidente con un hombre con guantes de látex que entró en la casa. «Estoy nerviosa, hoy me han intentado matar a las 4.30» decía la pequeña. También se supo que esa gran amiga de Asunta preguntó por ella desesperadamente en el grupo de WhatsApp que tenían. Escribió: «¿Alguien ha visto a Asunta hoy por la tarde? ¿Está con alguno de vosotros?», «Repito: ¿Alguien estuvo con Asunta hoy o la vio?», «María, tú la viste», «Noé, ¿tú viste a Asunta?». Pero la niña ya estaba muerta.

Las sedaciones

Drogada el día de su asesinato y desde dos meses antes. Si impactante fue conocer que a Asunta le suministraron el día de su muerte una dosis tóxica de lorazepam, un sedante cuya marca comercial es Orfidal, más sorprendente fue conocer el resultado de los análisis toxicológicos del cabello. Desvelaron que la pequeña había sido drogada con ese mismo fármaco al menos desde julio del 2013, dos meses antes de su muerte.

Los «polvos blancos»

«Me engañan y me dan cosas que me hacen dormir». Cuando se levantó el secreto de sumario, se conoció el testimonio de las profesoras de música de Asunta, que declararon ante el juez que en julio la niña les había dicho sobre sus padres: «Me engañan y me dan cosas que me duermen». Eso que le daban lo identificaba como unos «polvos blancos» que Rosario Porto dijo que fue Alfonso Basterra quien se los dio a su hija. El padre lo admitió, pero puntualizó que fue solo una vez y que era un remedio contra la alergia que, afirmó, padecía la pequeña. Sin embargo, su pediatra negó que padeciese esta dolencia y Basterra tampoco fue capaz de concretar a qué tenía alergia su hija.

Las conversaciones

La imaginación «calenturienta» de Basterra. El juez Vázquez Taín autorizó la grabación de las conversaciones de Rosario Porto y Alfonso Basterra en el cuartel de la Guardia Civil en Lonzas. El resultado fue sorprendente porque dos padres que acaban de perder a su hija hablaban muy poco de ella y mucho de cómo salir del brete. Él le dijo a ella: «No incurramos en contradicciones, porque cualquier fisura juega en nuestra contra (...). Esa es la base de nuestro éxito». Ella le hacía reproches que tampoco pasan desapercibidos. Le dijo «tu imaginación calenturienta nos va a generar muchos problemas» y él le advertía «no digas nada inconveniente porque sabes que nos están grabando».

El ADN en las bragas

Había rastros del perfil genético del padre. El análisis del ADN de la ropa de Asunta también reveló el sorprendente dato de que en las bragas de la pequeña había rastros del perfil genético del padre, Alfonso Basterra. El hallazgo no pasó desapercibido para el fiscal, que señaló que había que profundizar en la investigación de este dato. No obstante, esas pesquisas no han podido por el momento establecer cómo y por qué llegó algún fluido o tejido del padre a un lugar tan íntimo de la niña y no a ningún otro lugar.

Las mentiras

La imagen que llevó al matrimonio a prisión. Rosario Porto primero dijo que dejó a Asunta en casa haciendo los deberes, pero una cámara de seguridad la grabó conduciendo con la niña al lado y en dirección a Teo. Rectificó su versión, pero la contradicción hizo que la madre de la pequeña y Alfonso Basterra, fuesen enviados a prisión preventiva.

La abogada de Alfonso Basterra, Belén Hospido, negó ayer que su defendido borrase fotos de Asunta Basterra Porto dormida y que eliminase todo el contenido de su ordenador personal y su teléfono móvil. También asegura la letrada que no es cierto que en sendos dispositivos se hayan recuperado imágenes de la niña vestida con un corpiño y unas medias de rejilla. Asegura también Hospido que la Guardia Civil no refiere que en su portátil hubiese contenido pornográfico con menores asiáticas, ya que el informe señala solo mujeres.