No iban en el tren, pero su labor la noche del 24 de julio del 2013 y días posteriores fue clave para minimizar el impacto de la tragedia. Ha pasado un año, pero los recuerdos siguen muy presentes. Hoy recibirán la Medalla de Ouro de Galicia junto a las víctimas (algunas de ellas la han rechazado).
«Fue una respuesta humana, una reacción que hubiera tenido cualquier ciudadano»
Anxo Puga, Presidente de la asociación de vecinos de Angrois
En el aniversario de la tragedia de Angrois, Anxo Puga confiesa: «Nosotros no creo que ya merezcamos muchos más reconocimientos; fue una respuesta humana, solidaria, una reacción que hubiera tenido cualquier ciudadano». En este año, «hemos tenido veintitantos homenajes, a dos por mes, y eso nos ha desbordado». Por eso, y porque cree que hoy es un día de luto, no irán a recibir la medalla. Cree que la Justicia «no se debe olvidar de los verdaderos protagonistas, las víctimas».
«No sabían lo que había pasado con sus familiares y amigos»
Santiago Angel, Médico adjunto de Urgencias del Policlínico La Rosaleda
Santiago Ángel era uno de los dos médicos que estaba de guardia en el Hospital Policlínico La Rosaleda. A los 10 minutos del accidente comenzaron a llegar los primeros heridos. «Llegaban los de carácter moderado o leve, ya que los más graves eran trasladados a hospitales de mayor tamaño». Se les unieron diez médicos más: «No estás preparado para eso».
«No pensaba que pudiera ser tan grave»
José Manuel Castro, Médico asistencial del 061
José Manuel Castro estaba fuera de servicio, y esperaba en el Obradoiro para ver los fuegos artificiales. Pero pronto se dio cuenta de que algo pasaba, ya que la gente hablaba de un accidente de tren y que podía tratarse de un atentado. A Angrois llegó unos 40 minutos después del descarrilamiento. «No pensaba que pudiera ser tan grave, jamás había vivido una catástrofe de esta magnitud». Una vez allí su tarea se centró en organizar y atender a los heridos: «Se demostró que nuestro sistema es capaz de afrontar una catástrofe así».
«Llegaba muchísima gente a donar»
Antonio Carcedo, Responsable de Promoción del Centro de Transfusión de Galicia
Antonio Carcedo se enteró de lo que estaba ocurriendo, «como la mayoría de sus compañeros», por la televisión. Se incorporó para intentar coordinar el trabajo y atender la demanda de sangre: «En los primeros momentos no sabíamos de qué magnitud estábamos hablando, pero nos dábamos cuenta de que llegaba muchísima gente a donar».
«Había una barbaridad de gente»
Marta Allegue Vega, Donante de sangre
Marta Allegue estaba en Santiago en casa de su novio cuando empezó a aparecer información por la televisión sobre el tren y, al ver que era grave, ya pensaron en donar sangre. Se dirigieron en coche hasta el hospital, donde «había una barbaridad de gente, por lo que solo querían a aquellos que fuesen polivalentes para la donación». Al ser de tipo negativo, se quedó hasta alrededor de las dos de la mañana.
«Un compañero de trabajo me llamó: "tiene muy mala pinta"»
Beatriz Otero, Directora del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga)
Beatriz Otero se enteró del accidente por un compañero que casualmente pasaba por la zona. «?Tiene muy mala pinta? me dijo», recuerda. A partir de ese momento su teléfono no paró de sonar. «Hubo que movilizar a toda la plantilla», 47 profesionales, pero al mismo tiempo, explica, «había que dejar atendido el resto de Galicia, porque además de Angrois, podían pasar más cosas, y así fue. La vida no se detuvo».
«Este accidente púxonos a proba, e saímos reforzados»
Conxita López Martín, Psicóloga y miembro de la comisión coordinadora del Grupo de intervención psicolóxica en catástrofes e emerxencias (Gipce) del Colexio Oficial de Piscoloxía de Galicia
Cuando miró aquella noche su móvil, Conxita López tenía «cento e pico mensaxes». Eran del grupo de psicólogos del Gipce. El día 25 a las tres de la tarde se incorporó desde Vigo al operativo tomando el relevo a los profesionales que habían pasado la noche anterior con los familiares. Tiene claro que «este accidente púxonos a proba, e saímos reforzados. A traxedia de Angrois serviu para darnos conta de que estamos preparados». Piensa que para víctimas y familiares es difícil «poñer un punto e final» mientras no se consiga cerrar el proceso judicial y los trámites con las aseguradoras.
«Aunque vayas predispuesto a lo peor, impresiona»
Ángel Paz Bermúdez, Jefe del servicio de bomberos el día del accidente
Cuando llegó al lugar, Ángel Paz se quedó «descolocado». «Aunque vayas predispuesto a lo peor, el escenario impresiona», confiesa. Hay una imagen que no ha podido borrar: la de una chica que estaba atrapada bajo uno de los ejes del tren. «Parecía imposible salvarla, y a pesar de ser de las últimas en ser rescatada, creo que sobrevivió».
«La vivencia de Angrois ha estado presente todo el año»
José Antonio Argibay, Técnico de operación logística de la Axencia Galega de Emerxencias
A las 20.50 horas a José Antonio Argibay le entró un mensaje: «Descarrilou un tren en Angrois, preto da AP-9. Hai feridos», lo lee porque conserva los mensajes de aquella noche. Habían pasado nueve minutos desde el accidente. Cuando se empieza a ver la magnitud de la tragedia, acude a A Estrada en busca del camión que se constituirá como puesto de mando avanzado. Todo el equipo se volcó: «Dimos lo mejor de nosotros mismos, pusimos el alma y el corazón».
«Pensé que habría alguna persona magullada, pero cuando bajamos...»
Begoña del Río, Policía local de Santiago
Hace un año Begoña del Río estaba controlando el tráfico debido a una manifestación. No estaba muy lejos de Angrois. Entonces los llamaron porque había descarrilado un tren. No imaginaba lo que iba a encontrar al llegar a las vías. «Pensé que habría alguna persona magullada, pero cuando bajamos...», recuerda. Aquellas fotos fijas no se le van a borrar nunca de la mente. «Fue algo que no vamos a olvidar nunca», dice. Y ha de detenerse un momento para respirar. Porque ese recuerdo la emociona. No puede evitarlo al acordarse de las familias, los pasajeros... todo lo que vio.
«Los servicios de emergencia hicieron lo que humanamente pudieron»
David R., Agente del a Policía Nacional
La primera imagen que recuerda David al acercarse al lugar del accidente es la de una espesa columna de humo. «Nada más llegar empezamos a trabajar, entrando en el primer vagón y sacando a las personas que allí había». Los recuerdos que tiene son «imágenes dantescas». Señala que «los servicios de emergencias hicieron lo que humanamente pudieron».
«Algunos heridos me daban sus nombres para que me despidiese por ellos de sus familiares. Creían que iban a morir»
Román Freire Domínguez, Cabo primero de la Guardia Civil
Román Freire está destinado en el SIR, un grupo de intervención rápida de la Guardia Civil. «Íbamos a salir de patrulla cuando nos avisaron del accidente». Recuerda que bajó a la vía por una alambrada que habían roto los vecinos. «Estaban tendiendo una cuerda y bajé detrás de unos bomberos. Nos metimos en un vagón. Estaba volcado y no se podía sacar a la gente por las puertas. Los vecinos nos pasaron un hacha y empezamos a romper las ventanas y a sacar a los heridos». A este guardia civil se le quedaron grabados los nombres de dos de los heridos: «Me repetían constantemente sus nombres y los de las personas de las que querían despedirse, su marido, su hija... Ellos pensaban que se iban a morir». Román fue más tarde al hospital y preguntó por ellos. Le dijeron que estaban graves, pero que se salvarían. Nunca más volvió a verlos.
«Los vecinos, un 10»
Eva Hernández, Policía adscrita a la Xunta
En el momento del accidente, Eva Hernández estaba realizando patrullas medioambientales en la zona centro. Al recibir la llamada de la Xunta, acudió al lugar lo más rápido que pudo. «Estuvimos en las vías ayudando en las tareas de evacuación de los heridos». Los vecinos colaboraron en todo momento, «la colaboración ciudadana fue para destacar en todos los sentidos. Los vecinos, un 10».
«Intentei tranquilizala, vaciarlle a mente ata que lle deran o corpo da irmá»
Laura Sampedro Ponte, Protección Civil de Porto do Son
Laura Sampedro estaba en la base de Protección Civil de Porto do Son cuando, a las diez de la noche, se recibió una llamada reclamando apoyo porque había descarrilado un tren. Cinco voluntarios salieron a toda velocidad. Entre ellas, Laura Sampedro: «Moitos querían ir pero non se vían capacitados para ver a traxedia». Llegó a las once y media de la noche. Se encontró con una antigua profesora, que acababa de perder a una hermana en el accidente: «Veu abrazarme e intentei tranquilizala. Tiña que intentar vaciarlle a mente, acompañala ata que lle deran o corpo de súa irmá».
«Es imposible acostumbrarte a estas imágenes»
Carmen Reigía, Directora de Emergencias de Cruz Roja
Carmen Reigía fue la jefa de operaciones de Cruz Roja durante la tragedia. Gracias a la descripción que le hicieron por teléfono del escenario del accidente pudo coordinar los efectivos: «Por mucho que nos dediquemos a esto, es imposible acostumbrarse a esas imágenes», destaca.
Con información de Fabio Suárez, Claudia Ramos, María Cedrón, Mario Beramendi, José Manuel Pan, Antón Parada y Antía Urgorri.