Sostienen los ganaderos gallegos que la Xunta paga con retraso las indemnizaciones por daños causados por el lobo. Ayer realizaban su trabajo en el pastizal de Trasparga dos agentes de Medio Rural. La conversación de uno de ellos con el veterinario que, jeringuilla en mano, empezaba a eliminar animales heridos, no tiene desperdicio:
-A ver: Matar por matar ovellas, non, ¿eh?
-Non te creas que me fai graza o que fago.
-Vale, vale, ti valoras mellor ca nós.
También es cierto que los agentes colaboraron en la localización de ejemplares heridos, no siempre fáciles de descubrir: «Mira, aquela que xira agora parece que ten dificultades». Según los datos de la Xunta, el lobo atacó en el 2013 1.227 reses, entre caballos (160), ovejas (687), cabras (101) y vacas (279). Pero el hecho de que no se estén interponiendo muchas denuncias hace pensar en cifras más elevadas.
En el pastizal levantaba acta Carlos Rodríguez, técnico de Asociación de Criadores de Ovino e Caprino de Galicia (Ovica), que explica que «cada vez é máis difícil para o gandeiro obter rendibilidade». Esto es así, prosigue, «pola perda de axudas da Xunta», como la que había hasta hace unos años para adquirir mastines, «e polo estancamento dos prezos de venta. ¿Así quen pode investir 12.000 euros nun valado fixo?», pregunta.