Contas reprende otra vez a la Xunta por abusar del gasto desplazado y reclama mayor control interno

serafín lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El Consello reconoce un «esforzo de regularización» en los últimos años, pero denuncia que persisten «carencias de control interno» que impiden su «cuantificación fiable»

19 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Es una práctica contable tan extendida entre las Administraciones como poco ortodoxa. Su aplicación por la Xunta pasó prácticamente desapercibida hasta la campaña de las autonómicas del 2012, cuando en un borrador del informe de fiscalización de la cuenta general del 2010 el Consello de Contas estimó en 411 millones el gasto que el Gobierno de Feijoo debió computar en ese ejercicio y desplazó al 2011. Aquel debate agitó la campaña electoral y abrió una discusión política sobre si ese gasto desplazado debe o no contar como déficit. La cuestión permanece abierta y, además, su análisis sigue siendo pertinente. En el informe sobre la cuenta del 2012 que el fiscalizador entregó al Parlamento hace dos semanas, vuelve a reprender a la Xunta por abusar del desplazamiento de gasto. Contas reconoce un «esforzo de regularización» en los últimos años, pero denuncia que persisten «carencias de control interno» que impiden su «cuantificación fiable».

Como en informes anteriores, Contas evidencia esas dificultades para traducir en números un mecanismo de uso «reiterado» sobre el que plantea dos objeciones principales. Advierte que su uso «deriva en boa medida da insuficiencia estrutural dos créditos iniciais para dar cobertura ás obrigas de cada exercicio». Pero, además, reprocha que el desplazamiento de gasto «non incentiva aos xestores para contar con orzamentos realistas que incorporen unha distribución de créditos cunha adecuada priorización das necesidades a atender». En cuanto a las cifras, Contas señala que el Consello de la Xunta validó gasto en el 2013 por 29,89 millones, de los que 19,6 corresponden al ejercicio del 2012. Asegura que el gasto desplazado que la Xunta arrastraba de ejercicios anteriores bajó en el 2012 de 543,4 a 335,9 millones, de los que 164,3 corresponden al Sergas.

Un mecanismo con riesgos

Es ahí donde el fiscalizador admite el esfuerzo del Ejecutivo por regularizar ese gasto, aunque alerta de los riesgos de seguir recurriendo a esa práctica. «Na situación actual non parece que esta insuficiencia de créditos poda prolongarse indefinidamente». En esa tesitura, recomienda «realizar axustes pola vía dos ingresos ou do gasto», para lo que considera necesario previamente «volver a contar con información precisa e fiable das contías do gasto sen rexistrar, tanto na Administración xeral como no ámbito sanitario». Frente a estas reprobaciones, ya planteadas en anteriores informes, la Xunta argumenta que actúa en cumplimiento estricto de una normativa que contempla una serie de supuestos en los que es posible imputar al siguiente ejercicio contable obligaciones generadas en ejercicios anteriores. Ese supuesto tiene que ver, según el discurso habitual de la Xunta, con facturas emitidas en las últimas semanas del ejercicio y que no pueden ser cotejadas a tiempo.

Sobre el asunto de fondo, si el gasto desplazado debe computar como déficit, Facenda alega que «se incluye a efectos de contabilidad nacional y por tanto tiene un efecto neutro en el déficit público». Y Contas nunca ha entrado en una valoración que alega que no forma parte del objeto de su informe, aunque insiste en lo poco ortodoxo del mecanismo.