Los concellos apenas imponen multas por ensuciar las calles pese a preverlas

maría santalla REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Tirar colillas al suelo (en la imagen, una calle de Lugo) está penalizado en las ordenanzas, pero las sanciones son casi inexistentes.
Tirar colillas al suelo (en la imagen, una calle de Lugo) está penalizado en las ordenanzas, pero las sanciones son casi inexistentes. óscar céla< / span>

Las ordenanzas recogen sanciones por tirar desperdicios, sacudir alfombras sobre la vía o sacar la basura fuera de hora, pero rara vez se persiguen estas prácticas

13 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La limpieza es una tarea ingrata para los gestores municipales. Poco perceptible cuando existe, se convierte inmediatamente en motivo de crítica y descontento ciudadano cuando las calles no lucen todo lo pulcras que deberían. Pese a ello, y aunque todos los concellos gallegos han elaborado normas y previsto sanciones, pocas veces se persigue a los infractores. Las ordenanzas municipales recogen multitud de comportamientos punibles, desde tirar colillas, papeles o restos de comida en la vía pública, a sacudir las alfombras sobre las aceras, arrojar desperdicios desde los coches, escupir u orinar en la calle, regar las plantas salpicando agua, no recoger las deposiciones de las mascotas o echar la basura fuera de los horarios permitidos. El catálogo es amplio, el listado de sanciones también. Las multas que efectivamente se imponen, testimoniales.

El concejal de Medio Ambiente de Ferrol, Borja Carro (PP), lo admite claramente: «No me consta», responde cuando se le pregunta si esos comportamientos están siendo perseguidos y sancionados en su localidad. Lo que sí se hará desde febrero en la ciudad naval, avanza el edil, es multar a los propietarios que no recojan los excrementos de sus perros. El primer paso será poner en marcha una campaña informativa; después se iniciará la vía sancionadora, con penas económicas que irán desde los 60 a los 300 euros.

Ferrol modificó su ordenanza el pasado año para rebajar el importe de las sanciones por orinar en la calle. En el 2013 el Concello había impuesto 20 multas por una infracción que se consideraba grave y acarreaba multas de entre 751 y 1.500 euros. Tras el cambio, este tipo de comportamientos pasan a considerarse leves, y la pena máxima es de 750 euros.

La basura, sin horarios

En Santiago tres ordenanzas diferentes regulan el cuidado y la protección de las vías públicas. El problema radica en el grado de cumplimiento de las normas por parte de los ciudadanos y en la incapacidad del Concello para perseguir las infracciones e imponer sanciones. Una de las normas recogidas en las ordenanzas municipales es la obligación de depositar la basura doméstica dentro de los contenedores a partir de las nueve de la noche, y no sacar las bolsas los domingos y festivos, puesto que no hay recogida. Si un vecino es cazado dejando la basura en los contenedores cuando no debe puede ser multado con hasta 750 euros. La realidad es que muy pocos cumplen la norma, y suele ser habitual ver los contenedores cargados de bolsas durante todo el día.

En Vigo, el gobierno de Abel Caballero (PSOE) subió las sanciones en el año 2008. Por no recoger las cacas de los perros sus propietarios pueden verse obligados a abonar al Ayuntamiento una sanción de entre 750 euros y 1.500 en caso de que sean reincidentes. Por ensuciar las calles, las sanciones previstas van desde 150 hasta 750 euros. Pero lo cierto es que la cifra de penalizaciones que se imponen es limitada.

Otra de las prácticas que los concellos suelen prohibir es la colocación de carteles publicitarios en los espacios públicos. Pocas veces se cumple el veto. En Lugo, por ejemplo, pegar carteles puede ser castigado con multas de hasta 1.500 euros, pero farolas, marquesinas o señales de tráfico están plagados de anuncios de particulares. En la ciudad de las murallas -y no es la única en la que ocurre- sí se persigue, en cambio, a los propietarios de fincas urbanas que desoyen las órdenes de limpiar y desbrozar.

Beber en la calle es otro hábito que los concellos recogen como merecedor de castigo y que en casos como el de Santiago se traduce en una cifra considerable de sanciones. Hasta 373 se impusieron en el año 2013 a particulares, y otras 35 a locales por permitir el consumo en el exterior.

En otras ocasiones son las propias empresas de limpieza las que reciben las multas. En Ourense, por ejemplo, la concesionaria del servicio ha recibido varias sanciones, una de cerca de 300.000 euros, por no cumplir con los requisitos establecidos en el pliego de condiciones. Una auditoría externa encargada por el Concello a finales del pasado año detectó decenas de deficiencias en el servicio de limpieza y en la recogida de basuras de la ciudad.

Con informaciones de Rocío Pita, Marga Mosteiro, Cándida Andaluz y Diego Pérez.