La izquierda le da aire al PP en Santiago

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Los candidatos de Feijoo y Besteiro hacen de la capital el campo de ensayo de las autonómicas

22 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El día que Conde Roa desalojó el despacho del pazo de Raxoi, y eso fue poco antes de convertirse en un delincuente fiscal, recurrió a una frase de Manuel Fraga, en la que el de Vilalba pontificó aquello de que «solo hay una cosa más importante que ser alcalde de Santiago, y es ser Papa en Roma». Pese a lo extravagante que resulta oír al exalcalde compostelano citar a Fraga, que fue quien lo tuvo a remojo como un garbanzo durante 15 años por cuestionar su relación con Fidel Castro, lo cierto es que la batalla por Santiago tiene su importancia específica por ser el principal escenario de la política autonómica, por el profundo deterioro sufrido por el PP y las dificultades de la izquierda para generar una alternativa, pero sobre todo porque puede convertirse en un campo de pruebas para las autómicas del 2016, donde se medirán un candidato puesto a dedo por Feijoo y otro salvado in extremis por Besteiro.

La de Santiago es la alcaldía que, hace solo ocho meses, el PP no podía aspirar a revalidar ni en sueños. Los escándalos que le obligaron a cambiar dos veces de alcalde, que acabaron imputando o condenando a las catorce primeras personas de la candidatura del 2011, socavaron hasta tal punto la imagen de los populares en la ciudad que en el PSdeG ya se empezaron a dar codazos de forma precipitada para sentarse de nuevo en el sillón de Raxoi.

Está por ver como evolucionan las cosas de aquí a finales de marzo, cuando se abrirá el plazo para registrar las candidaturas de las municipales, pero si no hace tanto era Agustín Hernández quien tenía todo en su contra para renovar el sillón que le entregó Feijoo, ahora es la izquierda la que siente la presión, no solo por su incapacidad para generar una alternativa, sino porque incluso está tomando decisiones que a lo único que contribuyen es a darle oxígeno al PP.

Empezando por el PSOE, que tuteló desde la alcaldía la mayor transformación realizada por la ciudad de Santiago en el último siglo, y ha decidido inhibirse del proceso. Se fracturó en dos mitades en las primarias de noviembre, que enfrentaron a Mercedes Rosón con Paco Reyes, pero la parte contratante de Reyes decidió fracturarse en otras dos mitades más, siguiendo el guion bisoño que parece haber escrito la dirección del PSdeG al dictado de Bernardino Rama, cuya imputación en la operación Pokémon no minó ni un ápice el control sobre el candidato que ejerce desde la sombra. Entremedias, hay una secretaria general, María Bugallo, y su ejecutiva, que fueron apartados de su función estatutaria de elaborar la lista, labor asumida por Reyes en solitario, después de que la dirección de Besteiro terciara en su favor impidiendo su dimisión y asumiendo el resultado que deje el 25-M.

Más a la izquierda del PSOE se sitúa un BNG cuya principal aspiración pasa por conservar el apoyo electoral obtenido en el 2011, tres concejales, y un proyecto con visos de fraguar en torno a la plataforma Compostela Aberta, que quizás puede ser el único capaz de polarizar la campaña de las municipales con el PP de Agustín Hernández.

En torno a Compostela Aberta todo son incógnitas, pero lo más probable es que bajo este paraguas se abriguen Podemos, Anova, Esquerda Unida y el Espazo Ecosocialista, entre otros. El próximo sábado, la plataforma se reunirá para decidir el método de elección de candidatos y también su cabeza tractora, un papel que Martiño Noriega, alcalde en el limítrofe Concello de Teo, está dispuesto a desempeñar para actuar de catalizador de una verdadera alternativa al PP.

Y aunque Noriega no deja de enviar guiños para dar la batalla por la capital gallega, tampoco tiene ahora mismo todos los astros a su favor. Entre las fuerzas confluyentes en Compostela Aberta no faltan algunos que lo ven venir e intentan ponerle la zancadilla con abundante letra pequeña. Por ejemplo, impidiendo que formen parte de la lista de Compostela Aberta personas que no estén empadronadas en Santiago, desafío evidente al regidor teense, o actuando como una operadora telefónica para exigirle a Noriega que firme un «contrato de permanencia» de cuatro años en Compostela, sea o no sea alcalde, al objeto de sacárselo de en medio en unas autonómicas.

Así está la izquierda en Santiago, fragmentada y distraída, mientras Agustín Hernández sigue atareado en su estrategia: recuperar de inmediato la confianza de todos los que votaron al infausto Conde Roa e intentar no despertar la bicha de la izquierda. Ni siquiera hace falta que le voten. Basta con que no se movilicen en su contra.