
La desaparición en Astorga de una estadounidense y el presunto ataque a una vecina del lugar no detiene el flujo de peregrinos. Solo algunos vecinos muestran temor por lo ocurrido
21 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.En medio de El Ganso, un pequeño pueblo de la provincia de León ubicado a unos 12 kilómetros de Astorga, aparece, de repente, en pleno Camino de Santiago, el bar Cowboy. Probablemente a una mujer de Arizona como Denise Thiem, la estadounidense desaparecida en algún punto de esta ruta el pasado 5 de abril, le habría llamado la atención que en el oeste europeo hubiera un bar con un nombre de far west. De haber llegado al destino que tenía previsto el día que le perdieron la pista, probablemente habría entrado a tomar algo. Pero no lo hizo porque nunca llegó. Tampoco pasó por Murias de Rechivaldo, ni por Santa Catalina de Somoza, los otros pueblos que bordean la ruta francesa entre Astorga y El Ganso. Un paraje salpicado de encinas sobre el que sobrevuelan las cigüeñas que hacen nido en los campanarios.
El dueño del Cowboy se lamenta por lo que pudo haberle ocurrido a la muchacha, como todos los que viven en los pueblos de alrededor. «Llevo aquí 24 años. Nunca antes había pasado algo como esto. Hace un tiempo había desaparecido una joven de 17 años, pero fueron dos días. Estaba con un chico en un albergue», recuerda mientras un par de peregrinos disfrutan de los bocadillos que les acababa de preparar. Pero un suceso como el de Denise, ninguno. Hay quien habla del caso de un presunto exhibicionista que alguna vez mostró los genitales a alguna peregrina. Hasta ahora todo se había quedado en eso.
La desaparición de la peregrina norteamericana, cuentan algunos vecinos de la zona, tampoco parece tener que ver con el presunto intento de rapto sufrido por otra mujer de Santa Catalina de Somoza el sábado pasado. En eso están de acuerdo con los encargados de la investigación. «Sobre ese último asunto solo hay una denuncia de momento. Ninguna pista, ni indicio...», dicen fuentes de la Subdelegación del Gobierno. En Santa Catalina, incluso en Astorga, corren los rumores sobre qué le pasó a su vecina el sábado. Nadie descarta nada. Ayer por la mañana la mujer presuntamente atacada no estaba en casa. Respondió por ella un hombre que estaba en la vivienda: «Disculpen pero ya no queremos hablar más. Estamos un poco hartos. Perdón».
El temor generado por ambos sucesos, acrecentado quizá por el despliegue de coches, perros, helicópteros y patrullas, realizado para buscar a Denise los días posteriores a haberse puesto la denuncia, no es homogéneo.
Hay vecinos de Santa Catalina a los que disgusta que toda la atención se haya centrado en su pueblo. «Creo que no salió de Astorga porque allí es donde se le pierde la pista. Porque por aquí nadie la vio. Han rastreado todo. El monte, el río, los pozos... pero no han encontrado nada. Lo que ocurre es que toda la atención la han puesto en esta zona y no sé por qué, porque la vieron por última vez en Astorga. Quizá porque había dicho que iba hasta El Ganso», dice el presidente de esa pedanía, José Luis. Una señora más mayor que vive en el pueblo dice tener miedo. «Claro que hay temor. Cómo no va a haberlo. En el Camino hay gente buena, pero también la hay muy mala», dice. Y algo parecido piensa una familia que acaba de llegar a El Ganso desde Madrid para pasar unos días.
También los hay que critican que hayan tardado bastante en emprender la búsqueda. «Aquí nos llegó un correo electrónico de un amigo preguntando por ella y aún tardaron como unos diez días en empezar a buscar», cuentan desde un albergue del lugar. El retraso tiene una explicación. Es básicamente el tiempo transcurrido entre que la mujer, que viajaba sola, mandó el último correo electrónico desde Astorga y su hermano voló a España para poner la correspondiente denuncia que dio pie a comenzar la búsqueda. Porque mientras no hay denuncia no dan luz verde para remover Roma con Santiago.

Justo a la entrada del pueblo, en pleno Camino, Bienvenido Merino saluda a todos los peregrinos que ve pasar. Descansa sentado entre matojos, rodeado de bastones que fabrica él mismo con madera de piorno que coge en el páramo. Empezó a hacerlo 1990 y conoce bien cómo ha cambiado todo en torno al Camino. «¿Qué noto? La verdad es que con todo esto hay algunas chicas que vienen solas, que cuando les dices algo tampoco se acercan. Pero es normal. Noto temor. Una chica no puede tener la misma fuerza que un hombre para defenderse», explica. Sobre lo que le ocurrió a su vecina, tiene dudas.
Una mujer sola
Por el Camino, en medio de la soledad del páramo, se ve avanzar a una mujer sola. No tiene miedo a parar cuando el coche se detiene junto a ella. Se llama Aurora y es francesa. No tiene ni idea de quién es Denise. Parece no haber leído los carteles que salpican las puertas de los bares o las marquesinas del autobús entre Astorga y El Ganso. «Fue el hermano de la chica el que los puso», comentan en una cafetería de Astorga. «Vino por aquí, entró, pidió permiso y se marchó. No hablé con él porque solo hablaba inglés norteamericano». Parece que ya ha regresado a casa. Pero en Facebook hay abierta una página para ayudar a buscar a esta joven. Piden voluntarios para organizar batidas los fines de semana. Mientras, las fuerzas de seguridad continúan la búsqueda. «Han llegado ya hasta Rego de Ambros, cerca de Molina Seca», dicen. Pero de momento nada de nada.