La contraoferta que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, planteó ayer en A Coruña, con su propuesta de renunciar a la marca de Podemos para favorecer una coalición de distintas siglas para las autonómicas del 2016, tiene un precedente claro en la candidatura que Alternativa Galega de Esquerda (AGE) presentó en el año 2012. El liderazgo de Xosé Manuel Beiras posibilitó un inesperado éxito electoral, con más de 200.000 votos que convirtieron a AGE en la tercera fuerza del Parlamento, con 9 escaños, dos más que el BNG. Pero en la primera mitad de la legislatura, el grupo comenzó a agrietarse por unas crisis internas de Anova que han dejado el control del grupo en manos de IU.
La salida de David Fernández Calviño (Anova), que renunció al acta de diputado para incorporarse como investigador a la Universidad de Copenhague, dio lugar a un episodio rocambolesco que le costó a AGE la pérdida de ese escaño, al negarse Carmen Iglesias (elegida por Izquierda Unida en las autonómicas) a ceder su acta a Anova para mantener el equilibrio en el grupo. La pérdida de ese escaño se agravó meses después con la escisión interna en Anova que dio lugar a la creación de Cerna y a la marcha de la diputada Consuelo Martínez al Grupo Mixto.