Imputado y sin perspectivas de aforamiento, Besteiro está desprotegido y en una situación difícil a menos de un año de las elecciones gallegas
08 jul 2015 . Actualizado a las 15:19 h.¿Qué ocurrió en el plazo de unas pocas horas para que tanto la dirección del PSOE como el propio Gómez Besteiro cambiaran radicalmente de opinión? Según la versión oficial, el líder del PSdeG consideró que en las actuales circunstancias no era procedente ocupar un escaño en el Senado estando imputado. Según otras fuentes, el anuncio de Pedro Sánchez el lunes por la mañana de que no se pedirían responsabilidades al líder del PSdeG hasta que no se abriera juicio oral, y el hecho de que afirmarse que los delitos que se le imputan -prevaricación, cohecho, contra la ordenación del territorio y negociaciones prohibidas- son menos graves que los que se achacan al ex presidente andaluz Manuel Chaves, que está acusado de prevaricación administrativa, indignaron a los partidarios de Chaves, que consideraron un agravio que a él se le exigiera la dimisión nada más ser imputado. Serían esas presiones las que habrían llevado a la renuncia de Besteiro a ser senador.
En cualquier caso, el líder del PSdeG está ahora en una situación muy comprometida. Imputado y sin perspectivas de aforamiento. A menos de un año de las elecciones gallegas, y a pocos meses de las primarias para elegir al candidato a la Xunta, algunos creen que tiene imposible resistir, y aunque dirigentes socialistas consideran que la situación se puede revertir, es en esto momento muy delicada. Y ha empezado ya el baile de nombres para buscarle sustituto. José Blanco, al que de nuevo apuntan algunos sectores del partido, negó ayer a La Voz una vez más que esté ocupado en su regreso a la política gallega, aunque eludió pronunciarse sobre la situación del líder del PSdeG hasta que él mismo no haga una reflexión pública. «Besteiro cuenta con todo mi afecto y mi consideración personal», aseguró. Otras fuentes estiman que, aunque el ex ministro de Fomento se encuentre cómodo en Bruselas y no se esté moviendo en esta crisis, estaría dispuesto a «echar una mano» al PSdeG si la peripecia judicial de Besteiro aboca al partido a una situación de emergencia.
Otro de los pesos pesados, Abel Caballero, mantiene también la prudencia y está eludiendo pronunciarse. Muchos consideran que será la figura clave cuando llegue el momento, si llega, de abordar la sustitución del actual secretario general. Caballero es en este momento uno de los políticos socialistas con más peso no ya en Galicia, sino en toda España, gracias a su extraordinario resultado en las pasadas elecciones municipales.
Otros sectores del PSdeG afirman, sin embargo, que la tradición en Galicia es que los alcaldes socialistas con gran respaldo popular se hagan fuertes en sus feudos, pero no sean tan influyentes en la dirección del partido, al estilo de lo que ocurría con Paco Vázquez en A Coruña. Y recuerdan que otros intentos de imponer candidatos desde Vigo no se saldaron con éxito. Besteiro, según los suyos, no se aferrará al cargo si cree que su situación judicial perjudica al partido. Pero advierte de que no dará una espantada y tendrá mucho que decir si llega el momento de articular un consenso para elegir a su posible sustituto.