
Supone el 4 % del total; la mayoría fueron por problemas médicos del paciente o porque se prolongaron las intervenciones quirúrgicas previas
26 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El caso de un paciente de Ourense al que suspendieron dos veces una operación programada levantó la voz de alarma pero, ¿es habitual que se cancelen las intervenciones quirúrgicas? No es nada infrecuente. El Sergas suspendió unas 4.839 operaciones en el 2014 en todos sus hospitales, el 4,09 % del total de las programadas en jornada ordinaria. La cifra es la más baja de los últimos años, ya que en el 2009 el porcentaje estaba en el 6,5 %.
Lo que sí es una excepción es el motivo, la falta de material, que no suele ser la causa habitual, y más raro aún que le haya pasado dos veces al mismo enfermo «é moi mala sorte -apunta el director xeral de Asistencia Sanitaria del Sergas, Ramón Ares-, porque cando pasa unha vez todo o persoal sanitario está moi atento para que non volva a ocorrer».
Los dos motivos principales para suspender operaciones programadas son dos: la falta de tiempo y los problemas médicos del paciente. Para ajustar el rendimiento del quirófano se programan las intervenciones más complejas, y si queda tiempo se introduce alguna menos complicada. En caso de que se alargue alguna de las primeras, debe cancelarse la última. «Todo depende de como programes, se queres axustar ao máximo o rendemento do quirófano organizas máis, e tes máis posibilidades de que se suspendan, se so programas dúas, é raro cancelar», explica Ares.
Respecto a los problemas de salud, un empeoramiento del estado del paciente, fiebre, una anemia, una hemorragia o incluso en algún caso que no haya dejado de tomar un medicamento antes de la operación, pueden provocar que se cancele. Desde Asistencia Sanitaria explican que en el caso de los niños, por ejemplo, es más habitual que tengan fiebre y haya que posponer la intervención. Las operaciones se programan semanalmente y se confirman definitivamente el día anterior. Si en la jornada previa el paciente no está en condiciones de pasar por el quirófano se intenta introducir otra, y si no es posible, se suspende.
Tras las dos causas más comunes figuran otras, como la que afectó al paciente de Ourense, es decir, la falta de material. Otros motivos es que este material esté en mal estado; la indisposición de un profesional como el anestesista; o incluso una mala coordinación, por ejemplo, si hay que trasladar a un paciente recluso del módulo de presos y se retrasa la Guardia Civil.
Rendimiento quirúrgico
El número de operaciones suspendidas guarda mucha relación con el rendimiento quirúrgico de un centro. Este rendimiento se define como el tiempo que se usa realmente un quirófano, en relación al tiempo total que podría utilizarse. En Galicia la tasa está actualmente en un 76,55 %, tres puntos por encima que hace tres años. Cuanto más uso se le de a la sala de operaciones y más se ajusten las intervenciones, más posibilidades de cancelarse alguna de ellas.
El funcionamiento de los quirófanos depende también del tipo de intervenciones que se hagan en él. Como norma general, «canto máis longas e máis complexas sexan as cirurxías, menos suspensións, porque non se programa tanto», asegura el director xeral de Asistencia Sanitaria, quien insiste en que el 4 % es un estándar «moi bo» en relación a otros servicios de salud.
Sube la actividad
La actividad de los quirófanos en jornada ordinaria ha subido considerablemente en los últimos años. En el 2007 el número de operaciones fue de 85.391, frente a las 118.304 del 2014, lo que supone un aumento del 38 %.
En relación a la población, si en el 2007 se hacían 31 intervenciones por mil habitantes, en el 2013 esa cifra llegó a las 43. El envejecimiento de la población y la llegada de nuevos procedimientos quirúrgicos influyen en esta situación. También aumenta la cirugía en los centros de salud. En cuatro años, del 2009 al 2013, se duplicaron las intervenciones en atención primaria, pasando de 12.400 a casi 25.000.
Los hospitales pequeños anulan más, porque no tienen quirófanos de urgencias
Los complejos hospitalarios grandes destinan uno, dos o tres quirófanos para todas aquellas intervenciones urgentes que se presenten. Los pequeños no pueden hacer esta programación porque tendrían las instalaciones paradas mucho tiempo, de ahí que su tasa de cancelación sea más elevada, ya que en cuanto aparece una urgencia hay que posponer las intervenciones que estaban programadas.
En el 2014, el hospital de O Salnés tuvo que suspender el 6,4 %, de las operaciones mientras que el de Cee, por ejemplo, llegó al 5,27 %. En O Barco sin embargo la tasa fue muy baja, del 2,86 % del total. En estos centros el número de intervenciones reprogramadas está muy relacionado con el número de urgencias que se registraron. Los complejos hospitalarios de las ciudades se sitúan todos en el entorno del cuatro por ciento, a excepción del Chuvi, con un 2,2 % y el de Lugo, en donde se quedó en un 3,23 %.
En el CHUS la cifra llegó al 4,9 % del total de las programadas en el 2014; en el Chuac alcanzó el 4,6 %; un 4,4 % en Pontevedra; un 4,2 % en Ferrol y finalmente un 3,78 % en el complejo hospitalario ourensano.
Falta de camas
Los sindicatos también denuncian periódicamente que la falta de camas provoca que se suspendan operaciones que estaban programadas. Durante el pico de la gripe de este año, por ejemplo, la saturación de urgencias obligó a posponer intervenciones.