Campo y mar aplauden que se deshaga una fusión que, a juicio de los profesionales, no debería haberse producido nunca
06 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando hace poco más de una semana desde el público del desayuno organizado por Nueva Economía Fórum en Santiago a Feijoo le espetaron si no sería conveniente separar la gestión del mar y el campo dado su carácter estratégico para Galicia y las convulsiones que ambos sectores estaban sufriendo, el presidente aseguró «compartir» esa «reflexión» «sensata». Pero fue rotundo al desmentir lo que dieron por seguro otras fuentes de la Administración: que esa segregación ya estaba en fase avanzada de estudio. Ayer el presidente volvió a negar que aquel lunes ya se hubiese dado paso alguno para desgajar Medio Rural y Mar. Una fusión que «xa nunca debera terse producido», a juicio de Tomás Fajardo, presidente de la Federación Galega de Confrarías. Lo mismo opina Torcuato Teixeira, artífice de la pregunta que permitió intuir la inminente crisis de gobierno. Pero independientemente de cómo se haya larvado ese divorcio, lo cierto es que ha sido bien recibido en el sector, sobre todo en el ámbito marítimo, que cree que así recuperará la atención que echa en falta desde hace algunos años.
Aprovechar sinergias en dos sectores primarios de tanto calado para Galicia se ha revelado contraproducente tres años después de la fusión. «Non se atendía nin a uns nin a outros», apuntan desde el sector. Aunque los lamentos por una Administración distante se escucharon por tierra y por mar casi desde el mismo instante en que Rosa Quintana metió en su cartera de Mar los asuntos de Medio Rural que dejó Samuel Juárez cuando en el 2012 se fue a la delegación del Gobierno en Galicia, este verano se convirtieron en clamor.
La crisis láctea germinó cuando la Administración se afanaba por resolver el problema forestal de una Galicia que ardía allí donde no llovía. Las brasas en el monte todavía humeaban cuando los tractores rodearon San Caetano reclamando un precio digno por la leche. Y apenas habían abandonado el recinto cuando acamparon a sus puertas los profesionales de la volanta. El cerco se moviliza cada 15 días. El arrastre está callado porque ya ha tirado la toalla y sus profesionales han ido en tropel a apuntarse al desguace... Demasiados conflictos para una sola consellería. Hay quien incluso aventura que ahí hunde sus raíces la quinta crisis de gobierno.