




La Voz reconstruye minuto a minuto los movimientos de la niña y sus padres. Las pruebas periciales que se presentarán a partir del martes pueden ser determinantes
11 oct 2015 . Actualizado a las 14:56 h.Adaptando la frase de Marcel Proust, los días pueden ser iguales para un reloj, pero no para una niña que está a punto de cumplir 13 años. El 21 de septiembre del 2013 fue diferente. Asunta Basterra Porto se vistió por última vez en su vida. «Alguien que me quiere mucho me trajo esta camiseta de Sanlúcar de Barrameda» era la leyenda de una prenda blanca de la marca Fruit of the Loom. Por encima, un chándal gris oscuro de Benetton. Unas zapatillas deportivas y el reloj de correa azul. Como siempre, en la muñeca derecha. Empiezan a contar las horas.
8.30. Despierta en casa de Alfonso
Duerme en la casa alquilada de República Arxentina. Su madre se enreda el día anterior -está con su amante en Vilagarcía y Pontevedra- y le pide a su marido que se haga cargo de ella. Él le hace espaguetis para la cena, uno de sus platos favoritos.
9.30. Chino en Doutor Teixeiro
La niña se va a la casa de su madre, a escasos cien metros, sin cambiar de acera. Ha retomado las clases de chino después del verano. Su padre también se va a clases de inglés, de 10.30 a 11.30.
10.15. Hora y media de clase
La profesora de chino se desplaza a casa de su madre y allí recibe la lección durante una hora y media.
12.10. La madre y Asunta, solas
La profesora se pasa unos minutos de la hora habitual porque prueban unos pastelitos chinos que a Asunta no le gustan demasiado. Madre e hija vuelven a quedarse solas, porque ese sábado no va a la Alianza Francesa, como era habitual.
13.55. «Los Simpsons»
Han quedado para comer los tres en el piso de Alfonso. Asunta sale un poco antes de la casa de su madre para llegar a tiempo al capítulo de Los Simpsons, que empieza a las dos en punto. Pasa por delante de la cámara de seguridad de un banco que hace esquina. Lleva puesta su camiseta, un pantalón corto, la parte de arriba del chándal en una mano y el reloj en su muñeca derecha.
14.00. Los champiñones
Su padre ha llegado media hora antes, después de hacer algunas compras en la carnicería Esteban y el Claudio de Doutor Teixeiro. Alfonso empieza a hacer los champiñones, pero no el revuelto, porque los huevos debería traerlos Charo.
14.30. A comer. Llega la madre
Alfonso termina de hacer la comida, que se extiende hasta más de las tres. Ellas se van al salón y él se queda recogiendo, «unos tres minutos», dijo en el juicio. Desde la cocina, «oí que se reían», declaró también.
16.00. Partida de cartas
Los tres juegan al Continental. Dos partidas, que gana Asunta. «Era muy inteligente», aseguran sus padres.
17.21. Regreso a Doutor Teixeiro
Asunta pasa de nuevo por delante de la cámara de seguridad del banco que hace esquina en la plaza de Puente Castro. Va sola, a pesar de que Basterra aseguró la primera vez que despidió a las dos a la vez. Una amiga le envía a esa hora un wasap que no obtiene contestación. Otro mensaje parecido entra en el móvil de la niña a las 22.35 horas.
17.28. Un pitillo
Rosario sale unos minutos más tarde. «No quería fumar delante de ella», así que se echa un cigarro en compañía de Alfonso, haciendo planes para el día siguiente.
18.12. Asunta se queda sola
La madre sale de casa. Deja a la niña con todos los libros esparcidos por el suelo, haciendo los deberes y se dirige a Xeneral Pardiñas 7, donde está el Mercedes 190 verde que heredó de su padre. En una primera versión, Rosario le dice a los policías y los guardias civiles (también a su entorno de amigos y familiares) que es la última vez que ve a Asunta.
18.21. La cámara de Galuresa
La cámara de la estación de servicio de este enclave circulatorio de Santiago recoge con claridad que en el Mercedes viajan dos personas. Asunta va en el asiento del copiloto. Cuando Rosario sabe días más tarde que existen estas imágenes (previsiblemente por la prensa) cambia su versión y dice que salió de Xeneral Pardiñas, paró en un vado junto al portal de su vivienda y sube a casa para recoger una bolsa. En ese momento Asunta se anima a acompañarla a Montouto. «Montó delante, ya medía más que yo», dijo la semana pasada. La hora de la cámara puede tener algunos minutos de diferencia con la hora real, pero la imagen, la última que hay de Asunta con vida, es inapelable. Otra cámara, esta vez con menos resolución, permite intuir la presencia del Mercedes 190 verde en la rotonda que da acceso desde la carretera Santiago-A Estrada a la finca de los Porto. Indica las 18.21, aunque la investigación alerta de alteraciones de hasta diez minutos en los relojes de las diferentes cámaras que permiten el seguimiento.
18.22. ¿Asunta y Alfonso juntos?
Alfonso Basterra volvió a asegurar en el juicio que no salió de su casa en toda la tarde. Sin embargo, Clara, una excompañera de Asunta de francés en la Alianza, sostiene que la vio en compañía de su padre. No tiene dudas, estuvo varios años en su clase y a su padre lo conocía porque la traía y la llevaba. Están en el cruce de Xeneral Pardiñas y República del Salvador, el entorno habitual de la familia, también esa tarde. Está de compras por Santiago con un amigo. El tique de una tienda -cuya caja registradora y su reloj no fueron cotejados por la Guardia Civil- dice que salen del comercio a las 18.22. El testimonio de Clara es firme, pero las horas no encajan con las cámaras.
18.31. Alarma de la casa de Teo
Diez minutos es un tiempo razonable para ir desde la gasolinera hasta la casa de la familia Porto en Montouto. Rosario abre el portón metálico, avanza con el coche hasta la casa, la abre y desconecta la alarma. Desde este momento los movimientos de Asunta son pura especulación. Pero hay un testigo que sigue hablando. Su cuerpo, a través de la autopsia.
19.00. Muerta, según los forenses
La autopsia fija la muerte de Asunta Basterra en torno a las 19 horas. Tiene una concentración en sangre de Orfidal 17 veces superior a la considerada como tóxica. Sus pulmones, su nariz y algunas lesiones siguen ofreciendo datos. Un objeto blando sirve para asfixiarla. No tiene capacidad de resistencia porque el nivel de somnolencia y aturdimiento es casi letal por sí mismo.
¿19.00?. De regreso a Santiago
Según Rosario, la niña no se baja del coche, aparcado dentro de la finca. Al dirigirse a él para recoger las bolsas, Asunta le dice que prefiere volver a casa. «Venga, te bajo ya y haces los deberes». Al día siguiente querían pasar el día en la playa, y de hecho su objetivo es ir a buscar unos bañadores. No pone la alarma y afirma que vuelve a Santiago por el mismo camino y la deja muy cerca de su casa para que haga las tareas. Las cámaras de seguridad no la ven en ningún momento. «Si hubiera pasado la vería sí o sí», testifica el guardia civil que revisó horas y horas de imágenes, descartando muchas de ellas.
19.15. ¿Asunta por la calle?
Un profesor universitario, Xosé Ramón Doldán García, se entera por las noticias de lo sucedido con Asunta y acude a la policía para declarar que entre las 19.15 y las 19.20 horas del sábado vio a una niña (o a la niña) de rasgos asiáticos caminando por República del Salvador, muy cerca de su casa. Este testimonio no puede garantizar que sea Asunta Basterra.
19.29. Rosario, en Teo
Con Asunta o sin ella, con viaje a Santiago por el medio o no, los investigadores saben que Rosario Porto está a esa hora en Montouto, por el informe de geolocalización de su teléfono móvil. Según la madre, en un momento dado entre esa hora y las ocho regresa otra vez a Santiago, esta vez con destino al Decathlon, para adquirir una bola de ejercicios para la clase de ballet de Asunta. No lleva el bolso y no llega a entrar en el polígono comercial. Las cámaras tampoco la detectan. Regresa a Montouto para cerrar la casa y recoger fruta.
20.53. Cierra Montouto
La alarma de Montouto queda montada y unos vecinos, la familia de Valentín Tato, se encuentran con Rosario un poco más adelante del portalón de su finca. Charlan unos segundos sobre temas intrascendentes. Creen que va sola en el coche.
1.15. Aparece el cadáver
Rosario vuelve a su casa a las 21.38 y al no encontrar a su hija llama a Alfonso por si está con ella. No es así. A las 22.31 horas llegan a la Comisaría para poner la denuncia. A partir de esa hora están en contacto casi permanente con las fuerzas de seguridad. A la 1.15 dos hombres encuentran el cadáver en una pista de Feros (Teo), a cuatro kilómetros de la finca familiar. El informe técnico ocular de la Guardia Civil, realizado entre las dos y las seis de la mañana, cuando se levanta el cadáver, dice: «Indicios o muestras: braga de color blanco; camiseta blanca; pantalón y chaqueta del chándal gris oscuro, Benetton». Ni rastro de las zapatillas. Su reloj no está en la muñeca derecha.