Feijoo se resigna a aplicar la rebaja fiscal sin el apoyo de la oposición

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Mila Méndez

El PP cierra el debate autonómico autorizando un pacto con el PSdeG para estimular el voto emigrante a dos meses vista de las elecciones generales

17 oct 2015 . Actualizado a las 10:08 h.

Si alguna lección extrajo ayer Alberto Núñez Feijoo del debate sobre el estado de la autonomía es la de saber que su Gobierno está condenado a remar en solitario los meses que restan hasta las elecciones autonómicas, previstas para dentro de un año. La oposición decidió darle la espalda al plan esbozado por el presidente de la Xunta para recuperar la iniciativa política, y no dudó en desmarcarse de medidas de estímulo demográfico, como la implantación del cheque bebé, o de lo que el PP anuncia como la rebaja de impuestos más amplia de la historia de la autonomía.

El último debate autonómico de la legislatura no le sirvió a Feijoo de pretexto para colocar sobre la mesa una amplia agenda de reformas o medidas. Tampoco dispondría de demasiado tiempo para ejecutarlas. Si en otras ocasiones el líder del PPdeG acudió a la Cámara con una docena de proyectos legislativos debajo del brazo, esta vez no anunció ni una ley que no estuviera ya en marcha (Lei do Solo, Patrimonio Cultural o Economía Social) y se limitó a centrar su oferta de diálogo con la oposición con los incentivos fiscales o los compromisos de apoyo a los sectores económicos estratégicos, como el lácteo o la construcción naval.

Pero ni con esas. «Deixen de facer propaganda», rogó ayer la viceportavoz del PSdeG, Carmen Gallego, para quien las medidas promovidas por el PP adolecen «de falta de prazos e de orzamento», Y para no dejar lugar a dudas, cerró la puerta a cualquier entendimiento con los populares tras anunciar que el cambio político «xa está en camiño».

Más incisiva se mostró Yolanda Díaz (AGE), que aparte de preconizar que «mataremos ao lobo» -en alusión al PP-, tildó de «caducas» recetas como el cheque bebé de 100 euros mensuales, y de «irresponsables» rebajas fiscales como la supresión de facto del impuesto de sucesiones. Ana Pontón (BNG) acusó a Feijoo de implantar «un sexenio negro» en Galicia con sus políticas de recortes faltas «de corazón».

Ante la imposibilidad de lograr acuerdos de calado, Marta Rodríguez Arias, en nombre del PP, optó por ahondar en las diferencias entre los grupos de la oposición, en sacarle lustre a las rebaja fiscal y en poner por delante esto: «Viñamos predispostos ao acordo», esgrimió.

Pero esa confluencia a la hora de votar, cuando restan solo dos meses para las elecciones generales, se limitó a ocho resoluciones aprobadas por unanimidad de las 200 que se presentaron en el debate. Quizás la que tiene mayor trascendencia de todas ellas es el pacto que se forjó en torno a un texto impulsado por la diputada socialista Marisol Soneira, al cual el PP le dio luz verde, para estimular el ejercicio del voto entre los gallegos residentes en el extranjero, un censo que cuenta con 437.000 electores de los que solo ejercen su derecho al voto poco más del 2 %.

La idea compartida por PP y PSOE es que la participación pueda subir al 10 %, aunque tiene el inconveniente de que los electores han de pedir expresamente el voto. Para facilitar las cosas, en la resolución apuesta por hacer campañas de información en el exterior y flexibilizar el horario a atención consular.

Pero fue el grupo Mixto, con tres resoluciones aprobadas por unanimidad, el que salió mejor parado del debate. El BNG logró que se aprobara una, AGE y PSdeG, dos cada uno, mientras que el PP no logró la unanimidad para ninguna de las suyas.

El PSOE vota en contra de disolver el Parlamento y Beiras opera como un sexto grupo

El vigésimo segundo debate sobre el estado de la autonomía de Galicia, el sexto que afronta Feijoo como presidente de la Xunta, fue muy prolija en resoluciones llamativas y dejó unos cuantos gestos para el anecdotario parlamentario, así como una aritmética muy variable a la hora de apretar el botón.

Una de las iniciativas más irreverentes que se sometieron a debate fue la propuesta de resolución número 1 del grupo Alternativa Galega de Esquerda (AGE), en el que se instaba al presidente de la Xunta a «disolver» el Parlamento y a convocar elecciones anticipadas. Casi más llamativo que la petición fue el resultado de la votación, pues si bien AGE logró el apoyo del BNG y el grupo Mixto para celebrar elecciones, el PSOE optó por alinearse con el PP para impedirlas. No en vano, los socialistas tiene pendiente todavía de celebrar el proceso interno para elegir a su candidato a la Xunta.

Beiras, por libre

Igual de peculiar resultó el comportamiento de Xosé Manuel Beiras, portavoz de AGE, en la ronda de votaciones, pues constantemente rompió la disciplina que supuestamente se guarda internamente en cada grupo. Y es que Beiras actuó como un grupo parlamentario propio en sí mismo, inhibiéndose algunas veces de pulsar el botón (como si no estuviera presente en el hemiciclo) y dejando claro en todo momento su rechazo frontal a las iniciativas promovidas por el PP.

Lo escenificó Beiras, por ejemplo, a la hora de votar la resolución número 14 del PP, dirigida a ampliar a toda Galicia los programas de detección precoz del cáncer colorrectal. PSOE, BNG y grupo Mixto apoyaron la voluntad expresada en este sentido por el PP; AGE optó por abstenerse, pero Beiras votó en contra, al igual que hizo con la resolución número 37, dirigida a promover planes de igualdad en las aulas. Esta última retrató al BNG votando con el PP, mientras AGE, PSOE y Mixto se abstuvieron.

Otra de las anécdotas que dejó la sesión fue un escaño vacío, el de la socialista María Quintas, que viajó a Madrid con el propósito de defender a Laura Seara como cabeza de lista por Ourense del PSOE, algo en lo que fracasó.

Como fracasó también la diputada Carmen Iglesias en su propósito de suprimir el Consello Consultivo de Galicia. Su petición no la apoyó nadie. Ni siquiera su compañera del grupo Mixto, Consuelo Martínez.