Los concellos de Ferrol, Santiago y A Coruña dan la espalda a la Semana Santa

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Paloma Ferro

En Compostela las cofradías no obtendrán fondos públicos municipales y el gobierno de Ferrol solo garantiza una aportación de 35.000 euros

05 nov 2015 . Actualizado a las 09:37 h.

El cambio de gobierno en A Coruña, Santiago y Ferrol también ha supuesto cambios en la Semana Santa. Unos optan por recortar ayudas públicas y otros dan la espalda a la celebración religiosa.

En Santiago, las cofradías encontrarán apoyo logístico del Ayuntamiento para la organización de las procesiones, pero no obtendrán fondos públicos municipales por no tratarse de una inversión «prioritaria» para el gobierno de Compostela Aberta. El alcalde Martiño Noriega, que mantuvo un encuentro esta semana con miembros de la Xunta de Confrarías de Semana Santa, indicó que en Santiago las ayudas eran minoritarias y no sistematizadas y, de hecho, la partida del último año (3.800 euros) no se ha abonado todavía. El colectivo, que calificó el encuentro de «cordial», confía en encontrar ese apoyo municipal para la divulgación de los actos y desvincula de cualquier apoyo público la salida de las 17 procesiones.

En Ferrol, la polémica sobre la financiación de la Semana Santa se arrastra desde hace cuatro meses, antes de que el actual alcalde, Jorge Suárez (Ferrol en Común) tomase incluso posesión. Con el tiempo, ha tenido que suavizar las declaraciones en las que anunciaba que el Concello no subvencionaría la «parte religiosa» de la celebración. El anterior gobierno local otorgó 75.000 euros este año para la celebración y es la aportación que exige ahora la junta general de cofradías para el 2016. El bipartito FeC-PSOE solo está dispuesto a llegar a esa cifra con la aportación de otras administraciones, y por el momento solo garantiza una aportación de 35.000 euros. Y las cofradías ya han amenazado con suspender las procesiones del próximo año o, al menos, reducir su número.

Desde el inicio del mandato en A Coruña insisten en que no van a patrocinar ningún acto religioso, aunque sí poner todas las facilidades para que se celebre. De hecho, en la procesión del Rosario el mes pasado eliminaron las pocas ayudas que había y el regidor no fue a ninguna de las citas.