El marchante de Parga acusado de encargar cuadros falsos evita un juicio en EE. UU.

X. Carreira LUGO / LA VOZ

GALICIA

ALBERTO LÓPEZ

La Fiscalía sospecha que detrás de esa falsificación se encuentra Bergantiños y la que hace años fue su pareja, Glafira Rosales

05 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Es la trama de falsificación de arte más grande de la historia. Así se expresan especialistas en pintura en relación con la venta de numerosos cuadros que llevaban la firma de conocidos artistas, pero que eran falsos. Quien realmente los hacía era un ciudadano chino en un garaje de Queens, en Nueva York. Y uno de los que supuestamente estaba detrás del asunto era un marchante lucense, de Parga, José Carlos Bergantiños.

Hace unos días comenzó en la Corte de Manhattan un macrojuicio, que se prevé dure más de un mes y que movilizará a grandes expertos en arte y numerosos abogados, y que posiblemente motive la declaración de personajes clave en este entramado. Y uno de ellos es Glafira Rosales, una mexicana que fue pareja del lucense José Carlos Bergantiños que, según el fiscal, fue la que vendió numerosas obras de arte falsas a algunas galerías. También debería estar en ese juicio el marchante lucense, pero España no accedió a la petición americana de extradición. Bergantiños permanece en Lugo ajeno al juicio.

Este juicio no es ni contra Glafira ni contra Bergantiños, aunque los dos supuestamente estarían detrás del asunto. Es consecuencia de una denuncia presentada por el acaudalado empresario Domenico de Sole, que es el presidente de Shothebys, una multinacional de las subastas. Y la demanda es contra la galería Knoedler & Co, la más veterana de Nueva York y su ex directora, Ann Fredman, porque fue ella y su galería la que vendieron a Domenico, hace unos años, un cuadro de Mark Rothko, uno de los máximos representantes de la abstracción americana. El multimillonario empresario pagó 8,3 millones de dólares por un cuadro que supuestamente había sido pintado por el artista en 1956, pero lo había pintado en un garaje de Manhattan un chino que ahora está fugado.

Quince años de falsificaciones

La Fiscalía sospecha que detrás de esa falsificación se encuentra Bergantiños y la que hace años fue su pareja, Glafira Rosales. Fue ella la que vendió el cuadro a la galería creyendo que el presunto fraude jamás se descubriría. Pero no fue así y, con el paso del tiempo se supo que llevaba unos quince años comerciando con cuadros que no eran originales.