Las víctimas del donjuán gallego: «Es bajito y sin dientes, pero te cautivan otras cosas de él»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

López Penide

Dos víctimas pontevedresas del donjuán de Marín relatan cómo fue la relación que mantuvieron con él

11 feb 2016 . Actualizado a las 16:03 h.

No es que fuera el hombre de sus vidas y, de hecho, reconocen que no llegaron a enamorarse de él, pero tanto María como Eva, nombres ficticios de estas dos mujeres de la comarca de Pontevedra, cayeron en su día en la telaraña de un donjuán que estiman llevaba veinte años viviendo a costa de las mujeres. «Es una persona muy fotogénica y sabe muy bien cómo venderse ante la cámara. En las fotos que él te manda, sí es un chico con cierto atractivo, está bastante bien, pero cuando lo ves en persona... Yo me quedé, es que no puede ser el mismo. No vas a ser una persona que solo va por el físico y lo conoces y, aunque no te guste en un primer momento, porque es bajito y sin dientes, te cautivan otras cosas de él», explicó la primera.

De hecho, el físico de quien se presentó como Leto fue lo que hizo que Eva, de 42 años, le propusiera mantener el primer encuentro a oscuras «y así el físico no nos coarta. No quería que su imagen me echara para atrás porque me gustaba como hablaba». Tras conversar un par de horas y encender la luz, se dijo, «madre mía, es peor de lo que yo pensaba». Y sin embargo, poco a poco, Leto se las fue ganando.

La historia de las ambas es, hasta cierto punto, similar. Estaban pasando por un momento personal complicado cuando, a través de una red social, este vecino de Marín, actualmente asentado en la provincia de Burgos, contactó con ellas. Eva sospecha que, mediante distintos perfiles, fue conociendo sus gustos hasta que finalmente el donjuán dio el paso. De este modo, «sabía exactamente mis gustos. Sí, no tiene dientes, igual no me gusta físicamente, pero tiene otras cosas», acota María. «Son cosas que utiliza para irte ganando. Te encuentras con una persona con la que tienes todo en común. Lo que te gustaría encontrar en una pareja, él te lo ofrece», añade Eva.

Si a María le embaucó diciéndole que era tatuador, a Eva lo hizo asegurándole que era chef en uno de los restaurantes con estrella Michelín de Poio. Sin embargo, tienen en común que pronto su, en teoría, novio les deja caer los supuestos problemas económicos en los que se encuentra. «Él no tenía un duro, no tenía absolutamente nada y te iba pidiendo. Al final, acabas comprándole la ropa. Lo sostienes como si fuera tu hijo», relata esta última, mientras que María asegura que, en fondo, fue afortunada. En el plano económico, solo perdió ochocientos euros que le prestó a Leto y el coste de unas facturas de una línea de móvil.

Más acuciante es la situación de Eva. Denuncia que el que creía era su pareja dejó sin abonar unos 2.500 euros del alquiler de un piso que, en su día, arrendaron entre ambos y una cantidad que puede rondar los cinco mil euros derivados del tiempo que el donjuán, presuntamente, residió en una casa rural. «Soy de las más perjudicadas».

Echando la vista atrás, ahora con 35 años, María se pregunta qué pudo hacer con esta persona durante más de un año, «si no me aportaba nada». «Te crea una especie de enganche -aclara Eva-, porque está hablándote todo el día y toda la noche, controla todo movimiento que haces, y al final, te crea una especie de dependencia. Te acostumbras a que esté pendiente de ti. No diría que fuera enamoramiento».

«Es un manipulador que estudia y analiza a sus víctimas para atraerlas»

«Estamos ante una personalidad psicopática». Es la opinión de Jorge Jiménez, psiquiatra criminal que conoce el caso del donjuán que embauca a las mujeres con las que contacta. El miércoles lo explicó en el programa Más que contar, que presenta Gladys Vázquez en V Televisión. Jiménez explicó que este hombre «es un manipulador que se dedica al engaño. Tiene un encanto superficial con el que atrae a sus víctimas». Añade el psiquiatra que «es capaz de estudiarlas y analizarlas para hacer una lectura emocional de ellas y saber lo que les gusta y cuáles son sus necesidades. Va haciendo un perfil de sus víctimas para encajar de forma perfecta en ellas».