Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

«Coca», la perra que murió por la estricnina destinada a los lobos

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

Su dueño también perdió a otra mascota por culpa del veneno que se usa para acabar con estos animales

06 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Se llamaba Coca y era una spaniel bretón de nueve años. Hace unos días y mientras daba un paseo por uno de los montes próximos a Pontevedra con su dueño, Santiago Bas López, encontró la muerte al borde de una pista forestal tras agonizar durante media hora. Los análisis posteriores determinaron que había ingerido estricnina, un veneno que Santiago Bas está convencido iba oculto en un cebo para lobos.

«Morreu con moita rapidez, entre convulsións», lamentó el pontevedrés. De inmediato, sospechó de la estricnina. Hace veintiún años, en 1995, ya tuvo que vivir una experiencia similar: «Agora repítense as circunstancias. Quen puxo os cebos os puxo para os lobos, deso estou seguro». Los análisis posteriores confirmaron las sospechas.

Eso sí, reconoce que «é raro» que se hubiese empleado estricnina, ya que existen otros venenos en el mercado que son más fáciles de adquirir. No obvió, en este sentido, la potencia que tiene esta sustancia, toda vez que unos decigramos son suficientes para acabar con la vida de una vaca adulta.

«Hai máis veleno no monte do que imaxinamos», advirtió, al tiempo que confirmó la interposición de una denuncia ante la Guardia Civil de Pontevedra y ante Medio Ambiente. Desde el Seprona ratificaron que se ha abierto una investigación, y precisaron que es la única denuncia que han tramitado por esta causa en los últimos meses.

Enamorado de los perros, Santiago Bas reconoce que el hueco dejado por Coca va a ser difícil de llenar. Hace unos días, este pontevedrés adoptó una perrita téckel mestiza, que se sumó a los juegos de sus otros tres perros. «Animo á xente, quen poida, a adoptar cans e a denunciar os casos de envelenamento. Hai que intentar acabar con esa lacra, pero non é fácil».

Asimismo, considera que la comercialización de estas sustancias tendría que estar más regulada -alude a que, en determinadas cantidades, los productos que se emplean para acabar con plagas, por ejemplo de caracoles, pueden matar a un niño de 10 años-, si bien asume que los ganaderos se encuentran desamparados por la ley. Apunta que las ayudas para paliar los daños que causan los lobos «precisan de solicitudes demasiado farragosas e complicadas, tardan moito en pagar e poucas veces pagan».

De igual modo, entiende que debería agilizarse y ser más sencillo el poder solicitar medidas de control de las manadas de lobos. En algunos puntos de la provincia de Pontevedra se les han achacado ataques a reses y caballos en lugares muy próximos a núcleos de viviendas, algo que no es, ni mucho menos, habitual. Incluso la proliferación de caballos que han fallecido bajo sus fauces está poniendo en riesgo la celebración de algunas rapas tradicionales, caso de la Baixa das Bestas de Amil (Moraña), según puso de manifiesto el presidente de la Asociación Cabalar Monte Acibal, Luis Calvo.

Pese a esta realidad, Santiago remarca que los cebos con veneno no son la solución, son un problema, «unha lacra que hai que erradicar e denunciar».