El eurodiputado socialista, que se enteró de los atentados en el Parlamento Europeo, planeaba regresar mañana a Galicia, pero ignora si estará operativo el aeropuerto
22 mar 2016 . Actualizado a las 19:39 h.«Aquí hay una conmoción brutal. Las bombas las pusieron en el corazón de las instituciones comunitarias». El eurodiputado socialista José Blanco describe desde su oficina en el Parlamento Europeo, apenas a cinco minutos andando de la estación de metro de Maelbeek, sus impresiones tras los atentados de Bruselas. Blanco asegura que llegó a su despacho a primera hora de la mañana, antes de los sucesos: «Hoy madrugué porque tenía mucha actividad en el Parlamento, y ya estaba aquí cuando tuvieron lugar los atentados. Esta tarde tenía la comisión de investigación sobre el asunto Volkswagen y quería prepararla, pero al final se ha suspendido». Relata Blanco que su primera reacción tras enterarse de los atentados fue interesarse por las personas de su entorno. «Una diputada nuestra, Soledad Cabezón, estaba en la estación. Te preocupas por la gente. Daniel Sousa, un becario gallego que trabaja con nosotros, iba en el metro, pero lo desalojaron en la estación anterior», explica el eurodiputado, que también se puso en contacto con su familia para tranquilizarla.
Blanco destaca que, a raíz de los atentados de París, la seguridad ya había aumentado mucho en la capital comunitaria. «Era fácil ver a los militares con una presencia continua en las calles. Y también habían reforzado la seguridad en los aeropuertos», subraya. El exministro de Fomento hace una reflexión sobre la respuesta europea al desafío terrorista. «Esto hay que tomárselo en serio. Tiene que haber más coordinación de los servicios de información. Este reto solo se puede responder con más seguridad, más medios y más Europa». José Blanco llegó ayer a la capital comunitaria y tenía previsto regresar mañana a Galicia, aunque tras los atentados todos los planes están en el aire. «Tengo un vuelo a primera hora para irme a Galicia, pero ni siquiera sé si abrirán el aeropuerto. Ahora todo es un lío».