
Jorge Tato había dado forma a su pasión por el fútbol como jugador del Vilalbés juvenil, con el que estaba cerca de conseguir el ascenso. Su muerte en un accidente ha roto esa ilusión
09 abr 2016 . Actualizado a las 16:32 h.El Racing Vilalbés se vio sacudido por el fallecimiento del juvenil Jorge Tato, de 18 años, en accidente de tráfico. Fue una jornada luctuosa que difícilmente será digerida por el club chairego. El delantero, nacido en Lugo, había encontrado un segundo hogar en el club verdirrojo, al que había llegado hace cuatro temporadas. Su sueño se vio truncado el martes a última hora de la tarde, cuando perdió el control del coche que conducía en la intersección de las autovías A-6 y A-8 y murió casi en el acto. El joven regresaba del entrenamiento con dos de sus compañeros, que resultaron heridos. La muerte de Tato se produce en el mismo momento en que el equipo en el que militaba y del que era el máximo goleador se encuentra cerca de certificar el ascenso de categoría.
Jorge Tato era, según explican quienes lo conocieron, «un chico normal». Tímido en un primer momento, se soltaba cuando cogía confianza con sus amigos. No era de los que llamaba la atención en su vida cotidiana, pero sí sobresalía en lo que era su pasión desde pequeño: el fútbol. Dio sus primeros pasos como jugador en el Club Deportivo Lugo, en el que, de la mano de Paco Corredoira, actuó en la posición de central. Más tarde avanzó su demarcación hasta convertirse en delantero.

Hace cuatro temporadas, dio un cambio a su vida deportiva y se enroló en el Vilalbés. No le importaba devorar kilómetros para alimentar su amor por el fútbol. Esta campaña, con el equipo juvenil del club chairego, atravesaba un momento dulce tanto en lo individual como en lo colectivo.
Jorge Tato fue noticia hace dos meses. Entonces, el Racing Vilalbés juvenil firmó un récord al alcance de pocos equipos. En cinco partidos consecutivos, el conjunto chairego consiguió marcar gol en el primer minuto. Y tres de esos tantos partieron del delantero lucense. El Vilalbés juvenil ocupa la primera posición de la tabla en la liga gallega. Y parte de ese mérito es merced a la labor de Jorge Tato. Autor de 26 tantos, era el segundo mejor realizador de la competición. Un delantero fiable para cazar los centros que sus compañeros le servían desde las bandas.
La pasión de Jorge Tato por el fútbol le llevó a cambiar de aires hace cuatro años. Dejó su Lugo natal para galopar sobre el césped del estadio Roca de Vilalba. Alrededor de un centenar de kilómetros, entre ida y vuelta, cada día de entrenamiento o de partido como local eran un peaje que tanto él como su abuelo, el apoyo que siempre encontraba en sus aventuras futbolísticas y su seguidor más fiel, pagaban con gusto.
Hace alrededor de dos meses, Jorge Tato obtuvo el carné de conducir. Una circunstancia que le proporcionó autonomía para seguir practicando el deporte que le encantó desde niño. Pero, caprichos del destino, su carrera se apagó al volver de un entrenamiento.
Las banderas ondean a media asta tanto en Vilalba como en los corazones de todos los integrantes del Racing. Paco Ruiz, presidente del club chairego, encajaba con sobriedad el duro golpe recibido por la entidad. «Ahora la ilusión que tenemos es intentar aproximarnos a despedirlo como se merece y, después, mirar hacia adelante», afirmaba.
El Vilalbés ha cancelado toda la actividad de sus equipos de base y ha solicitado a la Federación Gallega la suspensión de los encuentros de los conjuntos de formación previstos para este fin de semana. La federación decidió el miércoles que se guardará un minuto de silencio en memoria de Jorge Tato en los encuentros que se disputen en los próximos días.
Un posible despiste tras desabrochar el cinturón para coger el teléfono móvil
Aunque las causas del fatal accidente aún están por determinar y hay una investigación abierta para esclarecer lo ocurrido, es posible que el conductor desabrochase el cinturón de seguridad para coger el teléfono móvil que tenía guardado en el bolsillo de la chaqueta. Pudo ser que en ese momento Jorge Tato Rey perdiese el control del vehículo, se saliese de la vía y acabara volcando. El jugador se desnucó y falleció prácticamente en el acto.