El partido inicia la cuenta atrás para convocar las primarias, mientras los críticos quieren intentar el asalto al poder
10 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El diputado autonómico Raúl Fernández, la persona elegida en su día por Pachi Vázquez para ocuparse de los asuntos del PSOE en la provincia de Ourense, y la exdiputada Laura Seara, también pachista, fueron dos de las personas que ayer llevaron la voz cantante en el comité provincial del partido, que se cerró con una petición unánime dirigida a Ferraz: la convocatoria urgente de un congreso en el que se elija al nuevo secretario general. Esta demanda se añade al acuerdo adoptado la semana pasada en la provincia de A Coruña, y ambas no supondrían problema alguno si no atentaran directamente contra la hoja de ruta trazada por Pedro Sánchez para renovar la dirección del PSdeG, que pasa por convocar a todos los militantes a unas primarias hacia las que algunos miran con recelo.
Desde que Gómez Besteiro renunció como secretario general del PSdeG, y de eso hace ya tres semanas, los socialistas gallegos mantienen un pulso abierto por el control del partido que lo parte en dos mitades. Unos obedecen a la madrileña calle Ferraz, sede federal del PSOE, y otros están más pendientes de Sevilla. Los primeros, el sector oficial, están a expensas del manejo de los tiempos de Pedro Sánchez; los segundos, los críticos, intentan sobrevivir poniéndose al servicio de Susana Díaz. Unos hablan de primarias para elegir candidato a la Xunta; los otros enfatizan lo del congreso. Así que el lío está servido, porque la discusión radica en el método y las posibilidades que le brinda a los dos bandos en liza para tener el control del partido.
En los últimos años, el PSdeG se sirvió de diversos procedimientos para elegir a sus máximos responsables. Emilio Pérez Touriño fue encumbrado en un congreso en el año 1998, mientras que a José Ramón Gómez Besteiro lo auparon los militantes con su voto en urna en el 2013. La elección de Pachi Vázquez se produjo en el 2009 por un sistema híbrido. En realidad, fue elegido a dedo en una mesa camilla de toda la vida cuando Touriño ni siquiera había dimitido. Eso sí, tal y como mandan los estatutos, Pachi Vázquez después fue ratificado en el correspondiente congreso extraordinario sin apenas oposición.
El método híbrido de la mesa camilla no tiene hoy en día demasiados adeptos, aunque fue sugerido como solución de compromiso por el exalcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, en una reunión orgánica. La verdadera discusión está en si primarias o si congreso, y en los calendarios que habría que poner en marcha en función del proceso elegido.
Pues bien, la dirección federal decidió posponer la elección de la nueva ejecutiva y secretario general del PSdeG, es decir, decidió posponer el congreso, hasta que se cumplan los plazos para la formación de gobierno y la repetición, o no, de las elecciones generales. Es por ese motivo que nombró a una gestora, presidida por Pilar Cancela, para ocupar el vacío de poder con un mandato de seis meses. Esta gestora, que dispone de plena capacidad ejecutiva en el partido, inició la cuenta atrás para convocar las primarias de las que deberá salir el nombre del candidato a la Xunta.
Ocurre que el sector crítico con Pedro Sánchez y Besteiro no dispone de un candidato claro para las primarias tras la sucesión de autodescartes, de ahí que se inclinen por emprender su asalto al poder del PSdeG mediante la fórmula tradicional de un congreso, que después permitiría elegir a la carta el candidato a la Xunta.
Inconvenientes
El único inconveniente que contiene la agenda del sector crítico es la vuelta al pasado, al congreso puro y duro, cuando los últimos responsables del PSOE en Galicia y en España, Besteiro y Pedro Sánchez, fueron elegidos mediante primarias. Su apuesta, aún estando avalada por las direcciones provinciales de Ourense y A Coruña, parece ahora mismo inviable. El PSdeG convocará primarias, y posiblemente lo hará ya en el plazo de una semana. Es al fin y al cabo la fórmula que le permite a Pedro Sánchez mantener provisionalmente el control de la federación gallega a través de la gestora presidida por Cancela, que tiene mandato hasta septiembre.