De la pluma del exfiscal Ignacio Peláez salió la querella que acabó fulminando la carrera judicial de Baltasar Garzón
14 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Ignacio Peláez, el abogado de Mario Conde, es una figura tan polémica, o casi, como su defendido. Exfiscal de la Audiencia Nacional, de su pluma salió la querella que acabó fulminando la carrera judicial de Baltasar Garzón, acusado de ordenar escuchas de las conversaciones en la cárcel entre imputados de la trama Gürtel y sus letrados.
En dicho procedimiento, Peláez fue defensor del empresario leonés José Luis Ulibarri, aunque su lista de clientes es variada y no deja indiferente a nadie, pues está trufada de nombres conocidos. En ella está, por ejemplo, el lucense Jorge Dorribo, empresario farmacéutico que acusó al socialista José Blanco, entonces ministro de Fomento, de cobrar comisiones -en la operación Campeón- a cambio de subvenciones.
También defendió al expresidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, en la causa abierta contra él por supuestos delitos societarios cometidos en la gestión del club.
Otro grande del deporte rey, Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol, también lo ha escogido como ariete de su defensa, como en su día lo hicieran los hijos varones de Ruiz Mateos y el liquidador de sus empresas, Ángel del Cabo.
Peláez también se sentó en el banquillo junto a Alberto Cortina y Aberto Alcocer, por una carta falsa con la que intentaron contrarrestar la condena del caso Urbanor, luego prescrito. Fue absuelto.