Los municipios gallegos destinan más recursos que la media a gestionar basura, agua y alumbrado público

Su recaudación es inferior a la media de los ayuntamientos españoles. También ingresan menos por un sistema de participación en los ingresos del Estado que los penaliza. Y disponen, en consecuencia, de una menor capacidad de gasto. Pero los municipios gallegos, a pesar de esas limitaciones, invierten más en los servicios de bienestar comunitario que el promedio de los 8.116 del país. Ese mayor desembolso por la gestión de la basura, el agua y el alumbrado público es el peaje derivado de la mayor dispersión poblacional en Galicia. De hecho, el programa de bienestar comunitario es el que ha registrado incrementos más significativos en la estructura de gasto de los municipios gallegos desde el inicio de la crisis. En el 2014, el último ejercicio con la liquidación de los presupuestos cerrada, los concellos dedicaron a esas prestaciones 445,7 millones, 10 más que en el anterior.

También aumentó el esfuerzo de los ayuntamientos para sufragar servicios sociales e iniciativas de promoción social (172 millones) y los relacionados con seguridad y movilidad (167). Aunque el mayor repunte del gasto municipal en los últimos años corresponde a la amortización de la deuda pública, que absorbió 158,6 millones en el 2014. Sin embargo, mientras los municipios gallegos destinan 58 euros por habitante, la media estatal alcanza los 164.

Menos ingresos, menor gasto

Estos datos forman parte de un informe de la Fegamp que pone de relieve que, pese a la escalada en la recaudación tributaria por la actualización de los tipos impositivos del IBI, los ingresos por esta vía siguen siendo inferiores a la media de los ayuntamientos españoles. Esto se explica por la diferencia en el valor catastral medio por inmueble, que en Galicia es de 33.000 euros, y en el conjunto del Estado, de cerca de 60.000. Con todo, el 22,2 % de los ingresos de los concellos procede del IBI urbano. Y las transferencias del Estado, la Xunta y las diputaciones apenas representan el 41,8 %, cuando antes de la crisis rondaban el 50%.

Esa menor entrada de ingresos en los 314 concellos se traduce en un gasto inferior. Invierten 772 euros al año por vecino, frente a 1.048 de la media española.

---

---