Los peores días del exmaquinista Francisco José Garzón

Laura García del Valle
Laura G. del Valle REDACCIÓN / LA VOZ

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Su abogado cuenta que estas jornadas«no son buenas» para el único imputado en la causa

25 jul 2016 . Actualizado a las 20:47 h.

«Yo era el maquinista del Alvia ese día y ante ustedes nada quiero ni pretendo justificar». En esta frase, que Francisco José Garzón Amo dirigió a las víctimas, y que está incluida en una carta recogida en el libro El peor día de Galicia. Tragedia en Angrois, que distribuyó La Voz de Galicia, resumió lo que lleva tres años queriendo transmitir a los damnificados y familiares del peor accidente ferroviario de la historia de Galicia: perdón y culpa. Perdón por acabar con la vida de 80 personas y culpa por un despiste que, como afirma su abogado, Manuel Prieto, «nunca ocultó» y del que tuvo consciencia prácticamente desde el minuto uno.

«¡Ay Dios mío, lo que he hecho!», se lamentaba minutos después del descarrilamiento a un responsable de Renfe por teléfono. Más tarde se sabría que el maquinista descarriló a 179 kilómetros por hora en una curva que tiene la velocidad limitada a 80. Este fatal error, por el que en la actualidad es el único imputado, le alejó un año y medio de Renfe, y para siempre de su labor como maquinista. Las secuelas psicológicas que arrastró tras el accidente han remitido hasta el punto de ser apto para trabajar de nuevo, pero no para llevar una vida alejada de los dolorosos recuerdos que le invaden, aún con más fuerza, estos días. Desde enero del 2015 pasa los días en unas naves de Renfe realizando reparaciones a locomotoras. Sin embargo, a medida que se acerca el fatídico 25 de julio, asegura su abogado, «los días no son buenos». Es más, el letrado afirma que no se pone en contacto con Garzón desde primeros de mes porque prefiere no molestarle en estas fechas; además, «es posible que no esté trabajando ahora». Garzón lleva tres años intentando aligerar la carga de su conciencia, arropado por sus compañeros y llevando una vida discreta.