La autopsia revela que Christian Coego Rey no conducía bajos los efectos de alcohol o drogas
16 sep 2016 . Actualizado a las 21:43 h.La autopsia revela que Christian Coego Rey no conducía bajos los efectos de alcohol o drogas durante la fatídica jornada del sábado 10 de septiembre, cuando colisionó contra otro coche tras avanzar algo más de 30 kilómetros en la A-6 en sentido contrario. La prueba realizada por la forense del juzgado de Betanzos ratifica así las sensaciones transmitidas por los amigos y las últimas personas que intercambiaron unas palabras con Christian Coego el sábado por la mañana, apenas hora y media antes de la trágica colisión, en la que, además del joven de Sobrado dos Monxes, también murió el vecino de Ourense de 41 años Pablo Alejandro Rodríguez, cuyo Nissan Qashqai quedó totalmente destrozado. El joven que causó el accidente acababa de pasar toda la mañana en la Xuntanza Cabalar de Cambás, en el municipio de Aranga, un lugar próximo al de la colisión. Sus acompañantes aseguraron que durante esas horas Christian no había dado síntomas que hicieran prever la desgracia posterior. «Fixo a ruta como os demais, chegou alegre como sempre, e falou con todos nós», relató a La Voz una de las últimas personas que se cruzaron con él antes de abandonar Cambás, si bien ya en ese momento lo vio contrariado porque le había surgido otro compromiso. Descartada la influencia de sustancias o bebidas se ratifica la tesis de que el joven era consciente de lo que estaba haciendo, pese a los múltiples avisos con claxon y ráfagas de luces por parte de los conductores con los que se cruzó el sábado alrededor de las tres de la tarde. Además de salir de la vía para incorporarse de nuevo otra vez en sentido contrario, también llegó a atravesar en algún momento la mediana vegetal.
Por otro lado, también ha trascendido en el entorno de la investigación que Christian rodaba con su furgoneta Volkswagen Caddy a 180 kilómetros por hora en el momento de la colisión, en el kilómetro de 546 de la autovía A-6. El velocímetro del Nissan de la víctima, Pablo Alejandro Rodríguez, marcaba 120 por hora, mientras que el otro coche implicado, un Smart conducido por Marta Rodríguez, que resultó herida, iba a 110 kilómetros por hora.