Sabrina Rodríguez: «Quería hacer ver a los políticos que hay algo más allá del poder y del dinero»

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón OURENSE / LA VOZ

GALICIA

La ourensana emigrada en Perú sabe que cambiar su papeleta por una carta de queja pudo ser poco «cívico», pero alega estar «desencantada»

08 oct 2016 . Actualizado a las 13:39 h.

Sabrina Rodríguez López, de O Carballiño, tiene 30 años y los últimos seis los ha vivido emigrada en Perú. Pese a la distancia, sigue con atención la vida política española, aunque se confiesa «desencantada». Por eso el 25S decidió cambiar la papeleta de su sobre de votación por una carta dirigida a los políticos. «Desde las Américas veo cómo os gastáis millones de euros en elecciones porque no os ponéis de acuerdo en las alianzas», escribió, entre otras cosas. El asunto podría haber pasado desapercibido, pero ya en Ourense sus quejas llamaron la atención de los encargados de recontar los votos de los emigrantes, que hicieron un parón para leer en voz alta la misiva. Pese a no figurar su nombre, en el texto daba algunas pistas y La Voz la ha localizado.

«Me apetecía compartir mi historia porque entiendo que es también la de muchas otras personas jóvenes que vivimos fuera y que nos hemos tenido que ir porque la crisis nos ha golpeado duro. Todas mis amigas, por ejemplo, estamos fuera salvo dos. Quería hacer ver a los políticos que hay vida más allá del poder y del dinero», cuenta Sabrina, que dice que se entusiasmó con las primeras generales -no aclara a qué partido votó- pero que la repetición de los comicios la dejó decepcionada. «Me di cuenta de que lo único que persiguen los partidos es llegar al poder. Les estamos pagando para que al final se peleen, no se pongan de acuerdo y nos hagan gastar más dinero. Y, mientras, mis padres con sus impuestos están pagando esto cuando me tienen a mí fuera desde hace seis años y yo no puedo regresar a España porque sé que no hay trabajo», lamenta.

Asume que al cambiar la papeleta por una carta para quejarse perdió la oportunidad de participar, pero no le gustaba ningún candidato. «Traté de preguntar a mi entorno más cercano por quién iban a votar para tener una referencia y la respuesta fue exactamente la misma que la mía, que todos eran iguales. Así que, en fin, preferí usar mi voto de una forma diferente. No estoy ejerciendo tal cual mi derecho a voto y no sé si eso es cívicamente correcto, pero es la opción que yo escogí», resume.

«El voto rogado es una invitación precisamente a no votar»

En la carta de Sabrina una de sus quejas hacía referencia a las dificultades que los emigrantes tienen para participar en las elecciones. Dice que es un proceso tedioso: «El voto rogado es una invitación precisamente a no votar. Las papeletas nos deberían llegar sin necesidad de solicitarlo. No veo por qué tengo que pedir permiso para votar». Ella vive en Lima y las gestiones son más sencillas, pero Perú es muy grande. «Los que viven en los Andes o en la selva, a 4.000 metros de altura, donde acceder es bien complejo, yo creo que ni se lo plantean. Las cartas con mucha dificultad les llegarían», denuncia.

Sabrina trabaja en el mundo de la comunicación empresarial y dice que ahora le va muy bien. Sin embargo, pese a la distancia trasatlántica de la entrevista, rompe a llorar cuando le preguntan si querría volver: «Por supuesto. ¿Cómo no voy a querer? Por ahora me toca estar fuera. He aprendido muchas cosas, pero, bueno, yo espero morir en España. Está claro que donde mejor se está es en casa».