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En Galicia se pagan de 2.000 a 4.000 euros por una boda de conveniencia

José Manuel Pan
josé manuel pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Eduardo Pérez

Conseguir la nacionalidad es el objetivo de este tipo de matrimonios fraudulentos

07 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Muchos matrimonios mixtos, entre españoles y extranjeros, «solo buscan la nacionalidad española. Es su principal objetivo», asegura un policía que conoce bien los entresijos de los matrimonios de conveniencia, también llamados matrimonios blancos. Para muchos extranjeros que están en situación irregular o a punto de estarlo, casarse con españoles es la forma más rápida de conseguir la nacionalidad y de garantizarse un futuro en España. Con el certificado de matrimonio en la mano llegan los derechos sociales, las ayudas económicas y la posibilidad de trabajar con papeles. Es el objetivo para muchos protagonistas de este tipo de enlaces.

Naturalmente que no todas las uniones civiles entre dos personas de distintas nacionalidades son fraudulentas, pero sí es cierto que los matrimonios de conveniencia siguen siendo una realidad contra la que las autoridades españolas tratan de luchar con el establecimiento de filtros que hagan difícil sortear las leyes. Que uno de los contrayentes esté en situación irregular en el país suele ser el primer motivo para sospechar. «La coordinación interna e interinstitucional resulta fundamental para detectar matrimonios cuyo objetivo exclusivo es regularizar la situación administrativa en España de uno de los contrayentes», advierten desde la Fiscalía. Es uno de los supuestos más frecuentes, por eso «el informe policial que acredite la existencia de un expediente de expulsión del país, aunque esté en tramitación, es un criterio relevante para que el Ministerio Fiscal se oponga a la celebración del matrimonio». En esos casos, la Fiscalía entiende que la finalidad de ese enlace «es exclusivamente eludir la sanción de expulsión impuesta o que se va a imponer».

«Cuando el juzgado y los fiscales detectan algo extraño nos piden a nosotros un informe sobre los contrayentes», explican desde el departamento de extranjería de la Policía Nacional de Vigo. En lo que va de año ya les han solicitado 32 informes sobre parejas mixtas que han iniciado el expediente de matrimonio. «Cada vez estamos más especializados en este tipo de investigaciones, tanto nosotros como los juzgados, y es más difícil eludir las leyes», explica un portavoz policial. Seis de esos informes no han pasado el filtro de los investigadores, que han emitido un dictamen negativo por sospechas de algún tipo de fraude: «Hay de todo. En uno de los casos el pasaporte del ciudadano extranjero estaba falsificado. En otro, uno de los solicitantes trataba de ocultar que ya estaba casado».

«A mí no me lo han ofrecido, pero todo el mundo sabe que se puede obtener dinero casándose», explica una mujer de Santiago que prefiere mantener el anonimato y que en su círculo de la noche tiene amigas que han cobrado entre 2.000 y 4.000 euros por casarse con un africano «para que él tenga los papeles». ¿Quién paga eso? «Hay organizaciones criminales que se dedican a eso», explican fuentes policiales, y muchas veces formadas por extranjeros. Hay redes relacionadas con la prostitución que traen a mujeres compatriotas a las que después explotan aquí. «Esas organizaciones pagan hasta 4.000 euros por una boda fraudulenta para obtener una nacionalidad», explican las mismas fuentes. «Muchas veces el ofrecimiento se les hace a toxicómanos y a indigentes españoles que no tienen nada que perder y aceptan el matrimonio por dinero. Eso es un fraude», aclaran.

Matrimonio simulado

¿Pero qué es un matrimonio de conveniencia? El Gobierno lo tiene claro: «Es un matrimonio simulado, y sin verdadero consentimiento matrimonial». Ese último punto es esencial. «El consentimiento debe ser personal, libre y otorgado por alguien capaz y que conozca las consecuencias de ese matrimonio, los compromisos que se adquieren y los derechos que se generan hacia la otra persona», apunta una de las fiscalas adscritas al Registro Civil de A Coruña. En una ocasión, un joven aceptó casarse a cambio de dinero. Contactó con una red clandestina que gestionaba ese tipo de enlaces. Él necesitaba saldar una deuda y la otra parte, vinculada a la prostitución, quería obtener la nacionalidad española. Sin compromisos, sin relación posterior. No volvió a saber nada de aquella mujer. El joven continuó su vida olvidando aquel episodio. Hasta que quiso casarse con su novia de siempre y llegaron los problemas. Solo le quedaba pedir la nulidad de aquel matrimonio, pero la otra parte lo amenazó. «Acudió a nosotros, hizo una comparecencia y denunció aquella trama», recuerdan en la Fiscalía.

«No hay que olvidar -advierten desde la Fiscalía- que el matrimonio tiene consecuencias aunque la pareja no vuelva a verse nunca más. Por ejemplo, si la otra parte es una mujer y tiene un hijo, el matrimonio concede al marido la presunción de paternidad. Muchos no saben eso».

Los gustos del otro, su fecha de nacimiento e incluso dónde vivirán

A la Fiscalía llegan los expedientes de matrimonio una vez que los contrayentes de nacionalidades diferentes han pasado por el Registro Civil. Allí, ante el juez y el secretario, se les somete a un requisito imprescindible. Se llama audiencia reservada y se les hace por separado a los dos miembros de la pareja. Se les plantea un cuestionario para saber el grado de conocimiento de la otra persona. «Se les pregunta sobre los gustos del otro, su fecha de nacimiento, la familia e incluso sobre las condiciones económicas». Y son muchas las veces en las que los aspirantes incurren en claras contradicciones «y fallan en fechas claves, en el número de veces que se han visto o el lugar en el que residen. A veces no saben ni dónde van a vivir», explican las mismas fuentes.