Varias líneas de investigación, diferentes sospechosos y el uso de la tecnología más avanzada para cribar datos telefónicos forman una ecuación que, aunque avanza, sigue sin resolverse
22 nov 2016 . Actualizado a las 16:29 h.Separar el grano para aislar los hechos constatados del ruido que puede enturbiar una investigación por sí sola compleja para la que, sí o sí, resulta imprescindible el uso de la tecnología más avanzada. Este es el trabajo realizado desde que, hace hoy tres meses, desapareció Diana Quer en A Pobra do Caramiñal, localidad de Barbanza en la que esta joven madrileña veranea desde hace 16 años. El caso, llevado con gran hermetismo tanto en la parte policial como en la judicial, sigue suscitando muchas incógnitas a pesar de que la única fuente oficial que se manifiesta públicamente, la Delegación del Gobierno a través de su máximo responsable, Santiago Villanueva, asegura con frecuencia que el caso «está evolucionando de forma muy positiva».
Hipótesis
Dos vías. Tres meses de trabajo incansable y dos líneas de investigación principales. Cada una de ellas parte de uno de los dos grupos de la Guardia Civil inmersos en el caso. En Madrid, a través de la UCO, se cree tener los indicios necesarios para asegurar que la joven, cuando dijo que regresaba sobre las 2.30 horas a su vivienda, en el entorno del puente de San Antonio, próximo al inmueble y en una zona con muy poca iluminación de noche, fue asaltada y metida en un vehículo a la fuerza por varios individuos. A partir de ahí, las hipótesis no son optimistas. Lo que sí está descartado por la familia paterna es que nadie, hasta la fecha, ha pedido un rescate para su liberación.
La otra hipótesis se maneja en la comandancia de la Guardia Civil de A Coruña, a través del grupo de la Policía Judicial especializado en delitos de personas. Aquí se sostiene que Diana Quer tendría algún tipo de vínculo con la persona que conducía el coche en el que ella se habría subido. Luego, y sin poder concretar las circunstancias, el encuentro se habría torcido hasta llegar a un final más pesimista que optimista. Lo que sí se da por cierto es que Diana Quer tendría la intención de regresar a su casa en la misma madrugada del 22 de agosto.
Telefonía
Los repetidores. Esta parte de la investigación, por la vasta cantidad de datos que es necesario analizar, es la más compleja y no está finalizada. Basta como ejemplo decir que solo en A Pobra, entre las dos y las cinco de aquella madrugada de fiesta local, se recogen señales de unos 8.000 teléfonos móviles que se estaban usando en esa franja de tiempo. Estos dispositivos emitían señales a través del repetidor principal del municipio, y a ellos hay que sumar los celulares conectados a los repetidores que hay en Boiro, término por el que está demostrado que pasó el teléfono, y de Taragoña, que es donde un mariscador encontró, de forma casual, el dispositivo mientras hacía su trabajo. A modo de curiosidad cabe decir que el repetidor de esta parroquia de Rianxo que captó la señal del móvil de Diana, si el día está despejado, tiene un radio de acción que alcanza A Illa de Arousa. En todo caso, los agentes siguen cruzando los datos de estos teléfonos atendiendo a diferentes criterios para hacer la criba. Aunque el objetivo principal se centra en localizar un teléfono que coincida posicionalmente, y a las mismas horas, con el recorrido que hizo el teléfono de la desaparecida.
El móvil de la joven
Única prueba física. Hay que recordar que los agentes ya tenían varias líneas de investigación avanzadas cuando un mariscador encontró el teléfono de la joven. Por lo que, ahora, ese dispositivo resulta un complemento al trabajo ya hecho. El celular lleva días reconstruido, y ya se pudo acceder al mismo. Sobre todo a los datos que hay en la tarjeta SIM, que es donde están las últimas conversaciones que la joven mantuvo a través de WhatsApp en la madrugada que fue vista por última vez. Las fuentes consultadas aseguran que los datos ya se han extraído, pero que todavía no se ha procedido a su análisis completo.
Los testigos
Muelle de Taragoña. Esta parroquia de Rianxo sigue siendo el epicentro de la investigación. La aparición de varios testigos que aseguraron haber visto a la joven llegar en un coche acompañada por otras tres personas, y quedarse en el puerto con otro individuo de «mala pinta» dentro de un vehículo de características especiales, supusieron el enésimo vuelco de la investigación. Sus declaraciones, en todo caso, acabaron siendo lo suficientemente detalladas como para que los responsables del caso siguieran citándolos en fechas posteriores para concretar algunos matices, como la foto de un vehículo que los agentes habrían mostrado a los testigos y que ellos reconocieron y aseguraron que aquella madrugada estaba en el muelle.
Sospechosos
El tercer ayuntamiento. A Pobra y Rianxo, junto a Boiro, forman el triángulo de ayuntamientos salpicados por la desaparición de Diana Quer. El primero por ser el lugar en el que se la tragó la tierra, el segundo por ser el término en el que se pierde su rastro de forma definitiva y el tercero por ser el municipio en el que se ubica, al menos, a un sospechoso y en el que se hizo trabajo de campo rastreando varios recintos industriales abandonados en busca de pruebas. Más allá de las identidades de los hombres investigados, la Guardia Civil sigue manejando el perfil de personas que son de la comarca de Barbanzana, consumen drogas, las venden y tienen antecedentes, ya sea por trapicheo o por delitos relacionados con actos violentos o agresiones sexuales.
Grabaciones
Cámaras de la AG-11. Las cámaras de la autovía de Barbanza (AG-11) no tienen calidad para diferenciar las matrículas de los coches, y de noche lo único que se puede obtener es el modelo y el color, y para eso resulta necesario aclarar mucho la imagen. Uno de los primeros pasos que dio la Guardia Civil consistió en solicitar las grabaciones de aquella madrugada en una franja horaria concreta que, en el mejor de los casos, servirán para reforzar otras pistas en las que se trabaja, pero por sí solos los vídeos no aportan luz al caso.