En Marea y el PSdeG celebrarán en el 2017 procesos para elegir líderes y competir por capitalizar la oposición a Feijoo
02 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El 2016 que acaba de terminar fue un año que empezó con Mariano Rajoy medio desahuciado de la Moncloa y con Núñez Feijoo sopesando la idea de plantarse tras su segundo mandato para probar suerte en Madrid o dejarse tentar por algún consejo de administración. Ni lo uno ni lo otro. Al final, el recambio de Rajoy fue el propio Rajoy, del mismo modo que Feijoo se sucedió a sí mismo en la Xunta. Ambos dirigentes lograron apuntalar la fortaleza de un PP que parecía vivir horas bajas, frente a una izquierda atomizada, que quema liderazgos con la misma iniquidad que Saturno devora a sus hijos: Xavier Vence, Besteiro, Beiras, Pedro Sánchez... Todos ellos fueron apartados en el 2016 de la primera línea. Así que el 2017 será otro año más para reconstruir la izquierda con el fin de forjar una alternativa al PP. En Marea y el PSdeG están llamados a competir por ese papel, junto a un BNG al que Ana Pontón sacó de la sala de reanimación para salir a bregarse de nuevo con la cabeza erguida.
Partido Popular
El tamaño del muro de contención a Feijoo. El PPdeG ya celebró el congreso autonómico y los provinciales, así que el interés orgánico estriba en los congresos locales -Lugo, A Coruña, etcétera-, donde renovará sus liderazgos de cara a las municipales del 2019. Pero la cita fundamental es el congreso nacional de febrero, que deparará una nueva entronización de Rajoy y servirá para calibrar el tamaño del muro de contención que el pontevedrés parece haber construido en torno a Feijoo y su presumible aspiración de hacer carrera más allá de Pedrafita. Después de colgarse la medalla de la tercera mayoría absoluta y erigirse en el barón de barones del PP, el presidente de la Xunta lo contienen desde Madrid con varios reveses (freno al traspaso de la AP-9, retraso del AVE). Y en el escaparate del 18.º congreso del PP, el nombre de Feijoo quedó más diluido que en el 2012, pues Rajoy optó por darles protagonismo a los cinco vicesecretarios del partido, que coordinarán sendas ponencias, situando a Feijoo bajo la batuta de Javier Arenas. En la relación Santiago-Madrid hay elementos que chirrían, y la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica, en el que tanto se juega Galicia, va a ser la prueba definitiva.
En Marea
Luís Villares, camina o revienta. En Marea es un partido instrumental, con algunos rasgos de coalición, que se empezó a solidificar bajo la candidatura de un exjuez, que llevó a la formación a ser la segunda fuerza en el Parlamento, aunque empatada en escaños con el PSOE. Dentro de En Marea, a algunos el resultado les supo a poco, otros esperaban de Villares más garra y hubo incluso quien desde dentro zarandeó su liderazgo publicitando aquello de que exigía chófer, secretario y una compensación económica para ejercer como político. El portavoz parlamentario de En Marea está ahora mismo bailando en el alambre, camina o revienta. O se convierte en el líder orgánico indiscutible o queda en la cuneta con el partido herido de muerte. A finales de enero tocan primarias para decidir quién dirige el tinglado, pero Villares ya deslizó que no quiere combate, sino una lista para la dirección que resuma todas las sensibilidades en 35 nombres. Si lo logra, tendrá una oportunidad para intentar forjar una alternativa al PP en Galicia, aunque eso también depende de lo que ocurra con la principal parte de su partido, Podemos, decidido a librar en Vistalegre II un choque entre pablistas y errejonistas, que ya está desestabilizando su marca gallega.
Partido Socialista
La larga espera con Leiceaga de interino. El PSOE es un partido al ralentí, que va a necesitar tiempo para reponerse de la lucha fratricida que se desató para despachar a Pedro Sánchez y poner fin a un período de 11 meses sin Gobierno. Todo apunta a que el partido celebrará su congreso federal en verano, con Susana Díaz mirando hacia la secretaría general, y después llegará el congreso del PSdeG. Quedan muchos meses para retocar la gestora gallega y sacar el liderazgo a concurso, así que, entretanto, la persona que despacha el día a día de forma interina, Fernández Leiceaga, tendrá en sus manos el desafío de mantener unido al grupo en el Parlamento y de consolidarse como el actor principal de la oposición a Feijoo. Legitimidad para desarrollar esta tarea no le falta, pues Leiceaga fue el elegido por la militancia, pero en el PSdeG nunca faltan las zancadillas. En paralelo, el partido deberá clarificar su posición política en las ciudades, donde no acaba de entenderse con las mareas, y en Lugo será el año en que los socialistas se repartirán la herencia de Besteiro -de la que es albacea la gestora provincial que dirige Lago Lage- y en el que a Manuel Martínez, alcalde de Becerreá, le restituirán el carné del PSOE.
BNG
El «apuntalamento» del modelo frentista. El BNG arrancó el 2016 discutiendo sobre su refundación y la elección de la mejor manera de morir. Y ahora inicia el nuevo año con mucha más claridad y reafirmando su línea política tras el balón de oxígeno recibido en las autonómicas de septiembre, que le permitieron mantener un grupo parlamentario propio cuando muchos lo veían fuera de O Hórreo. Buena parte del mérito corresponde a Ana Pontón, la artífice del apuntalamento del Bloque, y a la capacidad de la UPG de resistir. El año en que Fidel Castro dejó este mundo, la línea trazada por Paco Rodríguez se reafirma en un BNG que, en marzo, celebrará una asamblea nacional para aclamar a Pontón, confirmar el modelo frentista, mantener las siglas y, si acaso, hacer algún cambio cosmético.
Extraparlamentarios
Cambio de Ciudadanos y liquidación de CxG. Más allá del Parlamento, el 2017 deparará novedades para otras fuerzas que llamaron a sus puertas, como Ciudadanos, que fracasó con la apuesta de Cristina Losada, y acaba de descubrir que lo de improvisar un referente no conduce a ninguna parte. Xoán Bascuas anunció que dejará la secretaría xeral de Compromiso por Galicia (CxG), así que poco más le queda que bajar la persiana, salvo que Rafa Cuíña se haga cargo.