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Pulso para liderar el sanchismo en el PSdeG

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Santi M. Amil

Los «notables» del partido reaccionan para intentar retener sus cuotas de poder frente a los afines al nuevo líder socialista

28 may 2017 . Actualizado a las 14:22 h.

Los socialistas gallegos culminan este domingo el proceso de elección de los 56 delegados que, en tres semanas, irán a Madrid a arrimarse lo más posible a Pedro Sánchez para entronizarlo y, de paso, tomar ventaja ante los congresos autonómicos y provinciales que vienen de camino. Muchos creyeron en el PSdeG que, tras el revolcón de las primaras, en esa lista de los 56 delegados deberían figurar los pata negra del sanchismo en Galicia, pero están descubriendo que buena parte de ellos están siendo laminados por quienes manejan la sala de máquinas del partido.

En las provincias de A Coruña y Lugo salta a la vista que muchos de los que ocupan el cupo de delegados afines a Pedro Sánchez son personas que jugaron a la neutralidad, como el presidente de la Diputación de Lugo, Darío Campos, la alcaldesa Lara Méndez o la presidenta de la gestora del PSdeG, Pilar Cancela; otros que vivieron el proceso situados más de perfil, como el presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso, o el alcalde de Pontedeume, Bernardo Fernández, o incluso algunos que respaldaron a Patxi López, como es el senador ferrolano Ángel Mato, o el presidente de la gestora lucense, Luis Ángel Lago, que ocupa plaza de delegado sanchista cuando representó al exlehendakari en Lugo.

«Ahora somos todos de Pedro Sánchez», manifestó ayer un dirigente socialista próximo al alcalde de Vigo, Abel Caballero, que se erigió en el puntal de Susana Díaz en Galicia.

Esta reubicación de los notables del PSdeG responde a un intento evidente de las viejas estructuras del partido por conservar sus cuotas de poder frente a los nuevos perfiles que han empezado a emerger al lado de Pedro Sánchez, su verdadera guardia de corps, como la concejala coruñesa Yoya Neira, el teniente de alcalde de Lalín, Nico González Casares, o su homólogo de Ames, Blas García, que eran abiertamente sanchistas cuando Sánchez aún no era nadie.

La consecuencia más palpable es que, ahora, en el coro de fieles y aduladores del nuevo secretario general no hay plaza para tanta gente. La reubicación de los representantes institucionales o responsables del aparato achicó el espacio de los sanchistas de corazón, lo que provocó que personas como la alcaldesa de Viveiro, María Loureiro, el exedil lucense José Luis Díaz, el portavoz en Arteixo, Martín Seco, se queden fuera de la lista de delegados. Caso aparte es el de la provincia de Ourense, donde el congresillo de ayer puso de relieve que los afines a Pachi Vázquez no tienen ya la mayoría y pueden perder la dirección provincial. Ahora bien, queda por ver como se dirime el pulso que libran los sanchistas por este territorio.