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
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Más de un mes ha pasado desde que 64 personas fallecieron calcinadas por el fuego
23 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Más de un mes ha pasado desde que 64 personas fallecieron calcinadas por el fuego, el 17 de junio, en el trágico incendio de Pedrógão Grande, a 130 kilómetros al norte de Lisboa, 47 de ellas en la N-236, la denominada carretera de la muerte, más de 200 resultaron heridas, tres continúan en estado grave y centenares fueron desalojadas, tras haberlo perdido todo. En todo este tiempo nada ha cambiado en el escenario de destrucción tras el incendio. El paisaje desolador, surgido tras arder 51.000 hectáreas de terreno forestal, permanece igual que hace un mes. Las casas aún no han comenzado a reconstruirse ni los terrenos a limpiarse y las ayudas para los damnificados prometidas por el Gobierno de socialista Antonio Costa siguen sin llegar a los afectados. De hecho hasta, los entierros de las víctimas han tenido que ser pagados por sus familiares, a los que poco o nada les queda tras la tragedia.
Lo único que ha funcionado de un modo eficaz durante este mes ha sido la enorme solidaridad del pueblo portugués. Aunque, pasados los primeros días de confusión y luto, los damnificados quieren reconstruir lo antes posible sus vidas, saber cuáles fueron las causas, qué falló en el combate contra el fuego y recibir las ayudas del fondo de emergencia estatal, prometido por el primer ministro, y de Europa, a través del mecanismo europeo de emergencia.
La polémica se ha instalado en el país, con fuertes acusaciones entre los diferentes organismos de los que depende la gestión forestal y la coordinación de la lucha contra los incendios. La oposición de centroderecha, el PSD y el CDS-PP han pedido la dimisión de la titular de Administración Interna «por la mala gestión durante el incendio».
Las asociaciones de bomberos profesionales y de voluntarios acusan al Ejecutivo de falta de medios. Protección Civil, que se encarga en Portugal de combatir contra el fuego, se escuda en los fallos del Sistema Integrado de Redes de Emergência e Segurança de Portugal (Siresp), que no funcionó la tarde noche del 17 de junio y fue una de las causas de que se desviaran muchos coches a la N-236.
A pesar de la tragedia el Siresp continúa sin sufrir ningún cambio y fallando, como sucedió el pasado domingo en el incendio de Alijó, Vila Real, cerca de Galicia, donde estuvo inoperativo varias horas.