Francisco Garzón no puede volver a llevar los mandos de un tren al menos hasta que finalice el juicio
25 jul 2017 . Actualizado a las 11:45 h.Cuando se cumplía un año del accidente de Angrois, el maquinista del Alvia, Francisco Garzón, se dirigía a las víctimas en una carta publicada por La Voz: «Ustedes son las víctimas, los que con plena confianza se montaron en un tren que debía llevarlos sanos y salvos al lugar previsto. Sin embargo, muchas vidas, muchos sueños y esperanzas se quedaron en las vías». Tres años después de esa carta, y cuatro después del accidente, su abogado, Manuel Prieto, cree que a Garzón le gustaría volver a conducir un tren: «Él siempre ha dicho que le ha gustado muchísimo su profesión, y por eso creo que le gustaría volver a conducir un tren. Pero ahora no está en eso», decía ayer.
Garzón, que desde el accidente trabaja en los talleres de Renfe, no puede volver a llevar los mandos de un tren al menos hasta que finalice el juicio. Un protocolo de Renfe impide, explica su abogado, que los maquinistas implicados en un siniestro conduzcan un ferrocarril mientras haya causas judiciales pendientes. En este caso faltan al menos dos años para que se cierre la vía judicial. Garzón tendrá 58.