Servicios básicos y seguridad vial son las principales inquietudes que los ciudadanos plantean a sus concellos
27 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.En la Galicia de los 313 concellos todavía quedan unos cuantos en los que los vecinos no tienen dificultad para tropezarse con el alcalde y plantearle sin intermediarios quejas, peticiones o sugerencias. Pero aunque la local sea la Administración más cercana a los ciudadanos, esa proximidad que permite hablar cara a cara con los administrados se difumina a medida que las poblaciones suman habitantes. Nunca será lo mismo que compartiendo un café en la taberna del pueblo, pero a través del teléfono 010, del correo electrónico o por medio de la interlocución directa -con empleados, eso sí- en las oficinas municipales, los gallegos pueden pedir información, quejarse o reivindicar servicios. Y vaya si lo hacen.
Las oficinas municipales de atención ciudadana reciben cada año cientos de quejas que tramitan y responden. Baches, aceras rotas, quejas por fincas sin limpiar, por el comportamiento de los dueños de animales, peticiones de información sobre plazos o documentación, problemas de tráfico o a veces las molestias por locales o zonas ruidosos son cuestiones con las que los trabajadores de estos servicios bregan a diario. Pero casi cualquier cosa tiene cabida en las inquietudes ciudadanas, y los empleados que atienden estas oficinas atesoran un amplio muestrario de anécdotas.
Cometidos
De los entierros a las fiestas. En Ferrol, el personal de la oficina recibió un día una llamada preguntando por la hora de un entierro. No era competencia suya, pero en su afán de ayudar buscaron el dato en el periódico y respondieron al curioso comunicante que no quería perderse el último adiós a su vecino. En otra ocasión, atendieron una llamada de una mujer que se había quedado encerrada en los baños del hospital y quería saber qué podía hacer. Otro vecino preguntó qué necesitaba para freír unos chorizos en el río. En A Coruña, una persona se quejó de una vecina que sacudía las alfombras por la ventana. Y los profesionales de Lugo tuvieron que explicar a un interlocutor que «esa romería vikinga tan famosa» por la que preguntaba no era en realidad vikinga, sino romana, el Arde Lucus, y que la fiesta que conmemora el desembarco vikingo se celebra, en realidad, a unos 150 kilómetros de distancia, en el municipio pontevedrés de Catoira. No fue la única confusión relacionada con el Arde Lucus. Otra persona que llamó al 010 tampoco tenía muy claro el nombre de la fiesta lucense: «¿Cuándo se celebra el Cucus Lucus?», preguntó el comunicante que entró en contacto con la Oficina de Atención al Consumidor lucense.
Más demanda
En momentos de crisis. La actividad cotidiana de estos servicios se ve sobrepasada cuando ocurre cualquier percance extraordinario. En la Oficina de Atención Ciudadana de Ferrol, por ejemplo, se contabilizaron más de 200 llamadas en menos de cuatro horas cuando en el verano del 2015 fue necesario restringir el consumo de agua por problemas de potabilidad en la red pública de suministro.
Un recurso
Denuncias y llamadas de socorro. A veces el 010 se convierte en una especie de teléfono de alerta o incluso en un teléfono de la esperanza. Algunos de sus operarios han atendido llamadas en las que se denunciaban casos de acoso o de maltrato o de personas solas que sentían necesidad de hablar con alguien.
Las habituales
Los servicios públicos. Con todo, la mayor parte de las comunicaciones al 010 o a las oficinas de atención al ciudadano de los concellos tienen que ver con cuestiones de ámbito municipal, fundamentalmente tráfico, mobiliario urbano, ruidos o servicios sociales. En Santiago se tramitaron 334 quejas en el 2016. De ellas, 49 se referían a servicios básicos, fundamentalmente averías o deficiencias en la recogida de basura, abastecimiento de agua, alumbrado público o transporte y 91 quejas se dirigieron a los departamentos de Tráfico y Seguridad. Entre ellas destacaron las que reclamaban mayor presencia policial para evitar infracciones de circulación y aparcamiento, incidencias en relación con la ORA o las tarjetas de residencia y la necesidad de señalización o de medidas para corregir la peligrosidad de pasos de peatones o cruces. Otras 38 quejas estuvieron relacionadas con cuestiones de vías y obras, la mayoría peticiones de mejora de firme, o de urbanismo. El área de Parques y Jardines recibió 16 quejas relacionadas con el mantenimiento o mejora de zonas verdes y espacios ajardinados. 14 comunicaciones se dirigieron a Servicios Sociales por demoras en las citas o problemas derivados de los pagos de ayudas. Y doce quejas tuvieron como destinatario al departamento de Medio Ambiente, con temas como la petición de limpieza de fincas o molestias relacionadas con pulgas, palomas o colonias de gatos.
Un clásico
Los puntos de luz. La Oficina de Atención ao Cidadán de Ourense atendió a 26.435 personas a lo largo del 2016. La mayor parte de ellas (8.509) se dirigieron a este servicio para pedir información, y otras 8.027 lo hicieron para tramitar servicios sociales o asesorarse sobre ellos. En ese período se registraron 1.317 peticiones vecinales. Problemas con el mobiliario público, con el alumbrado, petición de nuevos puntos de luz -una de las reclamaciones más clásicas- o de asfaltado de caminos, de reparación de aceras, propuestas para que se pinten pasos de peatones o para que se regulen los tiempos de los semáforos son algunos de los temas de esas comunicaciones ante la Administración local ourensana.
Más seguridad
Señalización y pasos elevados. En Pontevedra, pese a su multipremiada política de peatonalización y de ralentización del tráfico, los servicios municipales no dejan por ello de recibir peticiones y sugerencias sobre determinadas mejoras en cuestiones de movilidad. Los vecinos de algunas calles reclaman medidas como pasos peatonales elevados para evitar atropellos. En relación con la seguridad vial se plantean también cuestiones como mejoras en la señalización o la ampliación de los aparcamientos reservados para bicicletas. La circulación de bicis o monopatines por las aceras figura asimismo entre las quejas de los pontevedreses. Y también hay vecinos que piden que se extiendan las denominadas humanizaciones a determinadas calles a las que todavía no han llegado.
La Oficina de Información e Atención ao Cidadán recibió durante los últimos meses varias quejas que consideraban inoportuna la suelta de aves en el estanque de la alameda. La falta de alumbrado de Navidad en algunas calles fue asimismo motivo de descontento de algún ciudadano el pasado año, hasta el punto de que formalizó su queja ante el Concello pontevedrés para reclamar su colocación.