Así es el tirante que se rompió en Rande

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

XOAN CARLOS GIL

Carlos Clerins, el ingeniero que fabricó el puente original, dice que cada cable puede soportar hasta seis veces la carga habitual

18 dic 2017 . Actualizado a las 13:10 h.

¿Podría el puente de Rande entrar en servicio con sus nuevos carriles sin dos de sus 160 tirantes? Carlos Clerins, el ingeniero jefe de fabricación del puente original, construido en los años setenta, mantiene con rotundidad que sí. «Cada alambre, cada cable, cada uno de los tirantes del puente está diseñado para soportar entre cuatro y seis veces por encima de la presión necesaria que sobre ellos ejerce el peso del puente», asegura.

Cada uno de los 80 tirantes que soportan los nuevos carriles del paso sobre la ría de Vigo cuenta en su interior con entre 90 y cien cables de acero. La empresa francesa Freyssinet, la misma que desarrolló y colocó el sistema de tirantes que soporta el puente original, optó para su ampliación por emplear cables macizos de una sola pieza en el interior de cada uno de los tirantes. En el puente que entró en servicio en 1981 cada uno de esos cables estaba formado por 6 cordones de 36 alambres trenzados, y su conjunto formaba cada uno de los tirantes que ha dado a Rande su aspecto característico y lo convirtió en su momento en el mayor puente atirantado de España.

En la ampliación actual, en lugar de ser trenzados, los cables son macizos, siendo en todo caso en ambos proyectos de alta resistencia a la presión y las vibraciones a soportar por el movimiento del tráfico.

«Se tensa cable a cable y poco a poco con una máquina hidráulica hasta un punto medio, en lugar de hacerlo de una sola vez, pues podría tronzarse. Luego se ejerce una tensión en racimo a todos a la vez para evitar diferencias de tensión entre ellos». Así explica Clerins cómo se lleva a cabo una de las tareas más delicadas de la construcción del gigante de 1.552 metros de longitud.

A la espera

El nuevo tirante que sustituirá al roto en el incendio del jueves y las demás piezas de anclaje no llegarán a Vigo desde Francia hasta la semana que viene, por lo que las constructoras inmersas en la obra se han visto obligadas a aplazar al menos hasta el día 20 la realización de la prueba de carga. Se trata de desplegar camiones cargados a lo largo de los nuevos carriles, maniobra que ya había sido pospuesta a este fin de semana.

Fuentes de los trabajadores de la ampliación del puente indicaron, sin embargo, que es posible que los dos cables afectados sean fijados provisionalmente a la estructura para evitar cualquier incidente en la circulación. Las labores de tensado se realizarían después de ser inaugurados los dos carriles exteriores.

Cera en lugar de hormigón

El incendio dejó al descubierto cómo es el interior de los tirantes de Rande. Unas piezas de acero recubren los cables, que en su base se refuerzan para evitar la acción del agua en contacto con el hormigón. En el puente original, esa cavidad fue rellenada con hormigón fluido sobre una capa de neopreno para evitar la corrosión en el acero, pero en el caso de los tirantes nuevos, estos fueron recubiertos con el mismo fin con polipropileno, cera altamente combustible que favoreció que con la chispa caída en el interior del cabezal del tirante se superasen los 538 grados hasta los que el acero aguanta sin perder propiedades.

Los bomberos de O Morrazo que acudieron al puente certificaron que se rebasaron los 1.800 grados con el incendio, dado que se produjo una llamarada antes de su llegada, favorecida por la extensión del fuego a lo largo de la capa de cera extendida sobre los cables.

El puente fue calculado para soportar vientos de 180 kilómetros sin vibrar

«Que falle un tirante puede ser grave, pero el resto puede soportar su esfuerzo sin problemas durante un tiempo», mantiene el ingeniero Carlos Clerins. Sin embargo, apunta que de no repararse a tiempo la estructura puede llegar a vibrar, «y eso es malo». Pero añade que los materiales empleados en la construcción original y su diseño fueron calculados para soportar vientos de hasta 180 kilómetros por hora sin vibrar. «A partir de ahí la estructura empezaría a bailar», indica, aunque añade que no tendría por qué suponer un peligro para los usuarios del tramo más emblemático de la autopista AP-9. Las coronas del puente han sido ahora reforzadas para aguantar el peso extra y la tensión que originan los nuevos carriles y los 80 tirantes añadidos.