El Chicle contó a varios amigos que sabía el paradero de Diana Quer

Marta Gómez Regenjo
MARTA GÓMEZ RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

MARCOS CREO

La fama de mentiroso y fanfarrón en su entorno hizo que nadie le creyera

05 ene 2018 . Actualizado a las 07:42 h.

El perfil de José Enrique Abuín Gey, el Chicle, en su entorno contrasta con el que ofrecieron los mandos de la Guardia Civil cuando, el miércoles, destriparon la investigación que desencadenó la detención del barbanzano y su posterior confesión. Eso sí, coinciden en que se trata de un individuo «trapalleiro», tanto que, como en la fábula del pastor mentiroso, ni siquiera se le creyó cuando dijo a alguno de sus amigos que sabía dónde se encontraba el cadáver de Diana Quer.

La relación del Chicle con ciertas actividades ilícitas, como el furtivismo e incluso el trapicheo de drogas, no era un secreto en Rianxo. Entre sus vecinos y allegados no ocultan que no les hubiera sorprendido una nueva detención de Enrique por asuntos de ese tipo, «pero de andar á roubacha a matar a unha persoa... Ninguén pensaba tal cousa». Esta afirmación la reiteran conocidos y familiares. De hecho, él mismo iba contando por ahí sus fechorías, fueran ciertas o no: «É un farfallán, non lle crías nada, poñíase a falar dos seus trapicheos, de que movía un quilo de droga por aquí, outro por alá, que tiña na casa unha chea de cartos...». Uno de ellos recuerda como en alguna ocasión el Chicle fanfarroneó con que sabía dónde estaba Diana Quer: «Pero é que el é tan mentireiro, bota tanto por fóra, que xa non lle crías nada».

Transporte de droga

Relata un vecino un episodio ocurrido el pasado verano. El Chicle estaba en un establecimiento con un conocido y en un momento dado le ofreció llevar a destino un kilo de droga. Su interlocutor se negó asegurando que no le interesaba ese mundillo, y acto seguido Abuín le espetó que él sabía dónde estaba el cadáver de Diana Quer: «Non lle fixeron caso, quen llo ía crer? Se é un trapalleiro!». Además de ser un fanfarrón, muchos dudan de su astucia para cometer el crimen y ocultarlo durante tanto tiempo: «Non o sei, pero eu creo que non é tan listo para pensar el só todo iso. Non é tan listo. E andaba por aquí coma sempre, como é el, actuaba coma se nada».

Sin embargo, en su entorno más próximo, donde no quieren volver a verle ni en pintura, señalan que nunca hizo ningún comentario sobre el paradero de Diana Quer: «Dicía o que diría calquera, que quen sería o malnacido que levara á rapaza. Así como outras cousas si as contaba, iso gardouno moito. Cando o prenderan hai anos pola droga, xa levaba el un mes contando por aí que andaba movendo droga, pero disto non dixo nada, nin o podiamos imaxinar. Non é tan parvo como se pensaba».

En las fiestas

Otros vecinos del presunto asesino de Diana Quer se mostraban sorprendidos por la naturalidad con la que José Enrique Abuín Gey actuaba tras la desaparición de la chica. Cuando no se hablaba de otra cosa en toda la comarca de Barbanza, en las fiestas de Rianxo, menos de un mes después de que a la joven madrileña pareciera que se la tragara la tierra, comentaba con otra pareja del municipio que al que se la había llevado «'había que colgalo'. Hai que ter sangue frío para dicir iso sabendo onde estaba a rapaza. Tan listo non será, pero mira que sangue frío tivo para andar por aí tan pancho».

Servizos Sociais de Rianxo ofrece ayuda psicológica a los familiares de Abuín

El fatal desenlace de la desaparición de Diana Quer que durante casi medio millar de días tuvo en vilo a la comarca de Barbanza ha impactado de lleno en otra familia, la del presunto asesino, José Enrique Abuín, que, sin duda, precisará ayuda para sobrellevar las repercusiones del crimen machista. Por este motivo, el Concello de Rianxo, a través de la concejala de Servizos Sociais, Adelina Ces, que acudió a la casa paterna en Asados, ha puesto a disposición de los parientes del Chicle ayuda psicológica para aminorar el trauma.

A través del mismo departamento municipal se contactará con los centros educativos en los que estudian los menores, con el fin de evitar que la situación pueda perjudicar el normal desarrollo de sus actividades.