La A-55, la autovía más peligrosa de España

alejandro martínez O PORRIÑO / LA VOZ

GALICIA

M.MORALEJO

La Xunta pide un túnel para eliminar un tramo de la A-55 entre Vigo y O Porriño de altísima siniestralidad, pero Fomento solo reforma los accesos por el momento

10 ene 2018 . Actualizado a las 18:10 h.

La autovía A-55 que une Vigo y Tui ostenta el triste honor de ser la que registra el mayor número de accidentes del país. La culpa la tiene el tramo sinuoso que atraviesa el término municipal de Mos. Aquí se encuentran las conocidas curvas de Tameiga y la de los Molinos, que concentran el 80 % de los siniestros que se producen a lo largo de todo el vial. Los especialistas en seguridad vial coinciden en señalar que el trazado del principal acceso a Vigo es inadmisible para una autovía. Prueba de ello es que la velocidad máxima en las curvas de Tameiga está restringida a 60 kilómetros por hora. Fomento prohíbe circular en este tramo a más velocidad que la mínima establecida para las autovías y autopistas.

La A-55 se diseñó mal porque, cuando fue construida en los ochenta, con el ánimo de ahorrar costes y minimizar afecciones, aprovechó parte del trazado sinuoso de la antigua carretera nacional.

La subida hasta el alto de Puxeiros desde Mos se hace por medio de un trazado enrevesado que obliga a los conductores a extremar la precaución. Cualquier exceso de velocidad puede tener unas consecuencias nefastas. Afortunadamente, desde que hace más de una década Fomento limitó la velocidad, no se han vuelto a producir accidentes mortales. A las salidas de vía y vuelcos hay que sumar los choques por alcance. Esta autovía tiene una elevada densidad de tráfico. De nada sirvió el intento de Fomento de bonificar a los camioneros en la AP-9 para que disminuyera el tráfico pesado. La lenta circulación que imprimen los vehículos pesados es la causa de que se produzcan atascos y retenciones y choques por alcance.

La Xunta, consciente de este problema, ha solicitado al Ministerio de Fomento la rectificación prácticamente total del trazado de Mos, lo que supondría una inversión de 120 millones de euros. Un túnel que atravesaría Puxeiros es la solución técnica planteada. Se trata de una medida que el Gobierno central no contempla en el corto plazo.

Lo que sí se ha hecho hasta ahora ha sido aprobar y adjudicar un proyecto mucho más modesto para reformar las entradas y salidas a la autovía. Supone una inversión de casi seis millones y las obras se encuentran paradas desde hace seis meses al surgir algunos imprevistos.

El kilómetro 12

Mientras no mejora la seguridad, el tramo que discurre entre Vigo y O Porriño continúa destacando por su peligrosidad. Según el último informe que ha publicado Automovilistas Europeos Asociados, el kilómetro 12 se mantiene como punto negro con más accidentes y víctimas de la red de carreteras del Estado, que incluye trazados nacionales, autovías y autopistas.

Otro dato destacable es la cantidad de vehículos que usan esta doble calzada. En el 2016 circulaban a diario 63.029, un 10 % más que el año anterior. Mientras tanto, la alternativa de la autopista entre Vigo y Tui, cuyo peaje ha subido, está infrautilizada.

Una doble calzada que carece de iluminación en la zona donde hay más accidentes

La autovía A-55 tiene una correcta iluminación nocturna a lo largo de los primeros kilómetros, cuando transcurre por la ciudad de Vigo. Pero al salir de este entramado urbano y entrar en el concello de Mos, las farolas de alumbrado desaparecen. Es precisamente en ese tramo donde se concentra el mayor número de accidentes. El contraste es bastante palpable nada más abandonar el municipio olívico. La iluminación solo se encuentra en la conexión con la A-52 en dirección a Ourense, porque así lo marca la legislación.

Los transportistas han demandado unas mejores condiciones de iluminación en un tramo que ya de por sí es bastante peligroso por las curvas que se encuentran en el recorrido. Mejorando la visibilidad podría reducirse el número de accidentes durante el horario nocturno.

El proyecto de reforma de los accesos aprobado por Fomento contempla la instalación de luminarias. No obstante, tendría que ser el Concello de Mos el que asumiera el coste del suministro eléctrico, algo que unas arcas municipales endeudadas y escasas no pueden afrontar, encima para favorecer a usuarios que solo atraviesan el municipio.