Fue un período de detrimento climático en el que en algunas ciudades como A Coruña o Pontevedra, la población descendió entre un 25 y un 50 %
19 feb 2018 . Actualizado a las 08:44 h.La Pequeña Edad de Hielo comenzó en el año 1300 y duró hasta 1850. Fue un período de detrimento climático. «En paleoclimatología significa que las condiciones se volvieron más frías y húmedas para nosotros», explica Antonio Martínez Cortizas, biológo de la USC que acaba de publicar un artículo sobre esta época en la península ibérica.
La información del clima de antaño se encuentra en ciertos testigos naturales como el hielo de los polos. Martínez Cortizas y su equipo han viajado en el tiempo gracias a las turberas. «Son acumulaciones de restos orgánicos que van aumentando en espesor desde abajo hacia arriba a lo largo de los años. La superficie describe la época actual, y cuanto más profundizamos más nos adentramos en el pasado. En Galicia hemos podido retroceder unos 12.000 años», añade.
Aunque esta etapa de bajas temperaturas pasó a la fama como Edad de Hielo, en realidad el frío no llegó a ser tan constante, al menos no como en una glaciación. Estos años se caracterizan más bien por una gran variabilidad meteorológica y un predominio de irrupciones de aire muy gélido en latitudes medias, tanto en invierno como en verano.
El origen fue un importante descenso de la actividad del Sol y una cadena de erupciones volcánicas que intervinieron en la cantidad de energía solar y alteraron la circulación atmosférica en el hemisferio norte. «El frente polar descendió en latitud, situándose sobre el Reino Unido. Esto favoreció que ese aire muy frío se canalizase fácilmente hacia la comunidad a través de las borrascas y los anticiclones, también durante los meses cálidos», asegura Cortizas.
Galicia entró en la Pequeña Edad de Hielo al mismo tiempo que abandonó otro famoso período climático, el Óptimo Medieval, cuando se registraron valores más elevados de lo habitual. En algunos puntos de la comunidad la temperatura media alcanzó los 18 º. Esa transición se produjo de forma muy brusca. «Hubo un rápido descenso de la temperatura media que alcanzó al menos un grado por debajo de la cifra actual», señala el experto.
Los graves problemas que generó la Pequeña Edad de Hielo en la población gallega no vinieron tanto por las bajas temperaturas como por ese cambio repentino de una época tan cálida a otra más fría. «A nivel de los seres humanos es fácil recordar las consecuencias de este período porque empieza con la Peste Negra, la gran pandemia que tenemos en mente, y termina con una epidemia de cólera, menos recordada pero que fue la segunda en mortalidad en Europa.
En Galicia la Iglesia dejó de pedir rentas por las casas arrendadas porque la gente se moría. En ciudades como A Coruña o Pontevedra descendió la población entre un 25 y un 50 %», explica la investigadora Olalla López.
En el campo dejaron de cultivarse cereales tan extendidos como el trigo. Los gallegos tuvieron que introducir nuevos alimentos en su dieta. «La introducción del maíz en la alimentación aquí en Galicia está ligada al final de la Pequeña Edad de Hielo. Su cultivo va paralelo a las condiciones frías», dice.
La nueva dinámica atmosférica alteró además las corrientes oceánicas del Atlántico y de las rías de la comunidad. En Galicia esto afectó al sector pesquero, reduciendo la captura de especies como la sardina o la merluza. «Las ciudades que habían florecido en el Óptimo Medieval entraron en crisis. Pontevedra emergió sobre el año 1100 aproximadamente como puerto para el desembarco de mercancías pero en esta etapa descendió el calado de la ría y los barcos dejaron de atracar. Al mismo tiempo otros puertos gallegos mejor adaptados a las nuevas condiciones, como el de Marín, empezaron a ganar protagonismo», termina López.
La Pequeña Edad de Hielo no está tan lejos en el tiempo como uno podría pensar. En realidad fue un período que finalizó hace muy poco. Los propios investigadores hablan de una etapa que ocurrió «anteayer». Hoy, en 2018, aún seguimos viviendo las repercusiones de un cambio climático que revolucionó Galicia, desde el punto social y económico, para siempre.