El escáner fronterizo de Tui se estrena con una pistola que transportaba un conductor de bus

Monica Torres
mónica torres TUI / LA VOZ

GALICIA

M TORRES

La Guardia Civil dispone de un nuevo sistema de rayos X móvil para luchar contra el contrabando y el fraude fiscal

24 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Uno de los tres conductores de un autobús turístico que este lunes hacía la ruta entre Oporto y París fue sorprendido por la Guardia Civil en Tui con una pistola en la maleta. El hombre, de nacionalidad lusa, reconoció la propiedad del arma, pese a no tener licencia y tratarse de una pistola indocumentada, por lo que fue arrestado.

La detención fue posible gracias a uno de los controles contra la delincuencia transfronteriza que aleatoriamente se hacen en los cinco pasos internacionales sobre el Miño, con la peculiaridad de que en el de este lunes se estrenaba el novedoso sistema móvil de rayos X contra el contrabando que acaba de recibir la comandancia de Pontevedra. Las Patrullas Fiscales y de Fronteras (Pafif) de Pontevedra y Fuentes de Oñoro, en Salamanca, son las que disponen de estas nuevas dotaciones, que incluyen escáner y furgón, para la lucha contra el tráfico de drogas y el fraude intercomunitario y con la que se quiere blindar la frontera hispano-lusa.

El sistema es utilizado por la Patrulla Fiscal y de Fronteras de la Guardia Civil «Funciona como el del aeropuerto, pero es móvil y más manejable, por lo que es muy versátil y agiliza los tiempos tanto para los ciudadanos como para los agentes del control», explica a pie de carretera el guardia Andrés Mosquera Casado. Es uno de los cuatro componentes de la Pafif de la comandancia de Pontevedra desplegados ayer en la frontera más antigua de Europa.

El furgón escáner se empleó en el control móvil desplegado por el Centro de Cooperación Policial y Aduanera (CCPA) de Tui, el único que existe en Galicia de esta red de cinco centros actualmente en funcionamiento a lo largo de la frontera hispano-lusa para mejorar el intercambio de información y apoyar la labor de investigación y de control.

«Nuestra prioridad es evitar que haya delincuencia transfronteriza. Es decir, que la permeabilidad de la frontera no sirva para que los delincuentes se muevan con impunidad: hay que evitar el trasiego de criminales que residen en un lado del Miño pero delinquen en el otro», indica el teniente de la Guardia Civil Víctor Ahedo Rodríguez, componente del CCPA al frente del control. Bajo su mando se desplegaron ayer más de una treintena de agentes de Aduanas, Policía Nacional y Guardia Civil con varios de sus grupos especializados, así como miembros de los cinco cuerpos de seguridad lusa que integran este servicio.

«Lo que más nos encontramos son denuncias contra la seguridad vial, infracciones administrativas por viajar sin seguro o por tenencia de drogas», añade el teniente de la Guardia Civil.

Pero, sin duda, el hallazgo más significativo ayer fue el del arma de fuego en el maletero del autobús. El hallazgo se produjo minutos después de las diez de la mañana, cuando se le dio el alto al autobús en el que viajaban unas cincuenta personas.

La Guardia Civil inspeccionó el equipaje de todos los pasajeros con el apoyo del can del Servicio Cinológico, que también hizo diana con un positivo por marihuana en una mochila en la que ya no había droga alguna, pero que sí la había albergado. Las maletas más voluminosas se llevaron directamente a la cinta corredera para someterlas al visor de rayos X, mientras que los bolsos más pequeños se inspeccionaban manualmente. En una de las maletas de cabina que iba en el maletero fue donde los agentes localizaron, tapada con un plástico, una pistola del calibre 6,35. En presencia del propietario (uno de los conductores, que en ese momento no estaba al volante), la maleta fue sometida también al escáner e incautada, y se informaba de su situación al varón de nacionalidad lusa.

Tras quince minutos de inspección, los viajeros pudieron regresar a sus asientos y continuar el viaje. El control duró una hora y se realizó en el área de servicio por lo que no afectó al tráfico del punto fronterizo con Portugal de mayor intensidad media diaria de pasajeros a nivel estatal.

Obligación de declarar más de diez litros de alcohol, dos cartones de tabaco o 10.000 euros

Gracias al espacio de Schengen, las fronteras entre los países europeos solo existen en los mapas, pero, aunque hace ya más de dos décadas que los españoles y las mercancías pueden circular sin fronteras interiores, sí es necesario declarar las que superen los máximos establecidos legalmente.

Los límites son precisos y cualquiera que los exceda incumple la legislación. «No se puede cruzar la frontera sin declarar más de dos cartones de tabaco, más de 10.000 euros o más de diez litros de alcohol», recuerda el agente responsable del escáner móvil de la Guardia Civil, Andrés Mosquera. Él, al igual que sus compañeros del Pafif desplegados ayer en Tui, tuvieron que acudir a un curso en Salamanca para poder dominar el sistema de rayos X que desde ayer vigila la frontera miñota del sur de la provincia de Pontevedra.

En los años cincuenta, el contrabando era una actividad de subsistencia en el Miño. Los honrados pisqueiros, de sucata (chatarra de cobre o estaño) y de productos de primera necesidad, sobre todo de café, cobre, combustible o bacalao, debían jugarse la vida a diario y dibujaron la historia de la comarca de O Baixo Miño durante los duros años de la posguerra. Pero ahora se trata de peligrosos piratas comercializadores. La Guardia Civil detecta un ligero pico en el contrabando de tabaco procedente de terceros países como China, «aunque no es un repunte excesivo de momento». El agente, guardia civil desde hace 17 años y componente de la Pafif de la comandancia de Pontevedra desde hace una década, indica que, en el ránking encabezado por el tabaco, le siguen de cerca el contrabando de ropa falsificada, el dinero, el alcohol y las armas. En el apartado de narcotráfico no destaca ninguna sustancia estupefaciente en concreto.