«Me escribió un hombre guapísimo a Instagram y me embaucó. No sé cómo pude caer», dice la mujer
04 nov 2022 . Actualizado a las 18:47 h.Estaba un día en casa y recibió en Instagram el mensaje de un desconocido. Con destreza la embaucó hasta que ella cayó enamorada. Ciega de amor, le enviaba dinero cuando él se lo pedía. 21.000 euros le sacó en cuatro meses. Hoy, destrozada, avergonzada y con miedo estudia con su abogado denunciar al estafador. Lo que le pasó a esta mujer fue que cayó en el conocido como timo del amor. Son cientos de miles las víctimas en todo el mundo.
Esta coruñesa lo achaca todo a que se encontraba en «un momento muy bajo anímicamente». Todo comenzó el pasado 10 de diciembre, cuando le llegó a su cuenta de Instagram el mensaje de «un hombre guapísimo». En él le escribía que le gustaba mucho, que le recordaba a su esposa fallecida y un montón de halagos más. En aquel momento, esta mujer no pensó ni por un momento que se trataba de una estafa, así que iniciaron una relación a distancia, a través de WhatsApp.
«Me enamoré», reconoce. De un perfil robado en Instagram a un médico de São Paulo. Un hombre apuesto y deportista al que por ser guapo las mafias le usurparon su imagen. Solo necesitaron su fotografía y horas de engaño y burla para hacer creer a esta coruñesa que un profesor australiano estaba dispuesto a todo para conquistarla y casarse con ella.
Tan solo unos días después de comenzar a chatear le estafaron 600 euros. ¿Cómo? Pues ablandando su corazón con la candidez de un niño. Así lo cuenta ella: «De pronto, me dice que tiene un hijo y que me quiere conocer. Le digo que sí, que me encantaría. El niño me cuenta que su papá está enamorado de mí, que su papá va a recuperar la sonrisa conmigo y que le recuerdo a su mamá. Me pregunta si me puede llamar mami. Al día siguiente me dice que es su cumpleaños y que le gustaría que le regalase un ordenador. Le digo que se lo envío, pero me contesta que ya tiene mirado uno y que le envíe los 600 euros que cuesta. Y yo, de tonta, lo envié».
Días después le propone matrimonio. La mujer acepta y recibe un documento para poder casarse. Eso sí, previo pago de 3.000 euros más. Ella, decidida, se los envía.
Vuelve entonces el hijo a escena. Le escribe para contarle que se va a estudiar a África y que necesita 600 euros para el director de la escuela. Y le envía fotografías de animales sacadas de Internet. Llegados al pasado 6 de marzo, el embaucador le cuenta que su hijo sufrió un accidente y que su vida corre peligro, que necesita pagar con urgencia 15.000 euros para sufragar la clínica privada. Ella se los da. Pero para ello tiene que pedir un crédito en el banco.
El estafador, convencido de que le podía sacar hasta el aliento, le dice entonces que tiene 6 millones en un banco nigeriano y que para sacarlos tiene que pagar 40.000 euros. Ahí ella ya no traga. Lo descubre y se queda deshecha.