La Xunta ha dado desde el 2012 ayudas a 606 alumnos que no llegaban al 5,5 que se exigía para obtener la beca
24 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Derecho Romano. Ha sido la pesadilla de muchos universitarios compostelanos durante generaciones. El paradigma de la asignatura hueso, del manual imposible de memorizar. De las noches eternas de biblioteca. Conocida incluso por los estudiantes de otras carreras. Para Nerea Lorenzo ha sido algo más. Ha sido la causa de que el año pasado se quedase sin beca. Suspendió una asignatura. Apenas 4,5 créditos. «Quedei sen a bolsa do ministerio por 0,005 puntos». Su media se quedó en algo así como 6,4951. Esas pocas milésimas se llevaron de un plumazo la ayuda con la que se mantenía en Santiago. De más de dos mil euros a cero.
El sistema de becas impulsado por Wert establecía que, a partir del segundo curso, los estudiantes, además de aprobar un mínimo de créditos (el 90 % en el caso de las carreras de ciencias sociales, como Derecho), deberían tener una nota mínima en el expediente: un 6,5. Y Nerea reclamó, pero no hubo nada que hacer. Los números son los números.
«Tiven que traballar durante o curso nun bar nas fins de semana, e así pouco a pouco ir tirando con todo», explica la estudiante de la Universidade de Santiago. La ayuda del Ministerio de Educación que tiene este año se la ha ganado. A pulso. Porque se matriculó de doce asignaturas de tercero más esa de Romano que le arrebató la ayuda. Las aprobó todas. Las trece. «Cando aprobas todas as materias non precisas media para a bolsa, pero daríame». Y tiene la ayuda.
El anuncio del Gobierno de bajar al 5 la nota para obtener la beca el primer curso le parece «insuficiente, totalmente insuficiente». Esa media que se exige de 6,5 a partir de segundo «é unha media moi pouco atinxible, moi pouco factible, porque tes moitísimas materias e unha carga de traballo incrible». Y cree que hay que volver al antiguo sistema, en el que no se exigían notas mínimas. Tan solo aprobar.
Nerea Lorenzo se queja de lo mismo que Julia González, que estudia Historia. Parece una media baja, pero no es tan sencillo mantener ese 6,5. Su caso, al menos en parte, no volverá a repetirse. Cuando empezó la carrera, se quedó en ese limbo que creó Wert. Aprobado pero no lo suficiente. A décimas de la nota mínima que exigía el Gobierno para poder optar a una beca.
Y además, el patrimonio
El tortuoso camino no quedaba ahí, porque durante dos cursos le denegaron la ayuda por cuestión de patrimonio. Por alguna razón, el Estado consideraba su domicilio familiar -que no se tiene en cuenta para la ayuda- como una segunda vivienda. Cuando solventó esa situación, había suspendido, con más de un cuatro una de las difíciles de la carrera. El Derecho Romano de Historia. Se acabó la beca, porque el ministerio solo cubre la matrícula si la media es superior a 5,5. «Pero coa bolsa de matrícula non cobres os gastos de vivir en Santiago», lamenta.
A las peticiones de Nerea Lorenzo y Julia González se suman las de Julio Abalde, rector de A Coruña. «Son unhas axudas cunha forte compoñente social e o baremo académico debe ser de mínimos, o 5». Abalde cree que las becas únicamente deben tener en cuenta baremos económicos «para garantir a igualdade de oportunidades ás persoas máis desfavorecidas».
También la Xunta ha valorado «moi positivamente» el anuncio del ministro de Educación de que la nota mínima pasará a ser un 5 para el primer curso. La Administración autonómica puso en marcha una línea de ayudas para aquellos estudiantes que se quedaban en tierra de nadie. Un total de 606 universitarios se han beneficiado desde el curso 2012-2013 -cuando Wert modificó el sistema de reparto de becas- de esta línea de ayudas, que costea el importe de la matrícula. Además, Educación también cubre el limbo para aquellos alumnos que no lleguen a la nota media a partir del segundo curso.