El presidente de la Xunta evita revelar a quién apoyará en el debate sucesorio del PP
20 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Primero, Galicia, Y después, el partido. El presidente de la Xunta profundizó ayer en el relato que esbozó en la víspera para explicar las razones que hay detrás de su decisión de permanecer en Galicia y echarse fuera de la carrera por suceder a Mariano Rajoy al frente del Partido Popular. Alberto Núñez Feijoo puso por delante el compromiso que asumió con los gallegos en el 2016, cuando fue elegido para un nuevo mandato de cuatro años, y se lamentó de que el «tren» de la sucesión pasara ante su puerta antes de concluir su compromiso político con Galicia.
«Este tren pasó antes de finalizar mi compromiso y yo tenía que cumplirlo», manifestó Feijoo ayer a la salida del pazo de O Hórreo, donde asistió a la sesión matinal del pleno. Con estas declaraciones dejó la puerta abierta a que si algún día vuelve a pasar otro tren por su puerta, que lo sorprenda liberado de sus compromisos, entonces podría pensárselo de nuevo. Pero ahora no se daban las circunstancias.
«La coherencia y cumplir la palabra dada tienen que seguir siendo importantes en la política», se reivindicó Feijoo, poniendo por delante que para él era más importante mantenerse fiel a su compromiso de que su mandato duraría hasta el 2020, como anunció varias veces en los últimos meses, que faltar a su palabra para lanzarse a la carrera sucesoria del PP. «Cumplir la palabra dada tiene que ser la regla y no la excepción», esgrimió el mandatario gallego.
Feijoo no ocultó que en los últimos días recibió llamadas y peticiones de «mucha gente», de otras comunidades, para animarlo a dar el paso y competir por el liderar el PP. Pero aclaró que su comparecencia del lunes por la tarde, ante el comité de dirección del PPdeG, era también para explicarle a todas estas personas «que no podía hacerlo porque ya me había comprometido previamente».
También concedió el jefe del Ejecutivo autonómico que el lunes por la tarde tuvo la oportunidad de hablar tanto con la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, como con la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, sobre sus planes de futuro. «Cospedal me dijo que se iba a presentar. Y Soraya también me llamó y me dijo que probablemente diese el paso que hoy mismo ha dado», explicó ayer Feijoo, que no quiso decantar su apoyo en este proceso.
Meditar el apoyo
Y es que, de momento, el líder del PP gallego prefiere tener la foto completa de todos los aspirantes a dirigir el partido una vez que hoy a las 14.00 horas se cierre el plazo para registrar las candidaturas. A partir se ahí se abrirá un período hasta el próximo 4 de julio para que cada aspirante explique su proyecto para el partido, y será en base a esa información cuando los militantes del PPdeG meditarán su apoyo.
«Mi preferencia, sin ninguna duda, es la preferencia de la mayoría de los compromisarios», dijo Feijoo, despejando el balón sobre quién puede ser su candidato favorito. «Yo no me presento a este congreso y, por tanto, vamos a ser respetuosos con todos los compañeros con derecho a voto». Y añadió para zanjar la cuestión: «Tiempo al tiempo».
Tellado avisa que pedirán a su jefe de filas que se presente otra vez en el año 2020
El secretario general del PP gallego, Miguel Tellado, se prodigó ayer en declaraciones para enviarle un mensaje muy claro a sus oponentes políticos: «Hai Feijoo para rato», proclamó en los pasillos del Parlamento gallego, antes de avanzar que, cuando llegue el momento, el partido le pedirá a su jefe de filas que se presente de nuevo como candidato a la presidencia de la Xunta en las elecciones previstas para el año 2020.
La petición esbozada ayer por el número dos de los populares gallegos solo tiene un obstáculo, que son las propias palabras pronunciadas por Feijoo cuando en el 2016 aceptó concurrir a un tercer mandatado, dejando claro que, este sí, sería el último. La de Feijoo fue una declaración diáfana, pero en el PPdeG ya hubo alguna que otra voz que intentó darle la vuelta, como hizo el propio portavoz parlamentario, Pedro Puy, al poner por delante el matiz de que «o presidente dixo que era a última, pero non a derradeira».
Miguel Tellado puso de relieve que hasta el 2020 queda tiempo y el futuro todavía está por escribir, pero anticipó que, en lo que a él compete, le pedirá a Feijoo «que se volva a presentar», pues dio por sentado que el presidente de la Xunta es el principal capital político que tiene el partido en Galicia.
También dijo apreciar un «gran cabreo na oposición», que estaba instalada -dijo- en la perspectiva de que Feijoo se iría y eso le permitiría ganar elecciones. «E agora están chafados», relató.
Lo que era menosprecio a Galicia es ahora temor a Madrid
Los grupos de la oposición al PP gallego siempre pintaron a Alberto Núñez Feijoo con el trazo grueso de una caricatura pendiente siempre de lo que ocurre en Madrid, normalmente haciendo dejación de funciones como presidente de la Xunta y manteniendo su Gobierno en la parálisis a la espera de que Rajoy le entregara en herencia las llaves del edificio de Génova número 13.
La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, llegó incluso a colorear ese dibujo en sede parlamentaria arguyendo que Feijoo veía Galicia como una «sala VIP de espera» del avión regular con destino a Madrid. Algo parecido interpretaban las demás fuerzas políticas de la izquierda, y no en los últimos días, sino desde hace años, para quienes Feijoo era un dirigente que menospreciaba Galicia y deseoso de «fuxir» a la capital del reino.
Lo cierto es que tanto En Marea, como el BNG e incluso el PSdeG, aunque esta formación de un modo más ambiguo, se abonaron a la perspectiva de que el mandatario autonómico trataba Galicia como una mera estación de tránsito hacia su verdadera ambición política, Madrid.
Ese discurso tuvo que ser corregido de inmediato con la decisión inesperada que tomó Feijoo. La factoría de argumentarios se puso a trabajar de inmediato para modificar el relato. Si la marcha de Feijoo a Madrid era reprochable, a la fuerza también tendría que serlo una decisión en sentido contrario que dejara a Feijoo atado a Galicia.
El secretario general del PSdeG-PSOE, Gonzalo Caballero, manifestó ayer que la decisión del líder del PPdeG responde a un «tacticismo electoral que non é convincente». «Non lle saen as contas», añadió un Caballero que muestra a Feijoo certificando que el retroceso electoral del PP puede ser incluso más amplio del previsto inicialmente.
La portavoz nacionalista, Ana Pontón, también hizo el tránsito entre el menosprecio a Galicia, que le atribuyó a Feijoo con sus decisiones, al temor que ahora mostraría a Madrid. «Non quere ser a cara do batacazo electoral do PP», señaló la líder del BNG que, en línea con algunas interpretaciones realizadas por la prensa de Madrid, muestra a un Feijoo acobardado y que llegó a la conclusión de que era mejor «dar un paso atrás que cargar cunha derrota electoral».
Luís Villares, portavoz de En Marea, puso más énfasis en otro elemento mentado por la oposición y que retendría a Feijoo en Galicia, que es la «mochila imposible de soportar» de sus «amizades perigosas» y de los «casos de corrupción» del PP. Así que, añadió ayer Villares, el presidente de la Xunta tiene que resignarse ahora a quedarse en Galicia como «premio de consolación».