El fiscal jefe de Pontevedra descarta recurrir el archivo de la causa por la desaparición de Sonia Iglesias

Alfredo López Penide
L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

La investigación que lleva a cabo la Policía Nacional no va a verse afectada por esta decisión, y va a continuar

03 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras conocer el sobreseimiento provisional de la causa judicial por la desaparición de Sonia Iglesias hace ocho años decretado el jueves, el fiscal jefe de Pontevedra, Juan Carlos Aladro, confirmó este lunes que no se va a recurrir este auto ante la Audiencia Provincial. Dejó claro, en cualquier caso, que la investigación que lleva a cabo la Policía Nacional no va a verse afectada por esta decisión, y va a continuar.

Reveló que el archivo coincide en el tiempo con la apertura de una nueva línea de trabajo por parte de los investigadores, aunque evitó dar más detalles hasta ver cómo evolucionan los pasos dados desde mediados del 2017, cuando el Juzgado de Instrucción número 3 de Pontevedra accedió a reabrir la causa.

El auto de archivo provisional alude a que aún falta por conocer el resultado del «análisis genético de los fragmentos de cortical -corteza cerebral- encontrados en la finca» de la familia de Julio Araújo y en cuya casa convivió un tiempo con Sonia Iglesias. En todo caso, son pocas las expectativas o esperanzas de la Fiscalía de Pontevedra sobre esa prueba, ya que existe el convencimiento de que esos restos son de animales.

El sobreseimiento de esta causa es otro jarro de agua fría sobre las esperanzas de la familia de Sonia Iglesias, quien desapareció el 18 de agosto del 2010. En estos ocho años, los rumores y especulaciones han sido continuos, pero lo cierto es que pocas o, prácticamente, ninguna pista ha sacado a la luz nada reseñable.

Desde el primer momento, la Policía Nacional etiquetó este caso como una «desaparición inquietante», término que alude a aquellas ausencias que no se consideran voluntarias. Las batidas se sucedieron, los interrogatorios se multiplicaron, los indicios se acumularon, pero todo terminaba en callejones sin salida.

En julio del 2012, el juzgado imputaba a Julio Araújo, el compañero sentimental de Sonia y padre de su único hijo. Un año más tarde, el juez instructor se inhibió a favor del juzgado con competencias en materia de violencia sobre la mujer, pero la causa judicial apenas avanzó, si bien se tomó declaración a una serie de testigos y se analizó una grabación de un cámara de seguridad.

Los intentos resultaron infructuosos y, de nuevo, la investigación alcanzó un punto muerto. Desde entonces un policía experto en homicidios se ha dedicado en exclusiva a esta investigación tan complicada. En abril del 2015, casi tres años después de haber sido citado como investigado, Julio Araújo vio cómo el archivo provisional de la causa judicial abierta por la desaparición de la pontevedresa conllevó su desimputación.