Declaraciones desafortunadas, instrucciones discutidas y un coche de lujo, algunos de sus tropiezos
03 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Desde fuera, el Valedor do Pobo parece un destino apacible. No siempre lo es. En sus 28 años de funcionamiento su labor de defensa de los derechos de los ciudadanos gallegos ha convivido con varias polémicas que han puesto a la institución en el disparadero y que alguna vez han llevado incluso a la obligada sustitución de su titular.
Una de las crisis más agudas tuvo lugar en el 2006, cuando el entonces valedor, José Ramón Vázquez Sandes, hizo unas declaraciones en las que negaba que existiese discriminación laboral a la mujer. Sus palabras recibieron la reprobación del entonces Gobierno bipartito de la Xunta, formado por PSOE y BNG. Vázquez Sandes, que argumentó que al organismo no llegaban quejas de ese tipo, dejaría el cargo al año siguiente.
Otras declaraciones controvertidas acabaron en el 2012 con la dimisión del sustituto de Vázquez Sandes, Benigno López, quien por tanto ocupaba el cargo desde el 2007. López había pedido la suspensión de la ley de dependencia y consideró justos los recortes económicos aplicados por el Gobierno. PSOE y BNG pidieron su dimisión y, aunque el PP en principio avaló su continuidad, finalmente él mismo acabó presentando su renuncia el mismo día que enviaba una carta a los medios que titulaba Autonomía, respeto, independencia. No era su primer tropiezo. Sus decisiones sobre el gallego le habían granjeado también numerosas críticas, como ocurrió cuando reprendió a la Xunta y al Concello de A Coruña por editar una guía solo en gallego o cuando pidió que se corrigiese un libro de texto de primaria en el que se decía que el gallego era la lengua oficial de Galicia y se omitía el castellano.
Los gastos de la institución también fueron en su momento asunto espinoso. Cuando Benigno López dejó el cargo, su sucesor, José Julio Fernández, anunció que sacaría a subasta su coche de lujo y que acometería reformas en la entidad para bajar los costes. José Julio Fernández, antecesor de la actual valedora, permaneció tres años en el cargo de forma interina.