«Xa hai tempo que tiñamos que ser de Galicia. Aquí non miran por nós»

Cándida Andaluz Corujo
Cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

GALICIA

CÁNDIDA ANDALUZ

Una consulta reveló que los vecinos del municipio de Porto se sienten más gallegos que castellanos

05 oct 2019 . Actualizado a las 19:39 h.

Los vecinos del ayuntamiento zamorano de Porto quieren ser gallegos. O, por lo menos, creen que de esta forma podrán solucionar los problemas que les abocan a la desaparición. Una consulta popular así lo dijo el pasado fin de semana, a pesar de que los representantes políticos -en el ayuntamiento gobierna Ciudadanos- prefieran no posicionarse. «Habla con ellos, mejor. Lo que diga el pueblo bien está», decía un concejal naranja que ayer parecía escabullirse de los medios intentando pasar desapercibido. Los 28 kilómetros que separan la localidad de la N-525 están detrás de este enfado generalizado. Una carretera en muy mal estado que se completa en casi una hora. Ha sido la gota que ha colmado el vaso de un municipio que ya carece de servicios médicos y escuela.

Porto es el ayuntamiento zamorano más alejado de su capitalidad. Está a 175 kilómetros de Zamora y a 149 de Ourense. «Hace años había varios bares y colegios, y ahora no queda nada», dice un vecino. Argumento muy similar al de las localidades ourensanas cercanas a este núcleo. Sin embargo, otro porteño afirma sin dudarlo y en perfecto gallego: «Xa hai tempo que tiñamos que ser de Galicia. Aquí non miran por nós». El concello ourensano de A Veiga es el núcleo de población más cercano. «Temos que ser de alí, que é o que máis preto temos», sentencia. Y explica que tanto este concello ourensano como el de Viana son sus referentes a la hora de ir a hacer compras. «Tamén imos a Verín ou á Gudiña. É lonxe, pero aquí lonxe está todo», añade.

El bar del pueblo, el único, es el punto de encuentro de los secesionistas. Las camisetas naranjas que llevan muchos vecinos muestran el descontento. «No es naranja porque aquí gobierne Ciudadanos, ¿eh? Es casualidad», apremia a decir Élida Carracedo, una de las artífices de la protesta. En el bar se sirve Estrella Galicia.

-¿Entonces hasta aquí llega el repartidor de cerveza?

-No, no. Tenemos que conseguirla de otras maneras -afirma un vecino, entre risas-.

En Porto están muy enfadados con los políticos que no han sabido solucionar a lo largo de los años el gran problema: los 28 kilómetros de carretera. Y se nota antes de llegar, al circular por la vía ZA-102, llena de mensajes de «¡Carretera ya!» en todo su recorrido y con pintadas que eliminan de los carteles provinciales la palabra Zamora por Galiza. También, con anuncios de un concierto de París de Noia en un pueblo cercano. ¿Puede haber algo más gallego?

La medida de presión que acaba de ejercer este pequeño ayuntamiento de 200 vecinos censados -80 durante el invierno- todavía no ha tenido respuesta por parte del gobierno zamorano ni del castellano leonés, pero tampoco del gallego, aunque alguno afirmaba ayer que el alcalde de A Veiga, el popular Juan Anta, había mostrado su apoyo a esta localidad. Pero en Porto ya tienen desde hace años un elemento que les habla del cariño de los gallegos por estas tierras. Está a la puerta de su iglesia. Un barómetro con una placa que indica: «Es un donativo o regalo que ha querido hacer a este pueblo de Porto el generoso don Rodrigo Alonso Cuenca, vecino de Vigo, (Galicia)». Ese recuerdo, datado en 1930, preside uno de los lugares más visitados por los mayores del lugar, por aquellos que viven durante todo el año. Por eso dicen tener ya una parte de Galicia.

Siete años esperando el arreglo de una carretera de 28 kilómetros

Todo surgió a raíz de un proyecto del 2011 de la comunidad de Castilla y León en el que se aprobó arreglar la carretera del pueblo, por un importe de siete millones de euros. Un total de 28 kilómetros que unen este pueblo de la alta montaña con la nacional 525. «Se quedó estancado por la crisis y ese dinero se desvió, a pesar de ser un proyecto aprobado. Hemos estado esperando y nos han dado muchas esperanzas hasta que vimos que no iban a hacer nada», explica Élida Carracedo. Eso les llevó a realizar una encuesta para saber si la gente del pueblo se quería separar de Castilla y León, porque, además, Porto forma parte de un parque natural del que dicen «no recibimos beneficios». El objetivo: presionar. ¿Y ahora qué? Los vecinos esperan la reacción del gobierno castellano leonés.

Víctor Carracedo, otro de los afectados y cabeza visible de las protestas, es claro. «No sabemos dónde está ese dinero. Y, además, esa carretera nos lleva a Galicia para ir a Castilla y León, no nos comunica directamente con nuestra comunidad y referencia que es Sanabria», dice. Y afirma: «Lo que queremos es irnos de Castilla y León y que nos acoja la comunidad que quiera. En este caso Galicia, que es la más cercana». Y Ramiro Tomás Blanco, otro vecino, añade: «Nosotros vemos lo que pasa aquí y lo que ocurre al otro lado, en la zona de Viana y A Veiga, en donde hacen cosas y se promocionan; aquí vemos que no se hace nada». Y recuerda que el 60 % del territorio del parque natural de Pena Trevinca es del concello zamorano: «Y está olvidado».

Llamada de atención

Lo que ha ocurrido en Porto en la última semana ha sido, afirman, una forma de llamar la atención después de años y años de promesas y reuniones. La consulta no es vinculante, pero ha tenido más repercusión que las protestas ante los responsables políticos. «Yo creo que en el Ayuntamiento quieren que se arregle, pero su partido es otra cosa», dicen. Y presumen de que Porto es uno de los municipios más extensos de España. «Es una pena el abandono que tenemos. A mí, que vivo en Madrid, me encantaría estar aquí y poner mi negocio, pero no puedo», afirma Víctor Carracedo. A pesar de que la consulta sea únicamente una forma de reivindicar el arreglo de una carretera, lo cierto es que ayer a más de uno no le desagradaba la idea de sumarse a Galicia: «Si es como si fuésemos».

Pradorramisquedo quiso ser zamorano y escindirse de Ourense

Las historias a uno y otro lado de la «frontera» no son tan diferentes. No es la primera vez que los vecinos de estas montañas reivindican con escisiones que se solucionen sus problemas. En el 2005, un pueblo ourensano, entonces de nueve habitantes, de la sierra de O Eixe, que Ourense comparte con Zamora y León, quiso salir de Galicia para poder beneficiarse de los servicios que sí veían que se prestaban en los municipios cercanos de Porto y Pías. Es Pradorramisquedo. «Non miran por nós nin o Concello, nin a Deputación nin Xesucristo», explicaba entonces Juan José Rodríguez, un vecino. E incluso el pedáneo aseguraba: «Xa que non nos queren atender estes (por Viana), alí teremos mellor atención».