El agresor, en paradero desconocido, huyó del lugar del crimen en un taxi
02 ene 2019 . Actualizado a las 10:20 h.La Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil continúa buscando al autor de las tres puñaladas que acabaron en la madrugada del pasado sábado con la vida de Maximino Feliz Ramírez, un dominicano de 44 años que había regresado a Betanzos para pasar estas fechas navideñas rodeado de su familia después de una temporada trabajando como marinero en las Islas Canarias. Los agentes le siguen la pista a un colombiano residente en la localidad brigantina que cuenta con antecedentes policiales en su historial y que, según varios testigos del suceso, apuñaló a la víctima mortalmente en corazón, pulmón y abdomen sin que a este le diese tiempo a defenderse después de que ambos se enzarzasen en una fuerte discusión a las puertas de un local de la Rúa da Cañota, en el casco histórico del municipio.
Huida en taxi
El presunto agresor huyó de la escena del crimen en dirección a la plaza García Naveira, donde cogió un taxi para desplazarse primero hasta la zona de A Condesa, donde no obtuvo respuesta de un portal en el que timbró, y después hasta un camino de Guiliade, a menos de cinco kilómetros del lugar en el que sucedieron los hechos y donde se le perdió la pista. Uno de los taxistas que trabajó esa noche reconoció que vio al supuesto agresor llegar a la parada «nervioso, frotándose la cara y la boca y respirando fuerte», pero no llegó a sospechar que su estado de intranquilidad respondía a la comisión de un crimen.
A las puertas de la Adega do Pino, en el lugar en el que Maximino Feliz perdió la vida, ayer había instalado un improvisado altar con velas, flores y una cruz en la pared acompañada de la inscripción Papito, el nombre por el que muchos conocían a la víctima. Su familia, todavía consternada por el trágico suceso, indicó que después de pasar la Navidad tenía previsto regresar a Santo Domingo «porque llevaba ocho años sin ver a sus hijos», pero la mala fortuna quiso que ya no saliese de Betanzos, adonde había llegado para pasar la Navidad con su madre y sus hermanas.
Conocía a la víctima
Agresor y víctima se conocían de tiempo atrás. Algunos vecinos aseguraban que mantenían una relación cordial, e incluso una de sus hermanas reconoció al hombre de la foto que la Guardia Civil le mostró cuando acudieron a su domicilio a comunicarle la fatídica noticia y tratar de hacer averiguaciones que les ayudasen a esclarecer lo sucedido y dar con el paradero del supuesto autor de la muerte de su hermano.
El presunto agresor de Maximino Feliz Ramírez es una persona conocida en el ambiente nocturno de Betanzos. Acostumbraba a presumir entre sus vecinos de tener el cuerpo plagado de cicatrices, que no dudó en mostrar en público en reiteradas ocasiones. En los bares que solía frecuentar lo describen como una persona muy educada, que en los últimos tiempos bebía cerveza sin alcohol, aunque algunos reconocen que «bebido se descontrolaba».