A la espera del nuevo plan sectorial de Galicia, hay déficit de unidades y de personal. Un paciente denuncia una espera de tres meses para psiquiatría tras un intento de suicidio
08 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.El Sergas trabaja desde hace más de un año en la elaboración del nuevo Plan Galego de Saúde Mental. El último publicado tenía como horizonte temporal un caducado año 2011 y contaba con el informe Propostas de desenvolvemento da atención á saúde mental en Galicia de 1997 como documento técnico de referencia.
Cuando han pasado más de dos décadas desde esas propuestas, la comunidad sigue muy lejos de alcanzar las cifras de personal y recursos sanitarios que el documento señalaba como óptimas. En lo que se refiere a recursos humanos, el déficit se acerca al 40 %. Según un informe elaborado por el Movemento Galego da Saúde Mental (MGSM), de los más de 1.500 profesionales de la salud mental que se recomendaba tener en el año 97, Galicia solo cuenta a día de hoy con algo más de 950. «Esta situación implica profesionais sobrecargados, pero tamén significa moitos perxuízos para os pacientes: listas de espera, menos tempo para cada consulta, problemas de accesibilidade ao sistema, escaso labor de prevención...», explica Rosa Cerqueiro, coordinadora del grupo de trabajo que elaboró el informe del MGSM.
Las recomendaciones respecto al número de unidades de salud mental tampoco se cumplen. Si a finales de los noventa se requerían 54, actualmente existen 38 en toda la comunidad. En cuanto a los hospitales de día, hay menos de la mitad de los aconsejados, siendo el número actual de 7 frente a los 18 propuestos en el documento de 1997. Otro punto importante en una comunidad envejecida como es Galicia es el de las unidades específicas de psicogeriatría. A día de hoy son 6, cuatro menos de las recomendadas.
Desde la Xunta aseguran que «se está a apoiar o incremento de recursos, o ano pasado dotouse a área de Ferrol cun dispositivo especializado e está previsto o incremento de camas de hospitalización coa apertura dunha unidade específica no Hospital Álvaro Cunqueiro». Esfuerzos necesarios si se tiene en cuenta que la salud mental se ha convertido en uno de los grandes problemas sanitarios de Europa, donde estos trastornos representan ya el 40 % de las enfermedades crónicas.
Según Sanidade, la detección precoz de los trastornos mentales y la intensificación de la atención sanitaria serán precisamente dos de las patas sobre las que pivote la nueva planificación de atención a la salud mental.
«Todas as grandes organizacións coinciden. A Axencia Española do Medicamento revelou que o consumo de antidepresivos medrou nun 200 % e ata a OCDE advertiu do alto custe económico e social da enfermidade mental», señala Cerqueiro.
Galicia no es una excepción. Un estudio encargado por la Consellería de Sanidade y publicado en el 2017 señalaba que uno de cada cinco gallegos había sufrido algún trastorno mental o adicción a lo largo de su vida. Sin embargo, solo uno de cada tres de ellos había solicitado atención médica primaria o especializada. Reticencias a pesar de las cuales las listas de espera para una primera cita en psiquiatría se doblaron entre el 2014 y el 2018. «Os trastornos cronifícanse se non diagnosticamos e intervimos de forma precoz. Precisamos un novo plan que nos diga por onde ir e precisamos máis recursos porque sabemos que as cousas se poden facer mellor, está demostrado e, ao final, ata supón un aforro», insisten desde el MGSM.
«Medicamentos y médicos no son suficientes, cuando fallan las familias queda la exclusión»
Más allá de la atención sanitaria, la enfermedad mental requiere de una importante intervención social. «Médicos y medicamentos no son suficientes para abordar estos trastornos. Tan importante como tratar la enfermedad es lograr que quien la padece pueda desarrollar un proyecto de vida», señala Antonio Hernández, director de Feafes (Federación de Asociacións de Familiares e Persoas con Enfermidade Mental de Galicia). Los 29 centros de rehabilitación psicosocial y laboral que existen en Galicia, las seis unidades residenciales y los 42 pisos tutelados son recursos básicos para lograrlo, aunque no suficientes. Y es que en la comunidad hay más de 55.000 personas con una discapacidad certificada a causa de alguna enfermedad mental. «En la gran mayoría de los casos el cuidado recae sobre las familias. Si ellas fallan, queda la exclusión social», recuerda Hernández. Es por eso que reclaman que el nuevo plan gallego tenga en cuenta la necesidad de más servicios de apoyo a los familiares, como la ayuda domiciliaria, los hospitales de día o los programas de respiro. Recursos que, a día de hoy, dependen en gran medida de las propias asociaciones. «Hay que revisar lo que hay a nivel social y sanitario, redimensionar, reorganizar y ampliar lo que sea necesario», reclaman desde Feafes. Precisamente, la Federación acaba de firmar con el Sergas dos convenios dotados con 102.000 euros para actividades de apoyo y concienciación y para la formación de los profesionales que trabajan en los centros sociosanitarios.