«Vendemos porque no queremos dejarle a los hijos esta papeleta»
Se multiplican los inmuebles gallegos Bien de Interés Cultural que se ponen en venta en Galicia
Periodista de La Voz de Galicia. Convencida de que siempre hay más que contar
Lleva casi 10 años a la venta, pero las negociaciones nunca llegan a nada. «Ha habido muchos interesados, sobre todo catalanes. También algún extranjero, pero se han echado atrás». La que habla es Julia González, una de las propietarias de uno de los inmuebles BIC más especiales de Galicia. Se vende por 240.000 euros y forma parte del monasterio de Montederramo, en plena Ribeira Sacra ourensana. La casa ocupa el ala sur del claustro de la hospedería, de 1575. «La parte baja era la botica, la más importante de los monasterios del Císter». Julia habla con total normalidad de un espacio de 600 metros que siempre ha estado en manos de su familia. En realidad, todo el conjunto se reparte entre el Obispado, el concello y los particulares. «La casa tiene una bóveda de crucería, aunque está tapada con escayola. También arcos. Nos encantaría quedarnos con ella, pero los dueños somos mayores y no queremos dejarle a los hijos esta papeleta», dice Julia, que aún recuerda el interés de un empresario que quería crear allí una casa con encanto. «Se pasó de frenada. Era demasiado especial la idea. No encajaba con las normas». Y es que, como todo Bien de Interés Cultural, cualquier modificación en esta casa debe ser autorizada por la Administración. «Mi madre le pidió a la Xunta que se la quedase, siempre que se nos compensase. Es nuestra herencia», cuenta Julia.
«Mi madre le pidió a la Xunta que se la quedase, siempre que se nos compensase. Es nuestra herencia»
Para la Asociación para la Defensa do Patrimonio este es un ejemplo más de la situación de los BIC en Galicia. «Tenemos un tesoro, pero los propietarios no tienen cómo hacerse cargo de los inmuebles. Si a eso le sumamos la despoblación, no sabemos qué va a pasar. Es un problema que necesita de un grupo de trabajo y de estudio integral», explica su presidente Carlos Fernández Coto. Y es que, si a los inmuebles le sumamos otras construcciones, son cientos los BIC que están a la venta en Galicia. El pasado enero saltaba la polémica: varios hórreos aparecían en venta en Internet, incluso con la posibilidad de moverlos de lugar. Ofertas que infringen la normativa porque los construidos antes de 1901 también son BIC.
Uno de los casos que más ha llamado la atención es el del convento de Penamaior, en Becerreá. El templo románico, de finales del siglo XV, se vende por 600.000 euros. Busca una inversión que lo mantenga con vida. Lo mismo le sucede al convento de Santa Clara en Pontevedra. No ha sido declarado BIC, pero el inmueble, del siglo XIII, está cerrado y a la venta desde 2017. «No ha habido ningún avance», explica desde Santiago una de las hermanas clarisas, que ya han atendido alguna oferta.
Con muchos interesados
Muchas de estas propiedades se acumulan en el catálogo de las inmobiliarias. «Los BIC no son como otros edificios catalogados. En algunos casos, los precios son muy altos. Los herederos, que son normalmente los que emprenden la venta, no quieren que nadie se entere. Tanto por el qué dirán los vecinos, como por el miedo a los saqueos», comenta Elvira Fafián. En su portal, Aldeas Abandonadas, hay monasterios a la venta sin precio, fotos o localización. «Son temas sensibles», añade.
«Los herederos, que son normalmente los que emprenden la venta, no quieren que nadie se entere. Tanto por el qué dirán los vecinos, como por el miedo a los saqueos»
Entre las propiedades BIC de precio millonario en venta en Galicia está el pazo de Cadaval Urzáiz. Una propiedad de Nigrán acondicionada para eventos que se vende por 5 millones de euros. Llama también la atención la torre de Santo Estevo do Castro de Amarante, en Antas de Ulla. Se ponía a la venta hace solo unos meses por 1.300.000 euros. Fuentes cercanas a la propiedad han confirmado a este periódico que el edificio se reformó en su día para acoger un establecimiento de hostelería, pero el proyecto nunca salió adelante. No descartan tampoco la opción de alquilarla. Confirman también que ya ha habido interés, pero que «la venta no es fácil». En este caso, no toda la propiedad es BIC. Solo está catalogada como tal su fortaleza. «Que una parte tenga esta condición no echa especialmente para atrás. Está claro que, si quieres tocar algo en la propiedad, vas a tener problemas, pero en Galicia es difícil encontrar algo de este nivel que no sea Bien de Interés Cultural», explican.
Los edificios BIC sí se pueden vender, pero la Xunta tiene siempre derecho de tanteo o retracto
Según el Registro de la Xunta, Galicia roza los 700 Bienes de Interés Cultural. Todos se encuentran por lo tanto bajo el paraguas de la Lei do Patrimonio Cultural de Galicia. Dentro de esta lista, los tesoros de la comunidad están clasificados como bienes muebles, inmuebles o inmateriales. Es decir, en el catálogo BIC aparecen desde los Caminos de Santiago o las catedrales hasta la Serra dos Ancares.
Cada una de las categorías tiene unas obligaciones. En el grupo de bienes inmuebles entran, por ejemplo, monumentos, yacimientos o paisajes. Además del propio elemento, todos cuentan con un entorno de protección, que puede afectar a espacios y construcciones próximas.
A pesar del revuelo que causa en muchos lugares la venta de un inmueble BIC emblemático, los propietarios tienen todo el derecho a venderlo. La única condición es que tienen que comunicárselo a la Administración que, en todo caso, tiene derecho de tanteo o retracto sobre la propiedad. Es decir, puede quedarse con el inmueble por el mismo precio o, en el caso de que se haya vendido, puede recuperarlo. Las reformas o rehabilitaciones también deben ser comunicadas y aprobadas por Patrimonio, así como cualquier daño o perjuicio que sufran.
La declaración BIC no siempre afecta a la propiedad completa. Vicente Quiroga, exalcalde de Lugo, tiene a la venta una casa señorial en O Incio con un terreno de gran valor por 600.000 euros. Lo curioso es que la casa no es BIC. La joya de la propiedad es la iglesia de San Pedro Fiz de Hospital, que está en la finca. Obra de la Orden de Malta entre finales del siglo XII y principio del XIII, es el único templo de España construido en mármol. «Que sea BIC no nos influye para la venta. Le da valor a la propiedad. Viene mucha gente a visitarla. Es una preciosidad», dice Quiroga que, aunque comparte la casa y la finca con cuatro primos, él mismo promovió que la iglesia fuese BIC.
«Que sea BIC no nos influye para la venta. Le da valor a la propiedad. Viene mucha gente a visitarla. Es una preciosidad»
Esa parte del patrimonio no es suya, pero cree que beneficia al conjunto. En este caso, las visitas están reguladas. Es una de las obligaciones de los BIC que no siempre se cumplen, como sucedió en el caso del pazo de Meirás. La ley dice que se deben permitir la visitas públicas gratuitas un mínimo de cuatro días al mes, por lo menos cuatro horas al día. Todo previamente definido y respetando los espacios que puedan afectar a la intimidad de los dueños.