Investigan la extraña muerte de una niña de 7 años en su cama en Cospeito

Tania Taboada LUGO / LA VOZ

GALICIA

Vivienda de Muimenta, en Cospeito, en la que apareció muerta la niña y en la que residía con su madre y con su abuela
Vivienda de Muimenta, en Cospeito, en la que apareció muerta la niña y en la que residía con su madre y con su abuela L.V.

La madre declaró que la encontró inconsciente junto a ella cuando la iba a despertar

04 may 2019 . Actualizado a las 23:26 h.

La Guardia Civil investiga la extraña muerte de una niña de 7 años en la cama de su domicilio habitual en Muimenta, en el municipio lucense de Cospeito, en donde vivía con su madre y su abuela. La voz de alarma la dio la abuela poco después de las ocho de la mañana de ayer a través de una llamada al servicio de emergencias, en la que pedía auxilio en medio de una gran desesperación porque su nieta estaba muerta.

El telefonista creyó entender, en medio de la confusión de la llamada, que la abuela también parecía temer ante la violencia que mostraba su hija, madre de la niña. Los servicios de emergencia se encontraron a la niña en la cama y todavía con un hilo de vida, por lo que intentaron reanimarla y le pusieron oxígeno, pero finalmente falleció.

Cuando los agentes de la Guardia Civil llegaron a la casa, comprobaron que la niña estaba en la cama y no tenía signos aparentes de violencia, por lo que en principio se pensó en una muerte natural, aunque la pequeña no tenía ninguna enfermedad. Tal como se supo por las declaraciones posteriores, la madre de la niña se levantó a las ocho de la mañana y fue a la habitación de la abuela para avisarla de que su hija estaba muerta. Esa noche, excepcionalmente, la niña había dormido con su madre, aunque no había motivo para ello. Fue entonces cuando la abuela hizo la llamada de emergencia pensando que ya estaba muerta.

Tras las primeras indagaciones llegó a la vivienda la jueza del Juzgado número 1 de Vilalba, que se encarga del caso. Con la presencia del forense y tras la primeras declaraciones de la madre y de la abuela, ordenó el levantamiento del cadáver.

La abuela prestó declaración en el cuartel de la Guardia Civil y quedó en libertad a las pocas horas. Sin embargo, la madre fue enviada al Hospital de Lugo porque sufría una crisis nerviosa. Allí permaneció custodiada durante toda la jornada de ayer. A la espera de que se realice la autopsia del cadáver de la niña, prevista para esta mañana, no se tomó ninguna decisión sobre el futuro de la madre. La jueza decretó ayer a mediodía el secreto del sumario. Tampoco se conoce por ahora cuando será el entierro de la niña.

«¿Qué le has hecho a mi hija?»

Los padres de la pequeña están separados y era la madre la que tenía la custodia de la niña. Madre e hija vivían en la casa de la abuela, en Muimenta, mientras que el padre, vecino de la provincia de A Coruña, veía a su hija solo cuando le correspondía. La menor estaba escolarizada y hacía su vida en Muimenta. El padre se presentó ayer en la vivienda, y cuando se encontró con la madre de frente hubo cierta tensión mientras él gritaba: «¿Qué le has hecho a mi hija?».

El padre de la niña permaneció fuera de la vivienda casi tres horas, mientras los investigadores de la Guardia Civil interrogaban a las dos mujeres por separado y mientras llegaba la jueza para autorizar el levantamiento del cadáver.

El extraño fallecimiento de la niña, sin ninguna enfermedad y en tales circunstancias, provocó una gran conmoción en la localidad de Muimenta, donde la abuela es muy conocida por sus actividades sociales y colectivas, en las que también había introducido a su nieta, aunque últimamente la pequeña no participaba tanto porque la madre le aplicaba una sobreprotección que le impedía ir a muchos eventos.

Una sustancia negruzca y las pastillas de la madre pueden dar las claves

Además de la autopsia, las pruebas claves serán una serie de pastillas que aparecieron en la casa y que tenía que tomar la madre de la niña para algunos trastornos psicológicos. De hecho, debía acudir a consulta con frecuencia y mantener un tratamiento porque tenía sentimientos de inseguridad y de persecución, por los cuales también ella aplicaba una elevada dosis de protección a la niña.

Además de las pastillas, en un recipiente apareció una sustancia de color oscuro, similar a café o cola, que está siendo analizada y que inicialmente podría ser un cóctel de pastillas o de medicamentos de la madre. Al ser preguntada si la niña pudo haber ingerido ese líquido, la madre dijo que lo desconocía, a pesar de que habían dormido juntas.

Los investigadores recogieron las sábanas de la cama, pijamas y otras prendas de la niña y de su madre que pudieron encontrar en la vivienda. Quieren cotejar las sustancias que puedan tener impregnadas con otras similares que puedan ser detectadas en la autopsia.

Una niña sana

La niña gozaba de buena salud y no tenía ninguna afección conocida que pudiese provocar su fallecimiento de forma fulminante y sin ninguna capacidad de reanimación por parte de sanitarios expertos. Estaba muy unida a su abuela, con la que hacía planes de viajes y visitas. El pasado miércoles iban a participar en la Festa da Filloa de Muimenta tocando la pandereta en un grupo folklórico local, aunque la pequeña no asistió por oposición de la madre. La abuela acudió a cocinar filloas como todos los años, pero sin su nieta.